Nada se puede cambiar si no cambiamos nuestra forma de pensar

 

Actualmente los términos de izquierda y derecha pueden significar cualquier cosa y no definir nada; solo expresan y califican aquello que el interés del que los utiliza quiere significar. Sería mucho más sensato usar términos que verdaderamente signifiquen y muestren una condición concreta, tanto económica como política: comunismo, fascismo, liberalismo, populismo; pero esto que sería útil para que el pueblo lo entienda, no es aceptable para los populistas que en su propaganda necesitan de las medias verdades.



Los activistas de la izquierda siempre han vivido del conflicto, desde el inicial conflicto de clase hasta el actual de la ideología de género, más arraigado en los países europeos.
Los comunistas, ahora llamados progre, fracasada la revolución socialista suplen la ausencia de propuestas económica, social y política, con los cuentos de pueblos originarios, ideología de género, ideología LGTB, lenguaje inclusivo; entre otras sandeces parecidas.
(Como referencia, el paradigma de género desconoce la esencia biológica de la persona y le asigna una fuerte carga psicológica, ya no hay hombres y mujeres, sino género y a gusto de cada quien).

Para los demócratas liberales todas las personas en su condición de ciudadanos son iguales ante la ley, y no es aceptable para la democracia toda norma o reglamento que otorgue mayores derechos o dé preferencias a las personas, por consideraciones económicas, étnicas, de sexo o pertenencia regional.

Países como Bolivia, Colombia y Perú, por la influencia de su base productiva, tienen algunas peculiaridades en sus procesos políticos populistas. En estos países la coca tiene un importante efecto e impacto en la economía y la política por ser una de las actividades que genera las mayores ganancias. Este es un importante cultivo y muy productivo por la cantidad de cosechas de la hoja de coca que se realizan al año, pero fundamentalmente por la activa demanda del narcotráfico.

Los Carteles de la droga y para consolidar su negocio han establecido Republiquetas de la coca en el Chapare de Bolivia y en Colombia. Estas son la base operacional para la producción de cocaína y son manejadas por los Carteles de las FARC (colombianos)  y de los Soles (venezolanos), usando como mano de obra local, a los dirigentes cocaleros y sus sindicalizados.

Utilizando la demagogia populista y financiados por los ingentes negocios del narcotráfico, se instalan los Gobiernos Populistas que controlan la vida de las personas. Se establece un Estado Totalitario que concentra los poderes y dicta y comanda arbitrariamente, según sus antojadizas interpretaciones, la vida de los ciudadanos. Y como resultado final tenemos la entronización del terror y la miseria para los ciudadanos y esto podemos verlo en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Lamentablemente hasta ahora no hemos sido capaces de garantizar una convivencia social basada en el trabajo, el respeto y la tolerancia; por lo que la población esperanzada en días mejores fácilmente se deja engatusar por los populistas. Estos hábiles demagogos realizan una propaganda falaz, que repite incesantemente esperanzadoras mentiras y logran con éxito su objetivo de poder y riqueza.

 Dice Einstein: “El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se lo puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”. Crisis como la actual pueden ser coyunturas decisivas para cambiar y mejorar nuestra manera de pensar y nuestra vida. Necesitamos educarnos e informarnos mejor y luego asumir el compromiso personal de lograr un mejor futuro para todos.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com