Advierten que un viejo satélite soviético y un cohete chino podrían colisionar en el espacio

El impacto causaría que más escombros quedarán en la órbita de la Tierra, lo que aumenta el riesgo de más choques y pone en riesgo a las misiones en desarrollo

La trayectoria estimada del satélite y el cohete (LeoLabs)

La trayectoria estimada del satélite y el cohete (LeoLabs)

 



Expertos astrofísicos y en seguimiento de satélites advirtieron que en las próximas horas podría producir una colisión entre un satélite soviético en desuso y un cohete chino desechado, lo que causaría una gran cantidad de fragmentos de chatarra en el espacio.

La compañía de rastreo de satélites LeoLabs reportó el miércoles que, según la trayectoria de los objetos, se acercarán a menos de 15 metros de distancia, lo que deja cerca de un 10% de posibilidades pasada la medianoche del jueves para viernes (en horario GMT). Según sus parámetros el escenario es “de muy alto riesgo”.

Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian, detalló que se trata de un viejo satélite de navegación de la Unión Soviética, llamado Parus y lanzado en 1989, y una plataforma de cohetes de China. Combinados, tienen una masa de tres toneladas métricas.

Imagen de archivo del satélite Parus

Imagen de archivo del satélite Parus

 

“Si esto se convierte en una colisión, es probable que sean miles o decenas de miles de nuevos escombros los que causen un dolor de cabeza a cualquier satélite que vaya a salir a la órbita superior de la Tierra baja, o incluso más allá”, advirtió Dan Ceperley, el director general de LeoLabs, en declaraciones a Business Insider. “Es tal vez un problema mucho más grande de lo que mucha gente se da cuenta”

Desde 1957 se pusieron en órbita cerca de 9.000 satélites y otros 23.000 objetos de más de diez centímetros, según datos del ejército estadounidense, gravitan alrededor de la Tierra a más de 20.000 kilómetros por hora. A esta velocidad una colisión puede destruir un satélite activo y crear a su vez más basura espacial.

Estos restos proceden principalmente de trozos de cohetes y de dos eventos en concreto: la destrucción por parte de China de uno de sus satélites con un misil en 2007 y la colisión entre un satélite militar ruso y un satélite de comunicaciones en 2009.

Hace solo unas semanas, la Estación Espacial Internacional se vio obligada a corregir de manera urgente su órbita, debido al riesgo de colisión con chatarra de una “zona roja”.

Fuente: infobae.com