La responsabilidad de salvar la democracia

Carlos Pablo Klinsky*

Las encuestas más recientes demuestran que la decisión tomada por la presidenta Jeanine Añez, de abandonar la carrera electoral para facilitar la unificación del voto de las fuerzas democráticas, fue la adecuada.



La decisión patriótica de Jeanine ha logrado despejar el escenario político, acortando distancias entre el primer y segundo postulantes mejor posicionados, lo que fortalece con creces la perspectiva de una segunda vuelta electoral.

Inclusive, la nueva tendencia abierta podría llevar a que el MAS no obtenga la ubicación principal en la primera ronda de sufragio, con lo que el Parlamento quedaría conformado por una sólida mayoría democrática.

Por su parte, viendo como se reducen sus posibilidades de retorno al poder, el masismo echa mano a dos recursos: fomentar la dispersión del voto hacia terceros candidatos, sin chances de gobernar pero con otras aspiraciones; y abrir un paraguas previo a la derrota, hablando de un supuesto “fraude” en su contra, con miras a generar una amenaza de convulsión.

De aquí que sea vital evitar la dispersión del voto democrático, con una concentración tal que no deje duda alguna sobre el resultado del 18 de octubre, dejando sin discurso a los fraudulentos de siempre.

Desde Demócratas, hemos asumido el lineamiento de promover las estrategias de voto que impidan el regreso de los autoritarios, desechando en cambio aquellas que favorezcan esa involución. Estamos ante la responsabilidad de salvar la democracia y fortalecer las instituciones.

También es importante recordar lo fundamental de la participación ciudadana en los comicios. Todo ausentismo beneficia al partido cocalero, que en un clima de baja asistencia a las urnas podría incrementar su representación.

Una vez más, con su peso electoral específico, a Santa Cruz le tocará garantizar la consolidación del nuevo proceso democrático, votando de manera responsable.

*Senador por el Movimiento Demócrata Social