Experto asegura que la confrontación urbano y rural no responde a la realidad

Carlos Hugo Molina, sociólogo y director del Centro para la Participación y el Desarrollo

El coronavirus no ha puesto a todos “en la misma condición de simples terrícolas librados a nuestra suerte y enfrentados a los mismos desafíos y necesidades”, aseguró el sociólogo Carlos Hugo Molina, director del Centro para la Participación y el Desarrollo (CEPAD).

Postuló que, en este tiempo de pandemia, “una vez más hemos constatado que la confrontación entre lo urbano y lo rural no responde a la realidad, porque el territorio es un continuo que debe complementarse y ofrecer respuestas a todas las personas para que vivan con dignidad”.

En entrevista con la red Erbol, Molina dijo que “esta pandemia nos ha dejado en claro que el mundo no nos esperará” y que urge dar respuestas a los problemas del crecimiento y del desarrollo asumiendo que “tanto la geografía, oriente y occidente, como los que vivimos en ella, cambas y collas, ya estamos combinados culturalmente”.



Añadió que la actual coyuntura electoral obliga a asumir el desafío de construir ciudades intermedias porque “como consecuencia de los procesos migratorios, el 80% de la población ya vive en el eje central”.

Según el órgano electoral, dijo, un poco más del 73% de los votantes, mayores de 18 años, están en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, “si se suma a la población de entre 0 a 17 años, técnicamente el porcentaje sube, por lo menos, al 80%”.

Lamentó que esta información no sea evaluada en su verdadera dimensión, “nos está advirtiendo que, en el resto del país, en seis departamentos, vive solo un poco más del 26%”.

Señaló que los departamentos de Oruro, Potosí y Chuquisaca “se están quedando sin población” y cuestionó “¿qué vamos a hacer con un territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados despoblado?”.

Según sus proyecciones, dentro de diez años, el 90% de la población vivirá en las ciudades, “y eso significa que buscarán oportunidades”, esa realidad impone volcar los ojos a las nuevas dinámicas que están transformando los territorios y trazando nuevas formas de articulación social.

Insistió que “hay que aprender las lecciones de la pandemia, que mostraron, por ejemplo, que, de los 339 municipios del país, 256 tienen una población menor a 20.000 habitantes y están condenados a desaparecer, porque no tienen capacidad de brindar los servicios básicos, ni resolver los problemas de salud, basura, administración de mercados, energía, generar desarrollo, etcétera”.

Detalló que de las 10 provincias que tiene Chuquisaca, siete registran crecimiento negativo, y de los 35 municipios de Oruro, 27 tienen una población menor a 10.000 habitantes “y ninguno tiene un hospital de segundo nivel, ni aulas suficientes, ni oficinas públicas”.

Dijo que, frente a este panorama, una de las salidas es la cohesión social que “no es otra cosa que ponerse de acuerdo entre diversos y cuando tengamos un objetivo común, concertado y pactado, seamos capaces de mirar el futuro con algo de posibilidad”.

Fuente: Erbol