El cielo de Beirut vuelve a teñirse de negro. Un cruel déjà vu a modo de incendio en el puerto de la ciudad alarma a los libaneses un mes después de la explosión que acabó con casi 200 vidas, dejó más de 6.000 heridos y 300.000 personas sin hogar. Llamas de elevada altura y una gran humareda negra han reavivado el trauma vivido el pasado 4 de agosto. Fuentes del Ejército y de defensa civil han declarado que el incendio está bajo control, y que se trataría de un almacén que contiene aceite y neumáticos. Helicópteros militares están extinguiendo el fuego en el mismo lugar donde se está llevando a cabo la investigación de la reciente tragedia.
«¡Abrid las ventanas!», han recomendado en redes sociales los ciudadanos libaneses como recuerdo del trauma vivido por la reciente explosión. Muchos se refugian en los pasillos y las habitaciones sin ventanas ya como experimentados en la tarea de salvar sus vidas. Mientras las labores de reconstrucción siguen en las calles contiguas al puerto, Beirut se enfrenta al segundo incendio de la semana en el lugar de la explosión. La oscura humareda sigue cubriendo el cielo de Beirut ante los ojos atónitos de una población que desea recuperarse a contracorriente.
«Creo que el incendio en el puerto de Beirut fue causado por la ignición de aceites de fritura, pero no sabemos si la causa fue la alta temperatura o un error humano«, ha dicho el director general del puerto, Bassem Al-Qaisim, en declaraciones a la televisión MTV. «El incendio en la zona franca del puerto está lejos del contenedor de fósforos; el fuego se está extendiendo hacia el puente Charles Helou y no hacia el mar, y los helicópteros del ejército están trabajando para extinguirlo», ha añadido.
Los vídeos de la impresionante explosión ya han empezado a circular por las redes sociales. Las imágenes muestran a trabajadores del puerto escapando de la zona del incendio, donde se está llevando a cabo la investigación por la explosión causada por 2.750 toneladas de nitrato de armonio almacenadas sin las medidas de seguridad adecuadas. Estos recientes incendios llegan la misma semana que se encontraron al menos cuatro toneladas más de la sustancia que provocó la explosión hace un mes.
Ante el desconocimiento de lo que está ocurriendo en la zona, la desconfianza de la población hacia las autoridades sigue creciendo. Las autoridades libanesas prometieron resultados de la investigación hace quince días y la ciudadanía aún sigue a la espera mientras llevan cuarenta días dedicando todos sus esfuerzos a reconstruir la ciudad.