K’ara K’ara, de bosquecillo de eucaliptos a trinchera del MAS

En los últimos meses en la zona se registra una movilización de sectores cuyas demandas, según los expertos y autoridades, adquirieron un tinte político.

Yolanda Mamani Cayo   / La Paz 

 



Hasta mediados  de 1980, en el extremo sur de la ciudad de Cochabamba había un bosquecillo de eucaliptos. Todo cambió a partir del 87, cuando se demolieron los árboles aromáticos para instalar el botadero municipal de K’ara K’ara. En la actualidad, esa zona es considerada como una trinchera del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Página  Siete consultó a un representante del Gobierno Municipal de Cochabamba, a un dirigente de K’ara K’ara y a un sociólogo sobre cómo ese bosque se convirtió en uno de los epicentros conflictivos  en  la actualidad.

Todos coinciden en que al principio las demandas  de la zona giraban en torno a los pedidos,  de quienes habitan cerca, de una solución medioambiental al botadero. No obstante, desde la renuncia de Evo Morales la movilización adquirió tintes políticos.

Son 33 años desde que se instaló el botadero de K’ara K’ara en el sur de la ciudad. En la década de los años 80 era una región con árboles y aguas subterráneas, pero en 1987, con la instalación del botadero, se convirtió en una zona árida y agreste.

Pese a ello, alrededor del lugar, cuenta el sociólogo Marco Gandarillas, hubo asentamientos ilegales, impulsados por dirigentes que al mismo tiempo eran loteadores.

Entre 2004 y 2007 se realizaron, según Gandarillas, “negociaciones oscuras” para ampliar el área de asentamientos en K’ara K‘ara. Fue en ese tiempo que los grupos movilizados adquirieron “mucho poder”.

Entonces, el MAS tenía el poder en la Alcaldía de Cochabamba. El municipio  construyó incluso un hospital en el lugar, contra las normas de la Organización Mundial de la Salud. “En zonas con excesiva contaminación no se puede  construir hospitales… Eran una fuerza muy importante y desde ese entonces se erigió un apoyo político del MAS”, afirmó Gandarillas.

En los últimos meses el conflicto resurgió y, según los analistas, se agravó dejando al descubierto intereses que van más allá de las demandas  medioambientales y centradas en el ámbito local. La movilización tomó fuerza hasta convertirse -sostiene Gandarillas- en una “guerra de guerrillas”,  movida por intereses de poder político.

“Después de la crisis de noviembre la crisis subió. K’ara K’ara junto con otros grupos del sur de Cochabamba, como de Villa Pagador, articularon una férrea resistencia a la actual administración nacional y local. Por eso hablo de una guerra de guerrillas porque en noviembre estos fortines quemaron recintos policiales, detuvieron a militares, les quitaron sus armas, han quemado movilidades, hechos que volvieron a pasar hace unos días”, relató Gandarillas.

“K’ara K’ara para nosotros se ha convertido en una bomba de tiempo”, declaró el asesor del Gobierno Municipal de Cochabamba  Alex Contreras, quien contabilizó que desde el comienzo de la cuarentena hasta ayer, ya son 33 días discontinuos de bloqueos, movilizaciones y protestas en el sur de Cochabamba, lo que afecta a toda la ciudad.

“Como gobierno municipal no podemos solucionar sus demandas porque son políticos. Su primera demanda en estos días, por ejemplo, es la liberación de tres dirigentes y como Alcaldía no tenemos absolutamente nada que hacer y ver en esa problemática, porque son de carácter nacional y del Ministerio Público”, sostuvo.

En ese contexto, identifica a K’ara K’ara como uno de los puntos  “emblemáticos” del país, como Senkata, el Chapare, Yapacaní. En esos lugares, en los últimos meses después de la renuncia de Morales se suscitaron  movilizaciones que exigieron  elecciones y la renuncia de Jeanine Añez. “Ahora tenemos K’ara K’ara”.

Damián Laime, dirigente del Comité Cívico de la Mancomunidad de K’ara K’ara,  declaró a Página Siete que la población del sector sur de Cochabamba está “cansada” de las constantes movilizaciones, bloqueos y enfrentamientos violentos. Laime afirma que el conflicto se agravó después de la renuncia de  Morales.

“El conflicto se ha armado después de que ha salido Evo Morales. Estas últimas semanas de cualquier cosa quieren bloquear. Nosotros les hemos pedido que se levanten, pero no entienden. Estamos preocupados, sobre todo por la salud de la gente”, afirmó.

Es por eso que este fin de semana los distintos sectores de K’ara K’ara  se reunirán  para determinar qué acciones tomar.

Leonardo Loza, dirigente de las seis federaciones del trópico,   aseguró: “El Gobierno juega a dos manos. Con una, habla del diálogo y  con la otra  siembra dirigentes, contrata personas para radicalizar  al sector, para apedrear policías y culpar al MAS”. Página Siete intentó contactarse con los dirigentes movilizados para tener su versión. No obstante,  no se tuvo éxito en ese cometido.

Fuente: Página Siete Digital