14.000 científicos alertaron por el «preocupante» deterioro de los signos vitales de la Tierra y pidieron cambios urgentes en tres frentes

“Nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre”, indicaron en el informe publicado en la revista Bioscience

Los tres principales gases de efecto invernadero establecieron récords de concentraciones atmosféricas en 2020 y nuevamente en 2021

Los tres principales gases de efecto invernadero establecieron récords de concentraciones atmosféricas en 2020 y nuevamente en 2021



La crisis climática, esa “indefinida” amenaza que se ciñe sobre el horizonte de la humanidad y del planeta, de la que todos hablamos pero muchos siguen siendo incrédulos, ha sido la causa común que reunió a 14.000 científicos representantes de 1.990 jurisdicciones en 34 países para emitir una advertencia común: las condiciones vitales de la Tierra están empeorando a un ritmo preocupante.

En un nuevo informe emitido por este vasto grupo de expertos se deja en claro este principio devastador: “Nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre”.

Esto incluye, según los científicos, capas de hielos de la Antártida Occidental y Groenlandia, los arrecifes de coral de aguas cálidas y la selva amazónica.

“Dados estos acontecimientos alarmantes, necesitamos actualizaciones breves, frecuentes y de fácil acceso sobre la emergencia climática”, resaltan.

Una advertencia similar ya había sido lanzada en en 2019, cuando 11.258 científicos publicaron un informe en la revista BioScience, explicándole al mundo la grave emergencia climática que enfrentamos. Casi dos años han pasado y las cosas no han cambiado, por el contrario, siguen deteriorándose a un ritmo acelerado.

“Especialmente preocupante es el aumento de los desastres relacionados con el clima, incluidos los mega incendios australianos de 2019-20, y el hecho de que los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) establecieron récords de concentraciones atmosféricas en 2020 y nuevamente en 2021”. dijo el ecologista de la Universidad de Sydney Thomas Newsome.

“Esto a pesar de los cambios durante el COVID-19 pandemia”, resaltó.

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El nuevo informe, también publicado en BioScience, ha agregado los nombres de 2.800 científicos al creciente colectivo, señaló que 1.990 jurisdicciones han declarado o reconocido formalmente una emergencia climática, y brindó un enfoque de política para poder mitigar parte del daño que estamos haciendo a nuestro planeta que se calienta rápidamente.

Los investigadores sugieren un “enfoque político a corto plazo de tres frentes”: un precio global significativamente más alto del carbono, una eliminación mundial y eventual prohibición de los combustibles fósiles, y el desarrollo de reservas climáticas para proteger y restaurar la biodiversidad y los sumideros de carbono (como la selva amazónica).

Por supuesto, los científicos del clima han estado gritando por todos lados sobre los peligros del cambio climático antropogénico desde al menos la década de 1960, y han estado ofreciendo varias soluciones de diferentes maneras desde la década de 1980.

A pesar de saber lo que está haciendo el uso desenfrenado de los combustibles fósiles en el clima de la Tierra, las emisiones de gases de efecto invernadero de la humanidad han seguido aumentando y, como resultado, el calentamiento global ha aumentado. Ahora, los científicos advierten que no nos queda más tiempo que perder.

“Sugerimos una necesidad urgente de un cambio transformador para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, en términos más generales, la sobreexplotación humana del planeta”, dice Newsome.

Actualmente, el manto de hielo de Groenlandia pierde masa más rápido que el de la Antártida (casi el doble), pese a que el manto de hielo Antártico almacena un volumen de hielo diez veces superior al groenlandés.EFE/ Federico Anfitti/Archivo
Actualmente, el manto de hielo de Groenlandia pierde masa más rápido que el de la Antártida (casi el doble), pese a que el manto de hielo Antártico almacena un volumen de hielo diez veces superior al groenlandés.EFE/ Federico Anfitti/Archivo

 

“Todavía existen oportunidades para convertir las medidas de apoyo monetario relacionadas con la pandemia en actividades favorables al clima; es alentador ver que la desinversión de combustibles fósiles y los subsidios a los combustibles fósiles mejoran de manera récord”, agrega.

Sin embargo, a pesar de que muchos de los 31 ‘signos vitales’ o puntos de referencia, como los cambios oceánicos, la cantidad de ganado y el deshielo, se encuentran en máximos históricos horribles, también hay algunos destellos de esperanza.

Entre 2018 y 2021, la energía solar y eólica ha aumentado en un 57 por ciento (aunque sigue siendo 19 veces menor que el consumo de combustibles fósiles).

Además, entre 2018 y 2021 ha habido un fuerte aumento en la desinversión de combustibles fósiles. Y desde 2019, también ha habido una pequeña disminución en el consumo de energía de combustibles fósiles, aunque los investigadores señalan que probablemente se deba a la pandemia y es probable que vuelva a aumentar.

El nuevo informe se publicó para alinearse con el último informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) que se publicará la próxima semana, que con suerte será aún más una llamada de atención. Los informes del IPCC de años pasados no se han equivocado.

Los científicos se quedan con la esperanza de que exista suficiente voluntad política para realizar los cambios de política necesarios para, literalmente, salvar el mundo.

Fuente: infobae.com