La simpatía personal y política del presidente argentino, Alberto Fernández, a Evo Morales es tan amplia, pública y cercana que se comprometió a despedirlo cuando de La Quiaca cruce el lunes 9 de noviembre, por el puente internacional, a Villazón.

Fernández aguardará a la comitiva boliviana en el aeropuerto Guillermo Snopek de esa ciudad fronteriza y desde allí la acompañará hasta el puente internacional para luego despedirse e inmediatamente retornar a la capital.

Fuentes cercanas a Morales en Argentina, indicaron que el intendente de La Quiana, Blas Gallardo, organiza un homenaje al exmandatario boliviano.

“Se prevé un acto de masas en ambos lados de la frontera”, indicó la fuente a La Razón.

En Villazón lo esperará el alcalde Fernando Acho Chungara con simpatizantes y militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Ya en territorio boliviano, la caravana de vehículos que acompañará a Morales pasará por Tupiza, Atocha, Uyuni, Orinoca para seguir a Oruro y luego a Cochabamba, confirmó el gobernador de Potosí, Omar Veliz.

Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, indicó que la intención de Morales es llegar a Chimoré, en el trópico de Cochabamba, el 11 de noviembre, cuando se cumpla un año exacto de su renuncia a la presidencia, tras semanas de violencia, un motín policial y la presión de las Fuerzas Armadas para su dimisión.

Medios argentinos señalaron que Alberto Fernández sintió como propio el triunfo electoral del Luis Arce en Bolivia.

“Alberto Fernández llamó exultante a Evo Morales para saludarlo por la victoria de su delfín. En el intercambio telefónico que duró unos minutos, el Presidente y el dirigente boliviano que se encuentra refugiado en Argentina analizaron los primeros números de la contienda electoral. El debate y los festejos se trasladaron por la noche a la Quinta de Olivos. El mandatario argentino lo invitó a cenar y Evo, sumamente agradecido, no dudó en aceptar”, publicó un influyente diario bonaerense el 20 de octubre, dos días después del verificativo electoral boliviano.

En diciembre de 2019 llegó Morales a Buenos Aires en calidad de asilado. El Gobierno argentino le dio asilo a él y a su familia, y desde el exilio se le permitió dirigir la campaña de su partido para las elecciones que se llevaron a cabo el pasado octubre.