Pandemia: desde marzo hubo 21.313 registros de muertes adicionales al promedio

Un analista señala que entre mayo y julio de este año al menos 14.000 bolivianos podrían ser parte de las víctimas de la Covid.

 



 

Leny Chuquimia /  La Paz

Entre marzo y agosto de este año, hubo un excedente de  21.313 registros de defunciones, en comparación  con el promedio del mismo periodo de cuatro años anteriores, según datos del Servicio Nacional de Registro Cívico (Serecí) a los que accedió Página Siete. Las cifras evidencian  picos muy altos de defunciones en junio y julio;  y  aunque estas se dan  durante la emergencia sanitaria, no es posible identificar si todas corresponden a víctimas de la Covid-19.

“En 2020 el pico de registros de junio, julio y agosto no corresponde necesariamente a muertos en esas fechas sino que hubo una puesta al día por  el mínimo registro en los meses anteriores (abril y mayo). De hecho, hoy se puede registrar un fallecimiento de marzo, porque el plazo de 24 horas para la anotación  no aplica por la pandemia”, explicó el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE)  Salvador Romero.

La máxima autoridad del Órgano Electoral  aclaró que no se tiene el detalle de cuántos de estos decesos fueron por Covid-19,  ya que el certificado médico de defunción sólo consigna la causa de la muerte, por ejemplo paro cardiorrespiratorio. “Y el Serecí, como entidad registradora, toma el dato consignado por el personal de salud”.

Un análisis de las cifras de mayo a julio, realizado por  el especialista en políticas y gestión pública Andrés Uzín -de acuerdo con  la fecha de defunción y no con  la del registro o de la emisión del certificado- advierte que durante esos tres meses hay un excedente  de al menos 14.000 muertes que  podrían corresponder a  víctimas de la Covid-19.

En contraste, los reportes oficiales del Ministerio de Salud dan cuenta de 5.027 muertes oficiales por coronavirus desde el inicio de la emergencia hasta el 31 de agosto.

“Hay un subregistro como  en todos los países. En ningún momento hemos falseado  la verdad, porque tenemos registros oficiales”, señaló el jefe de la Dirección Nacional de Epidemiología  Virgilio Prieto.

Esta situación  se repite en varios países de la región. El colapso de los sistemas de salud, la baja cantidad de pruebas que se realizan, las muertes extrahospitalarias, la falta de acceso a los registros civiles o que las cifras oficiales  sólo se nutran de cierta  información  son algunas causas.

La identificación del  “exceso de mortalidad” permite estimar la cifra real de muertes de la pandemia o de cualquier otro evento como guerras o desastres naturales. Este “exceso”, según la OMS, es el resultado de la diferencia entre el número real de decesos en general  y el número esperado para ese momento si no hubiera habido crisis.

Ente  2016 y 2019, el promedio de los registros de defunciones entre marzo y agosto fue de 26.650. En el mismo periodo de 2020 se reportaron 47.963 muertes, lo que significa una diferencia de 21.313 registros .

Asimismo, el total de muertes notariadas en los primeros ocho meses de 2020 llega a 55.214, una cifra mayor a las 52.131 pronosticadas para todo el año. En sus proyecciones para   2020 el INE estimó 66.760 defunciones.

Tal como  explica Romero, en una división por meses se puede identificar que antes de los picos de junio, julio y agosto -cuando los registros son de más  de 8.000, 17.000 y 11.000- hay una  baja. Por ejemplo en abril, cuando se esperaba un promedio de 4.117 reportes, se tuvo apenas 150. Lo mismo sucede en mayo, que  tiene 3.753 registros cuando se esperaban 4.407.

Cabe resaltar que estas cifras provienen de una base de datos proporcionada  por el Serecí, de acuerdo con  la fecha de los registros.

El estudio hecho por Uzín, que usa como variable la fecha de defunción acorta  la diferencia. Con  base en su análisis y procesamiento propio de datos, señala lo siguiente:

“En Bolivia podemos ver que en abril el promedio es de 4.000 muertes y se cae hasta 3.000, entonces los fallecimientos por el virus en el país eran muy bajos. Como la cuarentena fue tan rígida, se bajó incluso las muertes por otras situaciones como por accidentes y otras enfermedades. Ya para mayo vuelve a subir. Pero lo preocupante está en  junio y julio”, manifestó Uzín.

Según el especialista, en  junio había un promedio de 4.500 decesos esperados. Pero se llegó a   los 8.223. Julio tenía un promedio de 4.500 muertos y sin embargo hubo  13.765 en todo el país. Todo lo que está por encima de los promedios   es un exceso de mortalidad.

“Consolidando los datos de mayo a julio, de los (cinco) departamentos  con más excedentes, el pronóstico  dice que debíamos tener  unas 9.600 muertes, pero llegamos a las 23.700 y el Gobierno sólo declaró 2.977 por  Covid-19 (hasta el 31 de julio). Tenemos un excedente de 11.200 decesos que, sumados a los reportados por el Gobierno, dan más de 14.000 muertes   que se podrían adjudicar a Covid”, explicó Uzín.

Añadió que hay otros subregistros, sobre todo en el área rural donde las muertes -antes y más ahora-   no siempre son notariadas ni todos los sepelios se hacen en  cementerios  legales.

 

¿Dónde se separan las cifras de la pandemia?

Para el especialista Andrés Uzín,  la separación entre lo medido y lo que sucede en realidad en la pandemia pasa por las limitaciones en la capacidad de diagnóstico del país. Es decir que depende de la cantidad de muestras que pueden ser tomadas  y de las que pueden ser procesadas.

“Por ejemplo en  Beni. La capacidad de toma  y procesamiento de muestras al inicio de la emergencia  tenía un límite de 200, pero esta enfermedad tiene un crecimiento  exponencial y superó el tope  rápidamente. ¿Cómo afecta esto? Pues,  sólo al 7 de julio Beni declaraba oficialmente 4.435 enfermos por Covid-19, cuando la proyección exponencial ya te hablaba de 62.000. Ahí vemos cómo se disocia lo que se puede medir y lo que podría estar pasando en realidad”, manifestó Uzín.

Aclaró que con la proyección no quiere decir que eso es lo que haya sucedido en realidad, pero que sí es la muestra del comportamiento natural de la enfermedad, comprobado  en otras poblaciones del mundo. “A principios de mayo, en el país se hacían  cinco test por cada enfermo y  esto baja a sólo dos por cada enfermo desde julio”, dijo.

En una entrevista con EFE, el director regional para América Latina y el Caribe del PNUD Luis López-Calva  señaló que esta situación por la que pasa la región evita ver la verdadera magnitud de la pandemia.

“A nivel de la región hay  del 25 %   al 80 % de subestimación. Pero esto no es sólo un dato interesante en sí mismo. Lo importante es saber que este choque demográfico que está recibiendo la región, sobre todo si vemos los perfiles de edad, y geográficos, tendrá implicaciones económicas y sociales en un futuro inmediato y en el largo plazo”, indicó López-Calva.

En países como Perú o Chile donde se realizan gran cantidad de pruebas, el subregistro apareció en la población que no fue captada por el sistema de salud.

 Las causas para  el subregistro

  •  Pruebas La baja cantidad de pruebas es parte de las causas para que exista un subregistro. Varios fallecimientos se dan sin que el paciente  haya podido acceder a un hospital o a un test PCR, aun cuando  presentara los síntomas del coronavirus. Muchos otros a los que sí  les realizaron las pruebas no llegaron a conocer los resultados.
  •    Rastrillaje En los rastrillajes de La Paz se detectaron alrededor de 4.000  positivos de Covid-19;  sin embargo, como no se usaron pruebas PCR -sino rápidas-, los casos detectados por las brigadas no aumentaron las estadísticas oficiales.
  •   Salud El asesor del Ministerio de Salud René Sahonero señaló: “Aparentemente hay un subregistro de los casos. Probablemente no se está registrando adecuadamente o no se está  realizando la cantidad de pruebas PCR”.
  • Uzín “El problema  es la credibilidad de las cifras oficiales. Hay varias características de esta enfermedad que hacen que las cifras son sean confiables. La primera es que el contagio es tan rápido que fácilmente los sistemas de salud en el mundo perdieron la capacidad de escalar y hacer la cantidad de muestras para poder mantener el control y por otro lado capturar a todos los enfermos”, manifestó Uzín.

contagios

Menos infecciones 
Se evidencia una baja en  la curva de casos 
Los casos nuevos de coronavirus registrados  en los nueve departamentos del país muestran una caída en los últimos días, de acuerdo con el análisis de los datos oficiales disponibles en la página web Bolivia Segura (www.boliviasegura.gob.bo).

La Paz 
De un millar a un centenar de contagios 
Según los datos publicados en el portal oficial, La Paz pasó de registrar entre 1.098 y 805 casos diarios -desde finales de junio hasta el 20 de agosto- aproximadamente, a tener poco más de 100 contagios el último día del mes de  agosto.

Oruro y Potosí
El pico de positivos  se  registró en agosto
Oruro, que a principios de agosto llegó a los 500 casos diarios, en los últimos días registró entre 20 y nueve. Potosí alcanzó su pico máximo el 18 de agosto con 861 casos nuevos, mientras que ahora muestra picos de entre 165 casos y 61  registros.

Cochabamba 
Julio fue el peor mes para la Llajta
Mostró un crecimiento exponencial de los casos nuevos a finales de julio, cuando se registraron hasta 560 casos por día.  Sin embargo, desde la segunda quincena de agosto se ha mantenido por debajo de los 200 casos y el 31 de agosto registró 73 casos.

Beni
Segunda región  más golpeado por la Covid
Este departamento fue el segundo más golpeado al inicio de la emergencia y  registró su pico máximo en junio. Ahora muestra una desescalada con picos aproximadamente cada 15 días, pero cada uno de los aumentos de casos es menor al anterior.

Tarija, Chuquisaca y Pando
Las cifras siguen altas en 3 departamentos
Tarija y Chuquisaca muestran una reducción en los contagios diarios, pero las cifras aún son altas en relación con el histórico.  Luego de mostrar un pico de 79 contagios diarios, Pando  bajó su registro a menos de 10 casos diarios en la última semana.

Santa Cruz
Tras el pico, se alista para  posible rebrote
Según la información publicada en la página Bolivia Segura, el departamento oriental mostró su pico mayor cerca de la primera quincena de julio, cuando se registraron 1.245 casos nuevos. le siguió  la llegada a la meseta y el descenso.