La crisis de identidad del MAS

 

El “nuevo” MAS sufre de una muy evidente crisis identitaria. No sabe aún si consolidarse como un partido “de línea dura” o como uno de diversas corrientes internas. Es posible que ni siquiera Luis Arce tenga clara aún la  figura y la composición del menjunje en el que se ha metido. La “tendencia Evista” es ahora la conservadora-autoritaria-revanchista, la de Choquehuanca, parece ser la “revisionista-técnica-conciliadora”. Ambas con un peso y contrapeso específico e influencia marcada.



Sin embargo, Arce se encuentra entrampado entre ambas visiones de país y de partido, mismas que no llegan todavía a conformar un Gobierno coherente. Los perfiles de quienes componen su Gabinete y la designación de Andrónico Rodríguez y Freddy Mamani como  Presidentes de las Cámaras de Senadores y de Diputados respectivamente lo corroboran así.

Junto a Mamani, los Ministros Edgar Pozo, Marcelo Montenegro, Gabriela Mendoza y otros forman parte de la “tendencia Choquehuanca” (profesionales, técnicos, integradores). Quizá no por una “recomendación directa” del Vicepresidente, (pues de hecho dos de ellos son cargos de confianza presidencial) pero definitivamente sus designaciones sí tratan de atender a la filosofía del “reencuentro” y el “trabajo desideologizado” al que apuntaba el discurso Vicepresidencial.

Mientras que Andrónico Rodríguez, Edmundo Novillo, Adrián Quelca, Santos Cruz, por dar ejemplos, forman parte de lado “Evista” de Arce (un cacique, una línea vertical, cero diálogo, imposición, venganza, “muerte a las pititas”). Otros, como Del Castillo, Prada y Navia les toca de alguna manera definirse. Se encuentran “en el limbo” para la mitad opositora del país, pues no todos confían a ciegas en sus primeras declaraciones digamos que, por ahora, no confrontacionales. Se los juzgará con base en sus actos.

En todo caso, existen señales, por lo bajo, contradictorias. Por un lado, se toman violentamente la FEJUVE La Paz, pero echan a Jesús Vera del partido; por otro, despiden a funcionarios “no alineados”, pero se disculpan por el “exceso” desde Cancillería; por un lado, le entregan los cargos correspondientes por proporcionalidad del voto en brigadas a CC y Creemos en algunos departamentos como La Paz, Santa Cruz, Potosí y Beni, por otro, no devuelven los 2/3 y ponen a Wilfredo Chávez de Procurador.

Por un lado, Novillo anuncia el restablecimiento del “patria o muerte, venceremos” y masistas piden “aprehensiones express”, por otro, Lima habla de un compromiso de independencia judicial. Por un lado, fustigan a Waldo Albarracín y otros líderes civiles y cívicos, por otro, descartan milicias armadas, condenan al masista que sugirió tal cosa y recomponen la bandera del patujú en algunos ministerios.

Por un lado, Evo “lanza línea” y posesionan a un Viceministro “a pedido” del Ex Presidente, por otro, Arce no acompaña a Morales a su retorno y Eva Copa repudia a la justicia por ser proclive a los gobiernos (en plural, es decir, incluyendo el rechazo a la proclividad hacia el MAS) y Segundina Flores es descartada internamente para el Ministerio de Culturas, posiblemente por radical.

Unos juraron como autoridades puño en alto, otros, con la señal de la cruz y otros con la mano en el pecho. No es exactamente la “era de la reconciliación”, es más bien la “era del limbo”. Luis Arce, “el equilibrista de turno”, podría caer para cualquiera de los dos lados. Es hasta que decida quién quiere ser, si quiere ser el “corre, vé y dile” de Evo o ser el Presidente de Bolivia.

José Manuel Ormachea es politólogo y Diputado por Comunidad Ciudadana (La Paz)