Algunos de los que bloquean se han quedado con sabor a poco, dudan de sus líderes y mantendrán la medida

EL DEBER hizo un recorrido por varios puntos de la ciudad. En conversación con las personas que obstaculizan las calles, estas dijeron que están dispuestas a continuar en la lucha, pero reconocen que hay desconfianza en los liderazgos. Al final de la jornada, los bloqueos empezaron a endurecerse más

Imagen de la doble vía a La Guardia (Foto: Jorge Gutiérrez)

Fuente: El Deber

«No pensamos levantar el paro. El vandalismo empieza sin siquiera ser autoridades porque ya nos están mandando milicias… esto tiene que acabar, (tiene que) anularse la sigla del MAS. Han venido cinco flotas con gente dispuesta a matar, dicen que nos sacarán de Santa Cruz, este pueblo es el que tendió la mano al que llegó, acá se hacen ricos y poderosos y encima nos pisotean», cuestionó Amanda, una adulta mayor del Plan 3.000, que estuvo entre los agredidos por un grupo de jóvenes que huyeron por la presencia policial.

Amanda dice que se encontraba con jovencitos y niños, además de mujeres, y que estos muchachos llegaron directamente a lanzarles petardos al cuerpo. «Uno de los chicos salió herido en un hombro», lamentó.



Ante la agresión, a la curva de la ciudadela llegó un montón de gente, dispuesta a dar pelea. Más allá, un contingente policial hacía guardia ‘por si acaso’, ante las amenazas de un nuevo embate.

A Amanda y el grupo que la acompaña, no hay poder humano que la haga dudar de que hubo fraude electoral. «No tenemos temor, estamos pidiendo lo justo, queremos todo legal, que la justicia se ponga la mano al pecho, pero los jueces y fiscales se pusieron del lado del Socialismo. Creemos que hubo fraude y lo hemos palpado, ni siquiera tenemos el escudo nacional en nuestra tarjeta», criticó.

Eran las siete y media de la noche, y el grupo, en vez de disminuir, se fortalecía en rebeldía a la convocatoria del presidente cívico, Rómulo Calvo, que llamó a parar solo por una jornada.

«Sé que el paro no será de un día, algunos puntos van a mantenerse, por lo menos unos días más, como en El Remanso, los del norte son los más bravos, porque los desbloquean y vuelven a bloquear, igual que acá», dijo Sebastián, un joven de 20 años, asentado en el punto de la Madre India con otros chicos de su edad.

Para él, un día es insuficiente, «si vamos a parar que sea en serio«, dijo, y reconoció que la gente está un poco desanimada. «Es que venimos de los días de Pititas, de la pandemia y ya van dos semanas de bloqueos desde las elecciones. El cansancio proviene de que no hay un rumbo, ni una cabeza, o una decisión firme. Antes éramos más optimistas», argumentó.

El joven no le da una pizca de fe a Luis Arce. «No creo en ningún masista, nunca serán opción y ya se está viendo, sin haber entrado al poder, la justicia ya empezó a liberar a quienes debieron ser juzgados», dijo Sebastián, que se involucró en esta temática a partir de los 21 días de Pititas.

Dice que aún tiene fe en los líderes de Santa Cruz, pero siente que no están haciendo bien las cosas. «Hoy estamos acá porque tenemos una pequeña esperanza. Me sentiría peor si no lo intento«, confesó.

V.P. es empresaria, y una de las vecinas de El Trompillo. Con el paro, lo único que espera es que haya presión suficiente, pero más que nada a Jeanine Áñez, para que se haga una auditoría. «La esperanza es lo último que se pierde», sostuvo.

Para V.P., el MAS ya demostró que viene con odio y revancha, «no les importó ni quedar bien, van a aplicar su rodillo, cambiaron el reglamento para aplicar su mayoría y eso es una muestra de lo que se nos viene, aunque Arce diga que no es igual que Evo, quien gobernará será Evo«, dijo convencida.

Como ciudadanos, V.P. cree que nadie puede quedar de brazos cruzados, «peor con lo que dijo la vocal, sobre conteo paralelo. Si me dicen paro indefinido, yo paro, no sé si el resto del país está de acuerdo, pero en mi conciencia quedará que traté de hacer algo. Veo una panorama complicado, pero no pierdo la esperanza de ver a mi Bolivia libre del socialismo y del narcotráfico», argumentó.

«Todo esto huele raro, tanto silencio de las autoridades», dijo una de las vecinas del quinto anillo y avenida Banzer, uno de los más estrictos en el cumplimiento del bloqueo durante el paro cívico. «No entendemos por qué no toman decisiones contundentes, hay esa sensación de que nos vendieron. Un día de paro no es nada, nosotros no vamos a movernos de aquí«, aseguró.

Para R.G, que bloquea por la doble vía a La Guardia, en los bloqueos se ve gente clase media y humilde, «(son)el pueblo que no tiene llegada a gente de poder, y están los convencidos, que son los activistas de siempre».

Dice que no se ven los de arriba, como antes, cree que esa gente está con miedo y que ya  ven adentro a Evo Morales. «Está como resignada. Ha corrido mucha plata y las logias manejan todo. Claro que la gente pudiente es un porcentaje mínimo, y es triste porque encima estamos divididos. Deberíamos estar en bloqueos y mostrar al mundo nuestra disconformidad, pero desgraciadamente en este país hay un problema grave, las logias cruceñas. Santa Cruz se divide en dos logias que hacen daño porque pactan con el MAS por plata y por lo que sea, están metidas en todos lados, tengo parientes en eso», dijo R. G., que forma parte de la clase pudiente, con la que tiene muchos desacuerdos. «Tengo la sensación de que nos vendieron, nadie nos avala”, se sinceró.

R.G. elogió el trabajo de la Unión Juvenil Cruceñista durante el paro cívico. Dice que estuvieron controlando que no se consuma alcohol en varios puntos, para prevenir desmanes.

En el séptimo anillo de la avenida Banzer, varias personas asentadas dijeron que no acatarán un paro de solo 24 horas, «porque ya posesionarán al presidente que ha ganado con fraude, no vamos a permitir eso».

Creen que un día de paro cívico no es nada, prefieren parar varios días, «antes que vivir toda la vida como Venezuela».

«Dios nos hizo libres. Si nadie nos apoya, seguiremos la lucha, somos mujeres y vinimos a apoyar. Queremos a Camacho, el único que hizo huir al tirano de Bolivia. Creo que ahora está amenazado», dijo una de las vecinas.

Estrictas con el control de los motorizados, cuatro vecinas de esa zona aseguraron que no se moverán de su punto de bloqueo, «mil veces preferimos aguantar diez días de bloqueo que vivir toda la vida esclavizados por el comunismo. Y a Calvo le decimos que se ponga bien los pantalones, esto no puede levantarse. No confiamos en las autoridades, todos son unos vendidos, traidores», finalizaron.

Al final de la jornada de paro cívico, en vez de que los ciudadanos levanten llantas y bolsas para irse a casa, las posturas empezaron a endurecerse más, según evidenció EL DEBER en su recorrido por varios puntos de la ciudad.

Más bien, por la alta temperatura, muchos de esos puntos estaban custodiados por vehículos, palos y piedras, y con poca gente: sin embargo, al final de la jornada, más gente empezó a salir y a desviar a quienes empezaban a circular.

En La Guardia, los  ciudadanos determinaron bloqueo indefinido y cerraron el paso a los Valles Cruceños.

Fuente: El Deber