Un mago, se busca

 

Con mucho optimismo, el ministro Oscar Ortiz lanzó el plan de reactivación económica y creación de empleo, pero antes de avanzar mucho, dio positivo en el test del virus y ahora está aislado.



No ha podido decir el ministro cómo pensaba salvar los obstáculos que tiene en frente, comenzando por los parlamentarios masistas que han decidido oponerse a todo, como si quisieran que el país entero se muriera.

Han frenado incluso los créditos externos que debían servir para atender las exigencias de la pandemia y tratar de superar el hecho de que Bolivia haya sido definido como el país del mundo menos preparado para enfrentarla.

Es decir que los masistas han sido responsables de que el país esté en esa situación pero además han decidido frenar todo intento por superar las urgencias el momento. Quieren que al país se lo coma el león.

El ministro Ortiz es una persona seria. Ha sido el mejor gerente de Cainco, y quizá tenía ideas muy buenas para provocar el milagro de recuperar la economía de un país que fue destruido durante catorce años y ahora esta en terapia intensiva.

Si vas a proponer un plan de reactivación económica necesitarás dinero y ocurre que no hay dinero en el país; todas las actividades económicas están quebradas, con excepciones que solo existe en el lado oscuro de la economía.

El único país que compra gas natural boliviano es Argentina, que es el único país del mundo declarado en moratoria, es decir en default, como dicen los peronistas, responsables de ese desastre.

El gobierno boliviano ha pedido al de Argentina el pago por adelantado la cuenta del gas de julio, lo que revela que desconfía de la solvencia del comprador, aunque también es una muestra de la nueva guerra fría que se vive en la región.

El presidente Argentino hizo un desplante a la presidente Jeanine Áñez en el Mercosur, porque la considera representante de un gobierno golpista. Es la postura de alguien que milita en el frente internacional afiliado al comunismo chino y a la ideología chavista.

No es extraño, por lo tanto, que el gobierno de Bolivia pida el pago por adelantado del gas que va por el gasoducto que cruza la frontera más caliente de esta guerra fría.

Bolivia debe enviar gas a Argentina hasta el año 2027, si es que lo tuviera disponible. Y a partir de entonces deberá vivir al fiado.

El mago que se ofrezca para manejar la economía del país a partir de ahora deberá tener contacto con Dios, porque la herencia que ha dejado el MAS es para ponerse a llorar.

Si no es un milagro, Bolivia podría arrebatarle a Venezuela el primer puesto en la lista de los países más pobres de América latina, un puesto que durante décadas fue de Haití, antes de que llegara la transnacional del crimen organizado.

Fuente: Siglo21bolivia.com