La cultura de la desinformación y la gran manipulación

 

Fuente: ovidioroca.wordpress.com



 

Creer es más fácil que pensar. He ahí la razón de que existan más creyentes”. Einstein.

 

El desarrollo de las tecnologías digitales, ha facilitado que la población sea masivamente condicionada utilizando para ello los medios y plataformas que suministran datos y noticias. Los operadores de estas redes sociales como: Google, Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest conocen lo que cada persona, teme, cree o desea y esto lo hacen leyendo nuestros mensajes, los datos de nuestras tarjetas de crédito y revisando todo lo que cada uno de nosotros busca, selecciona, lee, escribe, comunica y sigue en las redes. Luego con estos datos y mediante la inteligencia artificial construyen el perfil psicológico e ideológico de cada uno de nosotros y que permite predecir nuestras acciones en el mundo real y esto se lo trabaja con el propósito comercialízalo luego con las empresas. Los algoritmos de la inteligencia artificial, al procesar millones de datos sobre nuestro comportamiento, aprenden a predecirlo mucho mejor que nuestras esposas.

Estas informaciones y experiencias de los usuarios, se convierten en la materia prima que permiten crear perfiles para adelantarse a comportamientos futuros y son los insumos para un gran mecanismo de manipulación. Esta es la rica información que las grandes empresas económicas y políticos populistas contratan y pagan a las redes y que luego utilizan para sus fines comerciales y de poder político; un negocio de manipulación de las masas de miles de millones de dólares.

Las Plataformas y preparando el terreno para su captura de datos, suministran a cada uno de sus usuarios una información seleccionada exclusivamente para él y acorde a su perfil psicológico y se la entregan envuelta y adornada con aquello que les es más familiar, más amigable y acorde a sus afinidades ideológicas. Esto permite a los operadores de las redes, cosechar, penetrar en nuestra mente, eludir nuestras dudas y valores y así orientarnos sutilmente hacia aquello que interesa al cliente y pueden venderle.

Este es el esquema y metodología con el cual opera exitosamente George Soros, una de las grandes fortunas mundiales forjada en el lado oscuro de la especulación financiera y que busca la instauración de un Nuevo Orden Global, impulsando la fragmentación y desestabilización de Europa y del mundo.
Soros tiene una vocación compulsiva hacia el desafío y la especulación, así lo demostró cuando tumbó al Banco de Inglaterra y a varios países. Esto lo hace sentirse dueño de todo el poder del mundo, y con el gozo de dominar a todo y a todos y disfrutar de la sensación y la emoción de sentirse vivo e invencible.

Todo este negocio de la desinformación y la manipulación, parte del concepto de que la realidad social como tal no existe, sino que es un constructo social. El lenguaje, las noticias, discursos y mensajes no solo reflejan una realidad sino que también la crean, es por esto que para este creciente y millonario negocio, se utilicen masivamente mecanismos que distorsionan y enturbian el escenario: fake news, contradicciones, mentiras, omisiones, confusión, alteración de imágenes, alteración de la percepción pública, etc.

Somos conscientes de que nuestra adicción a las redes sociales es dañina y que nos hace mal, pero esto no genera ningún cambio en nuestra conducta pues finalmente la gente cree lo que quiere creer. Esto es el llamado sesgo de confirmación; se ha verificado que si una información coincide con nuestra opinión, la aceptamos como verdadera en un noventa por ciento y si luego nos enteramos de que era falsa, aun así la recordaremos como verdadera en un setenta por ciento.

Este nuevo orden permitirá a los interesados; tanto políticos populistas como comerciantes especuladores, establecer un mercado global sin trabas gubernamentales o de cualquier tipo; un mercado en el cual la debilidad de los ciudadanos y de los Estados posibilita la supremacía de los negociantes y los políticos demagogos. Eso sí, lo hacen camuflándose tras discursos y acciones de “falsa filantropía” y utilizando las ONG progres.