La crisis golpea y cierra cafés y restaurantes en la zona Sur

Con el delivery sólo perciben 20% de ingresos de antes, otros dejaron de operar y se perdieron empleos. Se espera reabrir locales con medidas de bioseguridad.

Marco Belmonte / La Paz



“Comencé con el negocio hace 10 años, un 28 de agosto. Fuimos creciendo y habíamos decidido expandirnos con un local más grande. Debíamos iniciar a fines de marzo, estábamos en plena remodelación, pero  llegó la cuarentena, tuvimos que despedir al 70% de nuestro personal”, relata Abel Jarmusz, propietario del restaurante Green Salad & More.

El nuevo local que estaba listo para abrir las puertas y donde este emprendedor había decidido seguir creciendo  se encuentra en la calle Claudio Aliaga, San Miguel, en pleno sur paceño.

Este lugar  y calles adyacentes  están  rodeados de cafés, restaurantes, tiendas de ropa, artículos deportivos y otros  que han sido severamente afectados por la cuarentena  y la crisis económica y han tenido que cerrar puertas.

Jarmusz indica que el lugar escogido para ampliar el restaurante tiene 250 metros y capacidad para 90 comensales, pero no se pudo  abrir. Se espera que ahora que se ha presentado un protocolo a la Alcaldía se autorice el funcionamiento.

“Cuando llegó la cuarentena tenía dos caminos, dejar todo o seguir adelante, decidí luchar. Desde el 21 de abril hasta las primeras semanas de mayo estaba todo paralizado. Hemos decidido atender mediante el servicio de delivery, pero estamos sólo con el 20% a 22% de nuestra producción normal”, señala.

Espacio del nuevo local de Green Salad & More que está listo para estrenar. Foto:  Green Salad&More

Añade que las ventas bajaron en un 70% a  80%, ya que antes de la pandemia, en un sábado se llegaba a atender  a entre 90 a 110 personas. “Tuve que despedir al 70% de mi personal; trabajaba con nueve personas, pero ahora sólo atendemos mi persona y dos empleados. Ya me comí parte de mi capital y ahorros”, lamenta.

La crisis y la falta de clientes también ha golpeado a los cafés de la zona. Los Qñapés, un salón de té conocido por su variedad de masitas “cambas” esta semana tuvo que cerrar las puertas de su  local ubicado en la zona.

“Devolvimos el local alquilado, es muy difícil continuar porque la gente no puede salir y llegar al salón, así es inviable; teníamos que pagar alquiler, servicios básicos y tuvimos que prescindir del personal”,  cuenta Fernando Mirabal, propietario de los Qñapés, un emprendimiento   que nació en mayo de 2016.

Antes de la pandemia, se llegaba a atender en las tardes  a  entre 130 y  150 personas. “Seguiremos atendiendo con  servicio de delivery, pero ya no desde el local que teníamos”, asegura Mirabal.

Pedro Navarro, vicepresidente de la Cámara de Empresarios Gastronómicos de La Paz,   indica que la autorización para ofrecer el servicio de delivery desde hace tres meses ayudó y dio  un pequeño respiro a los cafés y restaurantes, pero en general están con el 20% a 25% de lo que eran sus ventas regulares.

Se estima que en La Paz  hay entre  5.000 y 6.000 negocios formales, entre cafés y restaurantes, que pagan impuestos y cumplen otras disposiciones legales y  que han sido afectados por la crisis y de los que dependen unos 70.000 empleos directos. El número se triplica con los informales.

Los Qñapés cerró el salón de té donde operaba  en San Miguel, Calacoto.  Foto: Víctor Gutiérrez / Página Siete

“Un 30% a 40% de los empleados han perdido su fuente de trabajo. Este sector emplea a jóvenes, estudiantes que necesitan costear  estudios y gente sin experiencia, como la señora que se dedica a la cocina para mantener su familia. Ese tipo de empleos perdidos son los que más duelen”, sostiene Navarro.

Como Cámara se coordina con la Alcaldía y otras instancias para que se pueda autorizar la reapertura física de los negocios  con las medidas de bioseguridad respectivas. “Se ha entregado un protocolo y hay ciertas reglas, la capacidad no debe superar un 50%;  se tomará la temperatura a los clientes al ingreso, se empleará un menú digital. Se espera que en septiembre se pueda comenzar a trabajar así, lo cual permitirá elevar de un 20% a un 30% o 35% los ingresos”, puntualiza.

Un problema que enfrenta el sector es la competencia de muchas familias que han decidido vender comida preparada en casa a menor precio que un platillo ofrecido en un restaurante que debe cubrir una serie de costos, como el pago de impuestos y cumplir  obligaciones, garantizar inocuidad y bioseguridad.

Fuente: paginasiete.bo