“No ganamos nada con políticos jóvenes que tengan los mismos defectos que los políticos viejos»

 

El 17 de septiembre, él y la presidenta Jeanine Añez tomaron la resolución de bajarse del proceso electoral. Doria Medina expresa que esa decisión, sin duda, fue la más difícil de su carrera política.

Fuente: Página Siete



 

Yolanda Mamani Cayo  / La Paz 

 

Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional (UN), afirma que la cultura política en el país debe cambiar para que la renovación de líderes sea orgánica  y no un mero postulado. Considera que  Bolivia ganaría mucho si se eliminara el caudillismo y se construyeran instituciones.

“No ganamos nada con políticos jóvenes que tengan los mismos defectos que los políticos viejos. En cambio, ganaríamos mucho si elimináramos el caudillismo y construyéramos instituciones, o si dejáramos el rentismo y lo  sustituyéramos por una distribución racional de los recursos estatales”, asegura.

En entrevista con Página Siete, Doria Medina comenta que la resolución  de dar un paso al costado en el proceso electoral, junto con  la presidenta Jeanine Añez, fue sin duda la decisión más difícil de su carrera política.

“Teníamos expectativas de conformar el primer Gobierno democrático después del régimen del MAS y, desde allí, establecer las bases de un nuevo ciclo histórico”, expresa.

Tras decidir la disolución de Juntos, UN   fue la única de las fuerzas que conformaban esa alianza que manifestó de forma expresa que en las elecciones del 18 de octubre apoyará al candidato “que tenga mejores posibilidades de evitar que el MAS gane”.

Como político de más de 20 años de trayectoria, ¿qué significa para usted, como líder de UN, haber dado un paso al costado en unas elecciones generales? ¿Personalmente fue una de las decisiones más difíciles que tomó en su carrera política? 

Sí, sin duda fue la decisión más difícil, porque teníamos expectativas de conformar el primer Gobierno democrático después del régimen del MAS y, desde allí, establecer las bases de un nuevo ciclo histórico. Creía que tenía las ideas y las habilidades necesarias para remontar la crisis económica que ha causado la pandemia y, finalmente, estaba convencido de que iba a hacer un excelente equipo con Jeanine Añez. Pero se cruzó una necesidad mayor: Impedir que el país siga sufriendo el colapso moral, el auge del conflicto y de la corrupción asociados al MAS.

 ¿Cuál es el rol que jugó UN en la extinción de la alianza? 

Coincidimos plenamente con la presidenta Añez en que este era nuestro deber. No lo hemos hecho por intereses personales sino por nuestro amor a Bolivia. Obviamente queríamos que fuéramos nosotros los que lideráramos la unidad democrática. Por múltiples razones, esto no fue posible. Yo no fui parte del Gobierno y vi cómo esto ocurrió un poco impotente y de una manera muy dolorosa y difícil de impedir. Pero tuvimos el valor y la lucidez de reconocerlo y entonces ceder a nuestras pretensiones y mantener la esperanza del pueblo boliviano en un futuro distinto del pasado.

¿La disolución formal de la alianza también implica que los frentes que la componían actuarán por separado o seguirán coordinando en algunas cuestiones?

Siempre ha habido un cierto nivel de coordinación en la oposición democrática al MAS y debe seguir habiéndola. La unidad no necesita ser orgánica, pero sí requiere una coordinación activa.

¿Cuál es el futuro de UN después de estas elecciones?

Vamos a continuar luchando por la aplicación de nuestros valores y por nuestros objetivos: un país plenamente democrático, pluralista, con Estado de Derecho, en el que haya múltiples oportunidades económicas a partir del emprendimiento y de una educación moderna. Esta es la meta; las demás cuestiones, como las candidaturas, son medios y accidentes. UN vive para contribuir a la superación del subdesarrollo nacional (económico y político). No depende de las circunstancias de un periodo político y mucho menos de las expectativas de llegar al poder.

UN tiene un gran espacio en la Alcaldía de El Alto, una de las ciudades más pobladas. ¿Volverá a postular a Soledad Chapetón para mantener esa plaza y competir frente a Eva Copa del MAS?  ¿Qué  ofrece UN a los alteños para conquistar su voto?

Todavía es temprano para responder a esta pregunta. Estamos concentrados en las tareas de esta campaña. Luego pensaremos en las subnacionales.

 ¿A qué atribuye que después de las denuncias contra Evo Morales de fraude, terrorismo, corrupción, estupro, entre otros presuntos delitos, el MAS a su cabeza aún tenga  el primer lugar en preferencia electoral? 

El MAS ha establecido una relación clientelar con ciertos sectores de la población. Parte del despilfarro de su gestión se debió a la necesidad de este partido de mantener esta relación con regalos y obras, algunas útiles y otras inútiles.

Tener el poder durante tanto tiempo   ha permitido al MAS construir una red de clientes muy grande. Esta actuará todavía en esta elección, pero irá disminuyendo con el tiempo, si logramos alejar al MAS de la fuente de recursos prebendales.

Por otra parte, el MAS gobernó en el periodo más próspero de la historia. No fue su mérito, pero se benefició del prestigio de esta situación. Sería muy diferente ahora, que hay crisis en lugar de un auge exportador.

En su experiencia como político, líder de un partido y viendo el escenario electoral, ¿qué  hace falta a la política boliviana?, ¿la renovación de líderes?,  ¿o  el cambio de la cultura política?

Debe cambiar la cultura política para que la renovación de líderes sea orgánica y no un mero postulado o un hecho formal: no ganamos nada con políticos jóvenes que tengan los mismos defectos que los políticos viejos. En cambio, ganaríamos mucho si elimináramos el caudillismo y construyéramos instituciones, o si dejáramos el rentismo y lo  sustituyéramos por una distribución racional de los recursos estatales.