Familiares son amenazados en su búsqueda de justicia por el feminicidio de Daniela Tapia

La joven madre murió en diciembre de 2017 en La Paz, presuntamente envenenada por su marido. La Fiscalía aún no finaliza la investigación y se cuentan varias irregularidades.

Fuente: paginasiete.bo



En diciembre de 2017, Daniela Tapia (29) falleció en la ciudad de La Paz en circunstancias que aún no son esclarecidas por el Ministerio Público ni por la Justicia. De acuerdo a familiares, testimonios y pruebas recabadas, la mujer fue envenenada durante un periodo de tiempo por su esposo Mauricio Morales, hasta fallecer.

A partir del hecho se han registrado varias irregularidades que han derivado en la retardación de justicia, y han dejado expuesta a la familia a la revictimización y a las amenazas de parte de allegados a Morales.

Desde la ruptura de la cadena de custodia de las pruebas, la pérdida de elementos probatorios, una formolización previa a la autopsia que en primera instancia fue obstaculizada por el esposo, la fuga del principal sospechoso, el cambio de fiscales en nueve oportunidades, las entrevistas a dos menores de edad fuera de protocolos provocando profundas huellas psicológicas en ellos, la contaminación de pruebas, la falta de una auditoría médica, la falta de declaraciones de otros testigos, hasta la exposición del resto de familiares a las constantes amenazas y amedrentamiento por parte de familiares de Morales, han provocado que el caso se mantenga en la impunidad.

De acuerdo a la familia de Morales, Daniela tenía una desnutrición crónica por una salmonelosis no superada; sin embargo la familia sostiene que se la obligó a ingerir medicamentos y que nunca se comunicó a la familia respecto al estado de salud de su familiar, e inclusive se la mantuvo incomunicada al haberle sustraído su teléfono celular.

Daniela fue llevada a la Clínica del Sur cuando ya su estado era delicado, en ese centro médico se extendió un certificado médico que apuntaba a una muerte súbita; la familia asegura que ella no padecía de ninguna enfermedad y menos de algún problema cardiaco.

Además no se cuenta con autopsias psicológicas de la víctima ni del presunto feminicida y existen dudas respecto a la necropsia realizada años después.

“Nos siguen persiguiendo, nos sacan fotos, nos amenazan a través de mensajes anónimos propinando todo tipo de insultos. Tenemos miedo porque este hombre está dado a la fuga y es capaz de hacer muchas cosas. Quiere amedrentarnos, pero nosotros solo queremos justicia para mi hermana Daniela y para mi sobrinito”, explicó Dayana Tapia, la hermana de Daniela, entrevistada por Página Siete Digital.

De acuerdo a la hermana de Daniela, las amenazas no se han detenido desde que ocurrió el hecho a mediados de 2017. Dayana describe a su hermana como una mujer joven y llena de vida, y asegura que su deceso fue provocado por su esposo y padre de su hijo, que entonces tenía tres años y quien fue testigo de diversos episodios de violencia física y psicológica contra su madre.

“No ha pasado de la Fiscalía, es decir, seguía en investigación tres años después de pasar por más de nueve fiscales. La familia, ha vivido un calvario, no se realizó ningún acto investigativo, es más, contaminaron  pruebas y rechazaron a la perito forense de parte y ahora, se ha dictado sobreseimiento sin mayor trámite”, lamentó.

Agregó, “exigimos la verdad, que se hagan todos los actos investigativos para encontrar Justicia ¡basta de impunidad! Danielita una joven madre de 29 años con toda una vida por delante”.

Cuando sucedió el hecho, junto a Daniela se encontraban su hijo y su sobrino -hijo de Dayana- ambos fueron testigos de cómo se mantenía encerrada a la mujer, con sueros medicados por el mismo esposo y sin que sea llevada a un centro de salud. Además de mantenerla incomunicada del resto de su familia.

Es por eso que los niños fueron entrevistados para que cuenten lo que vieron en la casa donde Daniela vivió sus últimos días. Sin embargo, los menores fueron revictimizados repetidas veces, exponiéndolos una y otra vez a recordar ese momento.

“En el caso de violencia intrafamiliar, ya se acusó formalmente por parte de la Fiscalía, ya que dos menores presenciaron la muerte y agonía de Daniela, se le hizo a un menor dos cámaras Gessel y una evaluación psicológica a pedido de la otra parte, provocando una revictimización al menor donde cuenta cómo Mauricio Morales medicaba ilegalmente en su departamento. Con la ayuda de dos enfermeras, la tenía encerrada en un dormitorio negando a su propio hijo acercarse a su mamá porque le decía que era contagioso, es más dio pastillas para dormir a su sobrino para que deje de llorar y los tenía amenazados”, contó Dayana.

Sobre Morales pesan dos órdenes de aprehensión, sin embargo las autoridades encargadas no han activado su búsqueda. A casi tres años del hecho el Ministerio Público continúa en la etapa de investigación, por lo que el juicio aún no ha sido iniciado.

“Se ha conducido a Danielita hacía una muerte segura y bien planificada por su pareja, en el entendido que a pesar de su estado de salud ya deteriorada por una supuesta gastroenteritis y falta de auxilio médico, el feminicida optó por medicarla en contra de su voluntad y de manera forzada en complicidad con dos enfermeras que solo Dios sabe que le inyectaban en su domicilio, todas las noches de sus últimos días de vida”, remarcó Dayana.

Debido a la violencia intrafamiliar cometida por Morales contra los dos menores de edad, la Justicia determinó la custodia de Dayana sobre su sobrino que a la fecha cuenta con seis años y quien aún añora la presencia de su madre.

“Hoy sin entrar en más consideraciones por lo desgarrador de este accionar, el Ministerio Público, haciendo una valoración correcta de las pruebas aportadas, hace una acusación formal en contra de Mauricio Morales Navarro, por los delitos de violencia y abuso intrafamiliar cometidos contra dos menores, su sobrino político y su propio hijo, proceso que radica en un juzgado de Sentencia y en el cual vamos a pedir que se le aplique todo el rigor de la ley”, acotó.

El caso de feminicidio de Daniela, fue auditado por el Programa de Derechos Humanos de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard en 2019, determinando las graves irregularidades.

En una página de Facebook administrada por allegados a Morales, se insiste en que Daniela murió por una enfermedad y que la familia de ella no quiere aceptar ese hecho, cometiendo una injusticia en contra del que fue su esposo.