John Price: «En Latinoamérica se quiso apagar al Covid-19 como si fuera un incendio, pero eso es imposible sin infraestructura»

El consultor de mercados, quien escribió un artículo asegurando que la pandemia se extinguiría en la mayor parte de la región antes de que llegue la vacuna, explicó su razonamiento para llegar a la conclusión de que el umbral de contagios para alcanzar a un punto de quiebre es menor al de consenso

 

Personas con tapabocas caminan en la Ciudad de México. Foto: REUTERS/Carlos Jasso
Personas con tapabocas caminan en la Ciudad de México. Foto: REUTERS/Carlos Jasso

Infobae



El 21 de julio, John Price, director gerente de la consultora de mercados como foco en Latinoamérica AMI, publicó un artículo en el que aseguró que en la mayor parte de la región el Covid-19 se extinguirá antes de que llegue la vacuna para combatirla, aún si estuviera disponible en el escenario temporal más optimista.

Price fundamentó su tesis en diálogo con Infobae: aseguró que el desarrollo de las últimas grandes pandemias a nivel global -la gripe española, la asiática, la de Hong Kong y el SARS- mostró que estas llegaron a su punto de quiebre con un nivel de contagios menor al que las autoridades médicas suelen referirse como necesario. En concreto, indicó que las cifras oscilaron entre el 15 y 20 por ciento de la población, en contraste con las cifras consenso, que suelen oscilar entre 60 y 80.

También citó el caso de estudio del crucero Diamond Princess donde, pese a que todos los pasajeros estuvieron expuestos al Covid-19 durante un período extendido de tiempo, “solo” el 17 por ciento contrajo la enfermedad. Y refirió a un estudio de la universidad de Oxford que indica que, al haber buena parte de la población contraído otros coronavirus en el pasado, hasta el 80 por ciento puede montar una respuesta eficiente contra la enfermedad aún al enfrentarla por primera vez.

En esa línea, Price indicó qué, con excepción a los pocos países que han logrado contener el virus en base a estrategias de rastreo y aislamiento de posibles contagios, la mayor parte de la población terminaría eventualmente expuesta al virus.

Esto así debido a que sería virtualmente imposible para cualquier país permanecer bajo cuarentenas estrictas y abarcativas hasta la llegada de la vacuna. Y al no ser este tampoco un método capaz de extinguir al virus, la mayoría de las poblaciones llegará al umbral de contagios antes.

“He visto entrevistas con políticos en América Latina donde dicen que ven al Covid como un fuego que hay que tapar. Eso no es realista. No se puede lograr sin una infraestructura como la de Taiwán, Corea o China”, expresó.

A lo largo de la entrevista, Price profundizó también en los precedentes históricos que usa para sostener el argumento de su artículo; proveyó ejemplos de países y regiones que llegaron ahora al umbral de contagios en el que basa su modelo en la nueva pandemia; y analizó las estrategias para la pandemia de los gobiernos latinoamericanos que no desestimaron la gravedad de la enfermedad (como fue el caso del presidente brasileño Jair Bolsonaro). En particular, por qué mantienen las cuarentenas estrictas.

“Toma la influenza de 2017, que fue muy aguda. En teoría debíamos alcanzar la inmunidad de rebaño con un 45, 50 por ciento de la población. Pero en realidad llegamos al Disease Breaking Point (Punto de Ruptura de la Enfermedad, DBP, en inglés) con una cifra más cercana al 10 por ciento. ¿Cómo lo sabemos? Porque la tasa de mortalidad de esa enfermedad en 2017 era de 0,1 por ciento. Y ese año murieron 1,2 millones de personas a nivel mundial. La gripe española, en su caso, se extinguió al llegar al 20 por ciento de la población”, expresó Price.

Luego calificó al caso del Diamond Princess como un “experimento de laboratorio en la vida real”, e indicó : “Toda la población del crucero estuvo expuesta al Covid-10. Sin embargo, al hacer las pruebas de anticuerpos, vieron que el 17 por ciento estaba infectado. ¿Qué sucedió con el 83 por ciento restante? Los investigadores piensan que, debido a los coronavirus que se han contraído en el pasado, la población ya tenía la capacidad inmunológica para resistir a esta nueva cepa”, remarcó.

El crucero Diamond Princess, en el que 2.700 pasajeros y 1.100 miembros de la tripulación estuvieron expuestos al coronavirus en un ambiente aislado, se convirtió en un caso de estudio de la propagación de la enfermedad. Foto: REUTERS/Kim Kyung-Hoon
El crucero Diamond Princess, en el que 2.700 pasajeros y 1.100 miembros de la tripulación estuvieron expuestos al coronavirus en un ambiente aislado, se convirtió en un caso de estudio de la propagación de la enfermedad. Foto: REUTERS/Kim Kyung-Hoon

 

 

El modelo presentado por el mencionado equipo de la Universidad de Oxford sigue la misma línea argumental. Dirigido por la profesora Sunetra Gupta, indica que la cifra clave puede ser del 20 por ciento. En base a esas proyecciones, el Reino Unido ya habría llegado al umbral necesario.

“Estos resultados ayudan a explicar el gran grado de variación regional observado en la seroprevalencia y las muertes acumuladas, y sugieren que la inmunidad de rebaño suficiente ya puede estar en su lugar para mitigar sustancialmente una segunda ola potencial”, agrega el documento, que todavía no ha sido evaluada por colegas de los profesionales.

Al referirse al contraste con el porcentaje de prevalencia necesario para los epidemiólgos, Price destacó también a la dispersión poblacional como un elemento clave, además de las potenciales defensas desarrolladas previamente. “La población vive en contextos distintos a la homología de un experimento de laboratorio”, dijo.

Y para ejemplificar, indicó: “En el caso de la influenza de 2017, yo hablaba del DBP de 10 por ciento. Pero en India fue menor, de aproximadamente 6 por ciento. ¿Por qué? Porque es un país, aunque sí tienen ciudades muy grandes, nada más el 35 por ciento de la población es urbana. Entonces es más difícil que las pandemias penetren en ellas”. En contraste, entonces, el porcentaje de DBP podría ser mayor en las grandes ciudades.

Según el análisis de price, Bélgica -en especial su capital, Bruselas- y la ciudad de Nueva York han llegado al punto de quiebre. Y países como España e Italia lo hicieron en un 88 y 86 por ciento, respectivamente.

Respecto del brote reciente que ha tenido lugar en regiones de España y en Bélgica, remarcó que estos suelen suceder en regiones que no hayan llegado todavía al DBP. Y si lo hacen en ciudades que ya hayan pasado el umbral, expresó que “si bien el virus no desaparece necesariamente, los números son muchos más controlables”.

Imagen ilustrativa del concepto de inmunidad de rebaño. Foto: Shutterstock
Imagen ilustrativa del concepto de inmunidad de rebaño. Foto: Shutterstock

 

Es por esta sumatoria de conceptos que Price asegura qué el virus ya no será una amenaza para el momento en que la vacuna esté disponible en la región, aún en el escenario más optimista. Puso a la Argentina, cuya principal área metropolitana se encuentra cuarentena hace más de cuatro meses, como ejemplo.

“Imagino que lo más pronto que pudiera llegar sería en marzo o abril del año entrante, pero para que la población entera reciba la vacuna puede ser hasta octubre”, dijo. “Y no creo que Argentina pueda sostener cuarentena por un año más”, agregó, aunque destacó al país como “un caso de éxito a la hora de contener el nivel de casos y muertes pese a sus restricciones presupuestarias”.

A la imposibilidad material de mantener la cuarentena se le agrega la de una infraestructura suficiente para efectivamente contener al virus. “No se puede terminar con el virus si no tiene toda la infraestructura que tiene Taiwán o que tiene Corea o China”, dijo, en referencia a las agresivas estrategias de testeo y rastreo implementadas por esos países.

En consecuencia, indicó: “Lo más viable es mantener o realizar la cuarentena con inteligencia: tratar de aislar a la gente más vulnerable y dejar que el virus contagie gradualmente a la población hasta que, y obviamente comprando el tiempo para introducir una vacuna, minimizar el impacto en la población hasta entonces. Pero imponer una cuarentena severa como han hecho, lamentablemente es cuestionable hasta qué punto puede proteger a la gente. Lo más triste es que no es una política sostenible con las economías de América Latina”, No obstante, concedió que las medidas respondieron a una demanda popular.

A la hora de rescatar lecciones para el futuro, Price remarcó la necesidad por parte de la comunidad sanitaria de América Latina de reforzar lazos con su contraparte asiática, con mayor experiencia a la hora de lidiar con estas situaciones que la europea. “Los que lideran el mundo en este caso son los asiáticos, no los europeos ni americanos”. Taiwán y Corea del Sur están entre los principales casos de éxito. El primero registra 467 casos y 7 muertes pese a ser adyacente a China, origen de la pandemia. Y el segundo logró exitosamente extinguir un brote y cuenta con 14.336 contagios y 301 decesos.

Países asiáticos como Corea del Sur y Taiwán contuvieron exitosamente a la pandemia gracias a una agresiva estrategia de contacto y rastreo. Foto: REUTERS
Países asiáticos como Corea del Sur y Taiwán contuvieron exitosamente a la pandemia gracias a una agresiva estrategia de contacto y rastreo. Foto: REUTERS

 

También mencionó mejores niveles de información por parte de las autoridades, mayor agilidad para controlar el movimiento de población nacional e internacional y, sobre todo, “tener listas millones de pruebas para usar desde el primer día”.

Sin embargo, el consultor concluyó advirtiendo que tal vez el mayor desafío a futuro sea lograr que las sociedades acepten “la invasión a la privacidad que representa el acceso a los smartphones para hacer rastreo de contactos”.

“Así es cómo lo hicieron en China y en Corea del Sur, también en Singapur. Y no es que entrevistaban a las personas y decían ¿con quién tuviste contacto? Porque ni siquiera vas a recordarlo o no querrás decirlo. Pero por el movimiento de tu teléfono y los teléfonos que estaban cerca pueden hacer el rastreo y contactar a esa gente. Ese tipo de sistemas van a ser necesarios, pero involucran una invasión de la privacidad de la que muchas sociedades van a estar en contra”, cerró.