El Sedes espera que en los siguientes días se habilite el Hospital del Sur para ampliar las camas de UTI a 78. La planta de oxígeno aún no se instala en el de Clínicas.
Fuente: Página Siete
Verónica Zapana S. / La Paz
Con 44 camas para terapia intensiva en el sistema público, sin planta de oxígeno y con poco personal, La Paz enfrenta lo peor de la pandemia. Según autoridades de Salud, en los próximos días se ampliará la cantidad de UTIs a 78.
“Actualmente tenemos 44 camas efectivas (de terapia intensiva)”, dijo a Página Siete el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) La Paz Ramiro Narváez. Explicó que del total de equipos nueve están en el Hospital de la Portada, ocho en el de Cotahuma y seis en el Hospital de Clínicas de La Paz. A la lista se suman -según la autoridad- ocho en el Hospital Boliviano Holandés y 13 en el del Norte de El Alto.
Pero, 11 de los respiradores están sin uso, siete presentan fallas y se encuentran en el Hospital del Norte, y los otros cuatro están en el Hospital Holandés y no se utilizan por falta de instalación. Los equipos son de fabricación china y forman parte de la última dotación que entregó el Gobierno.
Es decir y con estos datos, en La Paz sólo estarían funcionando 33 UTIs para atender pacientes críticos con coronavirus. Esta situación ocurre cuando el departamento paceño enfrenta lo peor de la pandemia, ya que en los últimas semanas se reportan entre 200 y más de 1.000 casos positivos.
De acuerdo con el jefe del departamento de Apoyo Crítico y presidente del Comité Científico del Hospital del Norte Antonio Viruez, “la cantidad de camas de terapia intensiva es muy poca”, ya que no representa ni el 25% de los 180 que tiene Santa Cruz.
“Para los 2,5 millones de habitantes que tiene el departamento de La Paz se debería tener 300 unidades de terapia intensiva y con eso responder a la demanda actual”, sostuvo Viruez a Página Siete. Reconoció que esa carencia es visible ahora por la pandemia que se presentó en el país.
Hace unos días, el director del Sedes cruceño Marcelo Ríos dijo a Página Siete que en ese departamento se tienen 180 camas en el sistema público. “Antes de la pandemia teníamos 90, pero ahora duplicamos esa cifra”, sostuvo.
Viruez reconoció que no sólo existe carencia de camas para terapia intensiva e indicó que faltan insumos como un monitor y oxígeno. Según el profesional, también hay desabastecimiento de medicación para esta especialidad, como sedantes, relajantes musculares y analgésicos. Indicó que además falta personal capacitado para esta área.
El especialista dijo que en las tres últimas semanas se presentó un problema en los hospitales: hay escasez de fármacos para la especialidad de terapia intensiva. Indicó que existe un déficit de Atracurio, uno de los medicamentos más usados en pacientes con ventilación mecánica protectiva. “Usamos esa estrategia para intentar salvar la vida y sin eso no podemos atender a un enfermo”, dijo y comparó: “Es como si uno quisiera operar de una peritonitis a un paciente sin anestesia”.
Explicó que debido a ello, se hizo la solicitud a la dirección del hospital, también a las autoridades del Sedes y del Ministerio de Salud. “Hasta donde tenemos entendido se están realizando las gestiones para importar este medicamento”, dijo. Indicó que además de contar con una cama, para atender a un paciente requieren otros insumos que escasean como ocurre con el oxígeno.
Hace un par de semanas, el Sedes comprometió la compra de un generador de oxígeno para el Hospital de Clínicas, pero hasta la fecha no está instalado. Se tiene previsto que la planta se encuentre lista hasta mediados de septiembre.
Según Viruez, el recurso humano también es carente. “Estimo que en el departamento paceño debemos tener 50 intensivistas y una cantidad reducida de licenciadas en enfermería en la especialidad, pero se requieren al menos 200 especialistas”, dijo.
De acuerdo con el profesional, la carencia de personal para terapia intensiva y el retraso de la instalación del oxígeno fueron las causas para no poder inaugurar el Hospital del Sur, donde se instalan más de 10 camas para esta especialidad.
El director del Sedes dijo el lunes que “la demanda de terapia intensiva aún es alta y la capacidad de respuesta, baja”. Aseguró que espera que en los siguientes días se habilite el Hospital del Sur.
Pero, para que La Paz cuente con más equipos y mayor personal se requiere que el Ministerio de Salud, a través de la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico (Aisem), lo avale. Ayer se conoció la renuncia de su ahora exdirector Hernán Pereira.
Él es el segundo director – según autoridades del Ministerio de Salud que prefirieron guardar su nombre en reserva- que deja el cargo en los cinco meses de la presencia de la pandemia. Pereira contó que se aleja de la Aisem debido a críticas de autoridades de La Paz.
“El COED hizo un análisis de la performance de la Aisem, en el cual dicen que es tremendamente ineficiente, que ha atrasado los procesos. Que he sido una traba para el proceso de compras. El mismo ministro (Iván) Arias ha dicho eso, que nosotros somos tremendamente incapaces, ineficientes y que somos un obstáculo por el que La Paz está en estas circunstancias, sin tener requerimientos a la mano”, dijo Pereira en el programa Antes del Medio Día.
Fármacos: habilitan la línea 800135556
A partir de hoy el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz habilitará el número gratuito 800135556 para entregar, a través de un servicio de delivery, kits de medicamentos a las familias que tengan algún enfermo de Covid-19 en sus hogares, informó el alcalde municipal Luis Revilla.
“Desde el día de mañana (hoy) habilitaremos la línea telefónica que permitirá que los ciudadanos que tengan algún enfermo al interior de sus hogares se comuniquen con esa línea telefónica y enviaremos a través de un delivery gratuito los medicamentos gratuitos; no se cobran a todas las familias que requieran esto”, dijo.
Indicó que las familias a las que no se les entregó el kit de medicamentos durante el megarrastrillaje el pasado fin de semana, también recibirán esta dotación en el transcurso de esta semana.