Santa Cruz, entre el voto útil y los intereses agroindustriales

Creemos debuta con el apoyo de la cuna del levantamiento del 2019. El MAS conserva su voto duro y fiel. CC busca repetir el fenómeno del año pasado.

 



Carolina Méndez V. / Santa Cruz

Con un sombrero tipo vaquero, Luis Fernando Camacho recorre la Chiquitania y asegura a viva voz ante sus seguidores que ganará en primera vuelta. De manera casi simultánea, sentado en el piso y con barbijo naranja junto a estudiantes en el primer anillo, Gustavo Pedraza promete becas universitarias. A la par, con banderas azules y flameantes whipalas se oye un cántico promisorio que asegura que se siente, “Lucho Presidente”.

Bajo el mismo tenor, entre cánticos y fieles de la Iglesia Evangélica Presbiteriana, Chi Hyun Chung explica que hay que “volver a nacer con el Espíritu Santo” con la misma seriedad y al mismo tiempo en el que dice que no está de acuerdo con el “golpe de Estado en Bolivia”. Estas son algunas de las fotografías que componen el escenario preelectoral 2020 del departamento cruceño que definirá las próximas elecciones nacionales.

El MAS  cuenta con una militancia fiel que le da un voto duro en Santa Cruz.

Santa Cruz, la locomotora de Bolivia, es la plaza codiciada para los comicios de este 18 de octubre y es desde donde salen tres de los 14 candidatos que pretenden el Poder Ejecutivo.

 El hijo de los cabildos

Transcurrido  casi un año del evento histórico del levantamiento popular que paralizó al país por 21 días y que terminó con la salida de Evo Morales del poder, Santa Cruz -la cuna de la protesta- hoy se configura en el ansiado botín electoral.

En 2019 -en gran medida por mandato de los cabildos- la participación en urnas del departamento se inclinó hacia el “voto castigo” contra Evo Morales como un acto de rebeldía, lo que se tradujo en voto útil para Carlos Mesa (CC) que alcanzó al 46% de apoyo cruceño. Este año, el escenario ha cambiado, Mesa ya no es el principal candidato “antiMAS” en Santa Cruz y aunque busca nuevamente el respaldo de la región, su rol hoy lo asume Luis Fernando Camacho (Creemos).

El excívico, quien reitera que “no es político”, se erigió de la molestia social y del dolor ante los incendios en la Chiquitania en 2019. Paradójicamente, el apoyo a Camacho que se encumbra como la opción “para que no vuelva el MAS”, podría ser el detonante para que esto suceda. Según las encuestas, el respaldo que obtiene en Santa Cruz no se reproduce a nivel nacional, pero por el peso del voto cruceño terminará por minar los votos opositores, favoreciendo así al Movimiento Al Socialismo que aparece de primero en estudios de intención de voto.

Chi, candidato  de FPV, en campaña en tierra cruceña. Foto:FPV,

Con tractores, autos 4×4, jóvenes, motocicletas, comparsas y fraternidades, Creemos proyecta en sus masivas movilizaciones una especie de imagen de lo que es Santa Cruz “la exitosa”. E incuba  en los grupos fraternos y corporativos cruceños su núcleo duro de apoyo en urnas.

“Si el 70% de Santa Cruz vota por Camacho, ganamos las elecciones”, dice un afiche que se comparte por WhatsApp y por Facebook. Es una falacia que busca reafirmar el voto, inflando números sobre el peso electoral que tiene el departamento.

No es verdad que baste el 70% de Santa Cruz para ganar una elección, pero sí es inminente que será determinante para moldear la posible segunda vuelta electoral y el escenario poscomicios.

El peso electoral cruceño

 Santa Cruz tiene el 26,83% de votantes habilitados del padrón. Es el segundo departamento –con diferencias mínimas con La Paz (27,35%)- con mayor cantidad de votantes.

Daniel Valverde, director del Observatorio Político Nacional de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, puntualiza que el peso del voto cruceño no sólo es cuantitativo, sino también cualitativo. “Estadísticamente, Santa Cruz y La Paz son los dos departamentos con mayor peso electoral. Entre ambos constituyen la mitad del padrón. En el caso de Santa Cruz, hay además un peso simbólico muy importante porque aquí está el resumen de lo que es Bolivia por la migración y porque se está generando una especie de nueva “bolivianidad”, señala.

Comunidad Ciudadana   dio la sorpresa con su alta votación del 2019 en Santa Cruz.

Esta heterogeneidad social, agrega  el abogado, permite entender la preferencia electoral en Santa Cruz. “Hay un voto duro para Creemos, pero también hay un voto duro y fiel para el MAS. Por su lado, Comunidad Ciudadana busca repetir el fenómeno del año pasado pero las circunstancias han cambiado”, concluye.

A un año del levantamiento popular de 21 días, Santa Cruz -la cuna de la movilización- ofrece para el país un candidato nacido en cabildos, un acompañante de fórmula que ayer fue la salida antiMAS y un coreano pastor evangélico que fue el outsider que sorprendió el 2019.

“No hay chofer para esta locomotora”, resume con humor José Antonio Prado, activista ciudadano al ser consultado sobre los liderazgos políticos cruceños. Para él, las actuales opciones electorales no están a la altura de la fuerza ciudadana que brotó en Santa Cruz el año pasado y que terminó por contagiar a todo el país.

“Creo que hay mucho potencial pero aún no se ha concretizado en una opción en la papeleta”, dice Prado. Hay peso electoral, peso simbólico, pero falta peso en liderazgo nacional. Valverde coincide y remarca lo que él considera un “rezago político y democrático” en el corazón económico del país.

Agroindustria,  actor  decisivo 

La región que produce el 70% de los alimentos del país y que aporta con el 30% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional consolida al “sector agroindustrial” como un actor crucial para la gobernabilidad y el desarrollo boliviano.

“Lo que se tenga que hacer en Bolivia tiene que considerarse a partir del aporte económico que hace Santa Cruz”, sintetiza Valverde. Es por ello que los actores del denominado “modelo de desarrollo cruceño” no dejan de ser protagonistas del presente nacional a través de sus instituciones, a tal punto que aunque las brasas chiquitanas quemen, hay normativas incendiarias que garantizan los intereses agroindustriales por encima de todo.

Paradójicamente, no se trata sólo de capitales bolivianos, sino de emporios transnacionales que no tienen como prioridad un desarrollo nacional integral. Así lo develó una investigación de la Fundación Tierra, que identificó que el agronegocio cruceño era controlado por cuatro transnacionales: ADM-SAO, Fino, Cargill y Gravetal.

“Juegan a la política mejor que los políticos. Ponen las fichas en todos los actores, así sin importar quien gane, sus intereses no serán tocados”, grafica Prado para señalar el pragmatismo de los grupos económicos en el departamento. “Han aprendido que necesitan los nexos con el poder central, por ello tienen operadores detrás de bambalinas”, acota Valverde.

Es por esto que como se ha visto en la última década, no importa que la polera sea azul, naranja, blanca o negra, “la victoria de los intereses agroindustriales está blindada”, resumen los analistas.

Campañas con olor a humo y contagio

Entre casi un millón de hectáreas quemadas en Santa Cruz y con múltiples incendios persistentes, flamean algunas banderas de fuerzas políticas en carrera que buscan posicionar el foco de interés en la necesidad de estabilidad gubernamental, restando importancia a la amenaza ardiente que el año pasado provocó un ecocidio.

Allí donde no llegan los bomberos voluntarios para no asustar a las comunidades con el posible contagio de Covid-19 están las actividades proselitistas prometiendo días mejores.

Lo que resulta anecdótico es que las mismas voces que antes afirmaron que no era prudente llamar a elecciones por el riesgo sanitario, son quienes hoy a viva voz congregan a la población sin distanciamiento social y hasta sin barbijo.

Santa Cruz, el departamento con el mayor número de casos confirmados (31%) y muertes por coronavirus a nivel nacional, ha visto solapado el riesgo al contagio y la crisis ambiental con actividades proselitistas.

Los primeros días del mes, el departamento tenía 43 incendios forestales, 19 municipios afectados por las llamas y baja probabilidad de lluvia. En ese mismo momento se reportaba un promedio de 13 decesos por Covid-19 diarios. Pese a todo, los candidatos se pasearon campantes junto a un cúmulo de seguidores visitando mercados, barrios y avenidas en múltiples provincias, abrazando y tomándose selfies con todos a su paso.

“Lo peor todavía no pasó”, señaló Félix Drexler, científico alemán que llegó a Bolivia a prestar asesoramiento en la lucha contra la pandemia. El experto aseguró en una entrevista con Página Siete que estamos muy lejos de la “inmunidad del rebaño”.

Por tanto, es muy probable que cuando pase esta elección recibiremos la factura de las campañas electorales que no tuvieron reparos pese al olor a humo y al contagio.

Fuente: paginasiete.bo