Política y naturaleza

Viajeros que llegan primerizos a Escandinavia quedan maravillados por la mutación climática a ojos vista. Visitar Suecia por ejemplo en verano resulta muy distinto de hacerlo en invierno. Los días son más largos y el sol brilla más en el norte que nunca oscurece del todo, la noche es apenas penumbra. Se conoce como “el sol de medianoche”, el dia dura hasta las 11, mientras a las 3 de madrugada la luz no te deja dormir. Justamente hace unas horas al bajar las persianas nuestro pensamiento voló a nuestra entrañable Patria Bolivia. Mirar a lo alto un hermoso cielo azul sin nubes y comparar el otro cielo cubierto de nubarrones y presagios de tormenta, donde los bolivianos no logran conciliar el sueño, temerosos siempre de lo peor, más todavía en el lúgubre panorama que siembra esta pandemia que si bien es general a todo el globo, sume en la angustia a unos más que a otros.

Aquel, el refugiado en Baires nunca quiso a Bolivia, qué diferencia cuando llegados a Suecia por mandato de García Meza tuvimos la intención de convocar a una conferencia de prensa y explicar el porqué de nuestra presencia en el Reino, “no está permitido que los refugiados hagan declaraciones” sentenció el jefe del campamento de refugiados en Ronneby, “es una acuerdo de la Convención de Génova” y punto final. Aquel no trepida en denigrar a su propio origen, ordena “privar de alimentos a las ciudades” y en otra “quemar y destrozar toda propiedad de la derecha” y más todavía “prohibido que ingresen créditos para aliviar la crisis” y maniobra prepotente sobre acciones para una vida normal en el plano jurídico institucional. ¡Nunca amó a Bolivia! Amó sí la producción de coca que le dio poder envenenando al mundo, “la hoja milenaria” como instrumento de dominación.



Abruma tanta maldad! Justamente por estos días cuando el coronavirus siembra la muerte, entre quienes por brutalidad e ignorancia atribuyeron su origen a la derecha, al imperialismo, y que llega por el aire, por las antenas del Internet, argumentos para violar la cuarentena que marca la desesperación entre todos. La Cancillería se ha visto obligada a denunciar las acciones nefastas del “desestabilizador” que incumple las normas del asilo y hasta proclama su plan con milicias armadas.

La apelación de Karen Longaric menciona a Nicolás Maduro como cómplice de Morales en la difusión de noticias falsas tergiversando la lucha del pueblo para recuperar su democracia.