Acaban fondos europeos para la paz en Colombia. ¿Ahora qué?

Para el proceso de paz de Colombia, Bruselas desde 2016 ha dado mucho de sí, unos cuantos millones incluidos. El tiempo previsto para la implementación no bastó. ¿Se prolonga o no?

    Mirra Banchón

Kolumbien Grafiti They are killing us (Raul Arboleda/AFP/Getty Images)Fuente: DW

Para la implementación del Acuerdo de Paz de Colombia, en 2016 Bruselas anunció un fondo de 94.859 millones de euros. La utilización de esos fondos se centraría en seis pilares: la reconciliación, la reincorporación de los excombatientes, la inclusión social de jóvenes, mujeres y minorías, productividad sustentable e inclusiva, reforzamiento de la presencia estatal y la difusión de los valores de la UE. El llamado fondo fiduciario (fideicomiso) debía ser empleado hasta fines de 2020.



A dos meses que se venza ese plazo: 101 millones de euros están en juego. Hay 26 proyectos que aún no están en pie. La Comisión Europea, el ejecutivo de la UE, pide prórroga. El Parlamento Europeo, supervisor de los presupuestos comunitarios, tendrá que dar el visto bueno.

Estaba claro que la implementación del proceso de paz iba a ser compleja. Pero la inmigración desde Venezuela y la pandemia del COVID-19 han dificultado en mucho la conclusión de las tareas. Por el lado europeo, el cambio de período presupuestal y administrativo complica más aún las cosas. La Eurocámara acusa recibo.

El fondo fiduciario para Colombia rinde cuentas

Según fuentes de la Comisión Europea, a través de esos fondos, 3.300 pequeñas y medianas empresas han obtenido apoyo para acceder al mercado, unos 10.000 guerrilleros han recibido formación en gestión empresarial, 900 proyectos colectivos se han puesto en marcha, 100 mil familias rurales se habrían favorecido.

EU-Parlament - Kolumbien (DW/M. Banchón)

Como fuere, son múltiples y más fuertes las llamadas de atención al ejecutivo comunitario por mayor transparencia y control. Que no sean fondos provenientes exclusivamente de Bruselas, sino de un colectivo de donantes y países, dificulta el control y no son pocas las dudas acerca de su adecuada utilización. Las opiniones divergen: «No necesitamos más control”, dijo en la reunión conjunta de tres comités de la Eurocámara, Javier Nart, en representación de los liberales, su grupo parlamentario.

La guerra que azotó Colombia por 70 años, el crimen organizado, el narcotráfico y el impacto de millones de venezolanos afectando poblaciones fronterizas hacen que «haya gente que sufre y no puede esperar. Si no damos una contestación inmediata, a través del fondo fiduciario, habremos perdido el presente y con ello el futuro de esas poblaciones”, subrayó Nart.

En este sentido, Izaskun Bilbao, vicepresidenta de la Delegación para las Relaciones con los Países de la Comunidad Andina, corroboró (en septiembre de 2020) a DW la utilidad de la inversión europea en las zonas rurales colombianas. «Nuestro papel es estar con Colombia, construyendo con ellos este camino tan difícil”, apuntó Bilbao.

Por otro lado, teniendo en cuenta los asesinatos de líderes sociales -de los que la Comisión Europea está consciente-, «¿cómo nos aseguramos que los fondos europeos no se encaucen a reprimir activistas?”, plantea a DW Mónica Silvana González, integrante de la comisión de Desarrollo de la Eurocámara.

En su opinión procede, sí es posible antes de la aprobación de la prórroga, un control de los fondos, sobre todo en Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Norte de Santander, regiones donde ha recrudecido la violencia. «La sociedad civil debería tomar parte en el control de esos fondos”, afirma González, poniendo en consideración el mural de 25 kilómetros en Medellín que dice «nos están matando”.