Estudio: Impera la desconfianza en el Estado, partidos y sectores

Entrevistas a 1.500 personas permitieron detectar el desencanto que hay tras la llamada revolución de las pititas. La percepción mayoritaria es cercana a la pésima.

Fuente: Página Siete

 



Erika Segales  / La Paz 

 

 

Luego de más de siete meses de la crisis política que convulsionó al país a fines de  2019, la ciudadanía  expresa un alto grado de desconfianza hacia las instituciones del Estado, los partidos políticos y  los movimientos sociales.

El nivel de desaprobación de estos actores sobrepasa el 50%, según un estudio de IPSOS para la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social (Unitas).

En el trabajo denominado La percepción y la sensación de la sociedad boliviana sobre la crisis de octubre y noviembre de 2019 se entrevistó a 1.500 personas en 10 regiones del país: La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz, Sucre, Oruro, Potosí, Tarija, Trinidad y Cobija.

Los resultados del trabajo de campo, realizado entre el 9 y 22 de junio de este año,  muestran que la ciudadanía expresa un mayor nivel de desaprobación hacia los partidos políticos.

El 67% de los entrevistados califica el rol político actual del Movimiento Al Socialismo (MAS) entre malo y pésimo. El 68% evalúa en el mismo rango a los otros partidos políticos.

Al respecto,  el investigador Neyer Nogales sostiene  que el nivel de desconfianza y desaprobación que expresan los consultados hacia los partidos políticos,  en el actual contexto electoral,  se traduce en que la gente no percibe  que las organizaciones políticas sean capaces de dar una salida a la crisis política.

“Podemos evidenciar  que se ha profundizado el nivel de desaprobación del partido del exgobernante Movimiento Al Socialismo (MAS),  que llega a un nivel importante de desaprobación y de los otros partidos políticos también. Toda esta situación nos indica que el conjunto de la gente no ve una salida a lo que sucedió en el conflicto de 2019, que en su opinión no hay alternativas político-partidarias que den solución a su malestar, a su preocupación, a sus demandas”, sostuvo.

Para la socióloga María Teresa Zegada,  este indicador particularmente es un llamado de atención para los líderes políticos,  que se encuentran en la contienda electoral, para que evalúen las formas para transformar esa desconfianza y recuperar la legitimidad y el apoyo social, con el fin de  dar solución a los problemas estructurales del país.

“Este es un llamado de atención muy importante a pocas semanas de una elección para los líderes políticos sobre cómo transformar ese desafecto,  ese descontento que la población tiene, para recuperar esa legitimidad, ese apoyo social, esa sensación de diversos sectores sociales que necesitan ver representados no solo sus intereses, sino las preocupaciones,  como la crisis económica, la necesidad de pacificar el país y resolver problemas estructurales”, señaló Zegada.

El estudio muestra también que la ciudadanía expresa un nivel de desaprobación del 57% hacia las organizaciones y los movimientos sociales. Para Nogales,  esa cifra  de descrédito puede deberse a la afinidad con la que se relaciona  a las organizaciones sociales con un partido político, en este caso con el MAS.

“Tenemos a un movimiento que ha caído en el descrédito y lo que ha generado en los sectores populares es una desorientación tremenda, una desestructuración, una pérdida de los fines que tienen los sectores sociales, porque (el MAS) ha usado a estas organizaciones sociales como organismos paraestatales”, indicó el especialista.

El estudio presentado por Unitas también muestra un alto nivel de desconfianza hacia tres poderes del Estado. El 57% de los entrevistados califican entre malo y pésimo el rol político actual de la Asamblea Legislativa Plurinacional, el 55% ubica   en el mismo rango al gobierno de la presidenta Jeanine Añez,  y el 51% percibe de la misma forma al Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Desde el punto de vista de la periodista y directora de Página Siete, Isabel Mercado, quien participó en la presentación del estudio,  el  alto nivel de desconfianza hacia las instituciones más representativas de la democracia es preocupante. Observa que llama la atención en particular la percepción que se tiene hacia el TSE,  una instancia renovada tras los conflictos sociales que se presentaron debido a  las elecciones fallidas de 2019.

“Me parece muy preocupante la falta total de descrédito y la falta de legitimidad con la que se ve a las instituciones de la democracia, como que no gozan de confianza. No se siente ningún tipo de esperanza en el accionar de estas instituciones. En el caso del TSE es muy llamativo,  porque esta instancia ha sido renovada. Se nombró nuevas autoridades, pero en la gente persiste la duda sobre el accionar de instituciones como el Congreso, la justicia, el TSE y las instituciones más representativas de la democracia”, subrayó.

Datos del  estudio

  •  Tipo de estudio    Cuantitativo concluyente.
  •  Técnica de recopilación de la información   Entrevistas cara a cara en hogares.
  • Universo   Hombres y mujeres de 18 a más años de todos los niveles socioeconómicos.
  •  Tipo de muestra   Muestreo probabilístico estratificado.
  • Ámbito geográfico   Ciudades del eje: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, y ciudades capitales de seis departamentos: Sucre, Oruro, Potosí, Tarija, Trinidad y Cobija.
  • Periodo del trabajo de campo    Del 9 al 22 de junio de 2020.
  • Margen de error   +/- 2,53%. El tamaño de la muestra es de  1.500  entrevistados.

Punto de vista 
Tuffí Aré  Periodista
“La pugna por el poder tiende a ser feroz”

En vez de ir resolviendo los factores a las clases de la crisis, se han agudizado aún más en las circunstancias en las que nos encontramos.

Tengo la impresión de que Bolivia históricamente no ha resuelto un problema de la pugna de poder, no ha resuelto un problema de polarización, que es resultado precisamente de una pugna de poder.

Lo que estamos viviendo no es más que una pugna de poder y esa pugna por el poder se torna en momentos mucho más difícil y por momentos mucho más controlada.

En este momento tengo la impresión de que estamos en un proceso en el cual la pugna por el poder tiende a ser feroz y en ese sentido al ser feroz tiene consecuencias mucho más negativas.

Creo que no vamos a cerrar ese escenario con la votación del 18 de octubre. No se va a cerrar esa pugna feroz por el poder de una sociedad polarizada todavía.

Alguien habló de un “empate catastrófico”. Yo me atrevo a decir que estamos en este momento de un escenario de balanza, en el que un 60% de la población está ubicada en un polo y otro 40%, en otro polo.

La votación del 18 no va a resolver esa pugna por el poder, si no se resuelven circunstancias estructurales. Lamentablemente no hemos visualizado soluciones a las causas estructurales de esta polarización, o básicamente el establecimiento de mínimos consensos de convivencia que no se han trabajado hasta este momento. Al contrario, se han roto y lo hemos visto con los acontecimientos del mes pasado.