«Para crecer de forma saludable, los hijos necesitan padres sanos emocionalmente»

Pedro Moreno, autor de «Ansiedad crónica», explica cómo afrontar en familia estos momentos tras el confinamiento

El confinamiento de la población ha sido, sin duda, una circunstancia inesperada en nuestra sociedad. Cierto es que cada uno lo ha llevado a cabo «como ha podido». Según Pedro Moreno, doctor en Psicología y autor de Ansiedad Clínica, la situación de confinamiento ha podido resultar estresante para muchas personas y es posible que algunas hayan desarrollado síntomas de ansiedad. «También es cierto que la mayoría se acaba adaptando a este tipo de situaciones si duran un tiempo razonable. Las personas que ya tenían problemas previos han podido reaccionar de múltiples formas. En algunos casos han podido empeorar, pero en otros habrán mejorado aparentemente al tener una buena excusa para evitar situaciones que les producían ansiedad».

En el caso de sufrirla las personas adultas, ¿es fácil que transmitan este estado a sus hijos?



Para crecer de forma saludable, los hijos necesitan padres sanos emocionalmente. En caso de no gestionar bien su ansiedad y sus miedos, es posible que acaben influyendo en sus hijos de forma negativa, por ejemplo, haciendo que sean también más preocupadizos y nerviosos.

¿Cómo evitar este «efecto contagio»?

La mejor forma es eliminando la causa: tratar la ansiedad de los padres mejora no solo la calidad de vida de estos, sino también la de sus hijos. Es un dos por uno.

El miedo a salir de casa y no sentirse protegidos por temor al Covid-19, ¿es un tipo de ansiedad? ¿Es un proceso normal por la situación? ¿Cuándo debe preocuparnos?

Es un miedo. Ese miedo puede estar justificado si no tenemos una información clara sobre las vías de transmisión del virus y cómo protegernos adecuadamente. Con los cambios continuos en la información que hemos recibido de las autoridades sanitarias es normal que uno termine por no saber muy bien a qué atenerse. A día de hoy, parece que hemos superado la confusión inicial y ya queda claro que la distancia social, la higiene y el uso de mascarillas son medios eficaces para prevenir el contagio. Siguiendo estas recomendaciones estamos «a salvo». Si, aun así, esto nos sigue preocupando mucho, si evitamos retormar la vida y los contactos sociales en las condiciones de la así llamada «nueva normalidad», tal vez estemos desarrollando un trastorno de ansiedad que podría ser conveniente valorar psicológicamente.

¿Habrá familias que vean limitadas sus vacaciones porque uno de sus miembros sufre ansiedad? ¿Cómo se vive en estos hogares? ¿De qué manera se puede actuar?

La repercusión de los problemas de ansiedad en la familia puede ser muy variada. Habrá personas que estén muy preocupadas por contraer el virus, incluso tomando las medidas de prevención razonables, que puedan negarse a ir de vacaciones, condicionando así al resto de la familia. O bien, pueden estar tan preocupadas por si alguno de sus familiares contrae el virus que actúen de forma extremadamente protectora, con las reacciones oportunas de quienes no ven así la situación. También puede ocurrir que el confinamiento haya puesto en marcha algún trastorno de ansiedad, o de otro tipo, que repercuta negativamente en la familia. Cualquier situación estresante puede contribuir a la puesta en marcha de dificultades psicológicas, especialmente si ha ocurrido algo que nos ha desafiado más allá de lo razonable.

La forma de actuar siempre es la misma: cuando aparecen dificultades que nos generan malestar es conveniente tomar perspectiva, hablar con personas de confianza y darnos un tiempo para ir adaptándonos a la nueva situación. Todo cambio puede causar un sufrimiento, pero también es posible que con un poco de tiempo podamos recomponernos de forma saludable y sin ayuda profesional. Si pasado un tiempo prudente las cosas no mejoran gradualmente, quizás ha llegado el momento de buscar ayuda profesional. Sobre todo, si vemos que con el paso del tiempo cada vez nos sentimos peor.

Aprender a cuidarnos es una forma de prevenir males mayores, y también una forma de cuidar a nuestros hijos. ¿Qué lección más bonita podemos darles que enseñarles con nuestro ejemplo la importancia de cuidar de uno mismo y de su salud emocional? Estar bien para ayudar a crear un buen clima familiar es una tarea urgente para todos los padres y madres.

Fuente: ABC