Un policía muerto y 172 manifestantes heridos en una violenta jornada de protestas en Beirut

El primer ministro, Hassan Diab, propondrá la celebración de elecciones anticipadas para “salir de la crisis estructural” que vive el país

Un policía muerto y 172 manifestantes heridos en una violenta jornada de protestas en Beirut
La policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes que intentaban acceder al parlamento (ANWAR AMRO / AFP)

La Vanguardia

Un policía muerto y al menos 172 personas heridas (55 hospitalizadas) es el balance de la violenta jornada de protestas que este sábado ha vivido Beirut, donde unas 10.000 personas reclamaron la dimisión del Gobierno y la caída del régimen presidido por Michel Aoun, por su gestión en la devastadora explosión de esta semana en la que, según el último balance, han perdido la vida 158 personas, 21 están desaparecidas y 6.000 heridas.



Las Fuerzas de Seguridad indicaron en Twitter que “un miembro del Ministerio del Interior murió en el proceso de mantener la seguridad mientras asistía a detenidos dentro del hotel Le Gray, después de ser atacado por varios alborotadores asesinos, lo que llevó a que cayera y muriera”.

Los antidisturbios dispararon gases lacrimógenos contra los manifestantes que intentaban atravesar una barrera para llegar al edificio del parlamento. Se lanzaron piedras y otros objetos contra los agentes y en algunas zonas se llegaron a escuchar disparos.

Los manifestantes tomaron el edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores con el apoyo de militares retirados con la intención de convertirlo en el “cuartel general de la revolución”, quemando documentos y fotos del presidente del país, hasta que finalmente el Ejército los desalojó. También quemaron la sede de la Asociación de Bancos del Líbano. Los ministerios de Economía y Energía, y el de Medio Ambiente, también fueron ocupados.

El Gobierno reaccionó horas después en una comparecencia televisada del primer ministro, Hassan Diab, en la que anunció que el próximo lunes propondrá elecciones parlamentarias anticipadas ya que considera que “solo unos comicios anticipados pueden permitir al país salir de la crisis estructural” en la que vive.

Diab, que accedió al cargo en diciembre sustituyendo a Saad Hariri,se comprometió a continuar como primer ministro “durante dos meses”, siempre que se acometan las reformas estructurales para “salvar al país”. Estados Unidos afirmó a través de su embajada en el país que Líbano merece lideres que “cambien el rumbo para responder a las demandas populares de transparencia y responsabilidad” y mostró su apoyo a la protesta pacífica del pueblo.

Antes del anuncio del primer ministro, los manifestantes tomaron el Ministerio de Exteriores, uno de los edificios gubernamentales más duramente castigados por la explosión, leyendo proclamas y pidiendo el cambio de régimen en el país. Unas 200 personas entraron en el interior del edificio, convertido en el “cuartel general” de la revolución, según los allí presentes, y quemaron varios documentos, sin que se sepa su naturaleza, así como fotos del presidente del país, Michel Aoun. “Estamos aquí. Llamamos al pueblo libanés a ocupar los ministerios”, dijo uno de los manifestantes.

El oficial retirado del Ejército libanés Sami Raham leyó un comunicado en las escaleras del edificio ante docenas de manifestantes después de que estos ocuparan el edificio. “Esta autoridad debe dar un paso atrás”, dijo el exmilitar. Finalmente, el Ejercitó desalojó a los manifestantes del edificio.

Un hombre permanece sentado en una de las oficinas del Ministerio de Asuntos Exteriores del Libano ocupado por los manifestantes
Un hombre permanece sentado en una de las oficinas del Ministerio de Asuntos Exteriores del Libano ocupado por los manifestantes (Bilal Hussein / AP)

Durante las protestas, convocados bajo el lema ‘Día del Juicio’, por el centro de la ciudad, se corearon lemas como “el pueblo quiere la caída del régimen” y los manifestantes sostenían carteles que decían “Váyanse, son todos unos asesinos”.

”Queremos un futuro con dignidad, no queremos que la sangre de las víctimas de la explosión no sirva para nada”, dijo Rose Sirour, una de las manifestantes.

Paralelamente a las protestas, la comunidad internacional ya ha comenzado a moverse para enviar ayuda a Líbano. Francia anunció este sábado la celebración mañana domingo a las 14 horas de forma telemática de la conferencia internacional de donantes en apoyo a Beirut y a la población libanesa, coorganizada con Naciones Unidas, según informó el Palacio del Elíseo.

Miles de personas salieron a la calle para protestar contra el régimen libanés
Miles de personas salieron a la calle para protestar contra el régimen libanés (ISSAM ABDALLAH / Reuters)

Francia y otros países han enviado ayuda de emergencia al Líbano, incluidos médicos y toneladas de equipo sanitario y alimentos. La explosión destruyó el único silo de cereales importante del Líbano y las agencias de la ONU están ayudando a proporcionar alimentos y ayuda médica de emergencia. Estados Unidos anunció una primera partida de 17 millones de dólares.

La explosión del martes en el puerto, la mayor en la historia de Beirut, mató a 158 personas -aún hay 21 personas desparecidas-, hirió a 6.000 y destruyó una franja de la ciudad. El Gobierno ha prometido hacer que los responsables rindan cuentas.

Algunos residentes, que se esfuerzan por limpiar sus hogares destrozados, se quejan de que un Gobierno al que muchos consideran corrupto —-había habido meses de protestas contra su gestión de la profunda crisis económica antes del desastre de esta semana— les ha defraudado de nuevo.

”No confiamos en nuestro Gobierno”, dice la estudiante universitaria Celine Dibo mientras limpia la sangre de las paredes de su edificio de apartamentos destrozado. “ Ojalá Naciones Unidas se hiciera cargo del Líbano.”

“No confiamos en nuestro Gobierno. Ojalá Naciones Unidas se hiciera cargo del Líbano”

Varias personas dijeron que no les sorprendía en absoluto que el presidente francés Emmanuel Macron hubiera visitado sus barrios destripados cerca del epicentro de la explosión esta semana mientras los dirigentes libaneses no lo habían hecho.

”Estamos viviendo en la zona cero. Espero que otro país nos tome el relevo. Nuestros líderes son un montón de gente corrupta”, dice la psicóloga Maryse Hayek, de 48 años, cuyos padres vieron cómo su casa era destruida en la explosión.

El Partido Kataeb del Líbano, un grupo cristiano que se opone al Gobierno respaldado por Hizbulá, aliado de Irán, anunció el sábado la dimisión de sus tres representantes en el Parlamento.

”Invito a todos los honorables (parlamentarios) a renunciar para que el pueblo pueda decidir quién los gobernará, sin que nadie le imponga nada”, dijo el jefe del partido, Samy Gemayel, al anunciar la medida durante el funeral de un miembro destacado del grupo que murió en la explosión.

Los manifestantes incendiaron la sede de la Asociación de Bancos del Líbano, en el centro de Beirut
Los manifestantes incendiaron la sede de la Asociación de Bancos del Líbano, en el centro de Beirut (ANWAR AMRO / AFP)

Macron, que visitó Beirut el jueves, prometió a las muchedumbres enfadadas que la ayuda para reconstruir la ciudad no caería en “manos corruptas”. El mandatario francés será el anfitrión de una conferencia de donantes para el Líbano a través de videollamada el domingo, según dijo su oficina.

El primer ministro y la presidencia han dicho que 2.750 toneladas de nitrato de amonio altamente explosivo, que se utiliza en la fabricación de fertilizantes y bombas, habían sido almacenadas durante seis años sin medidas de seguridad en el almacén del puerto.

El presidente Michel Aoun dijo el viernes que la investigación determinaría si el motivo fue una bomba u otra injerencia externa. Aoun dijo que la investigación también sopesaría si la explosión se debió a negligencia o a un accidente. Veinte personas han sido detenidas hasta ahora, según el dirigente.

Las autoridades han dicho que la explosión podría haber causado pérdidas por valor de 15.000 millones de dólares. Se trata de una factura que el Líbano no puede pagar después de haber incumplido ya una montaña de deudas —que superan el 150% del PIB—, mientras siguen estancadas las conversaciones para obtener un salvavidas del Fondo Monetario Internacional.

El primer ministro reconoció que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio llevaban seis años almacenadas sin medidas de seguridad en el puerto

Francia y otros países han enviado ayuda de emergencia al Líbano, incluidos médicos y toneladas de equipo sanitario y alimentos. La explosión destruyó el único silo de cereales importante del Líbano y las agencias de la ONU están ayudando a proporcionar alimentos y ayuda médica de emergencia. Estados Unidos anunció una primera partida de 17 millones de dólares.

En declaraciones a la prensa tras una reunión con Aoun, el Jefe de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, dijo el sábado que trataría de movilizar los esfuerzos árabes para prestar apoyo al Líbano. También en declaraciones hechas después de la reunión con Aoun, el vicepresidente turco Fuat Oktay dijo que su país está listo para ayudar a reconstruir el puerto.

Para los libaneses comunes y corrientes, la escala de la destrucción es abrumadora. ”Parecía una minibomba atómica”, dice George Rohana, sentado al lado de un supermercado que fue demolido.