Pedro Almodóvar se refleja en Antonio Banderas en una de las películas más personales del director

Pocos directores españoles pueden presumir del ser astros del cine a nivel internacional. Y quizás es por ello que ‘Dolor y gloria‘, el último largometraje de Pedro Almodóvar, resulta tan fascinante. Una monumental reflexión sobre director y obra que podemos ver esta noche, a las 22:05 horas en La 1 de TVE.



Ya el hablar del dúo formado por Pedro Almodóvar y su querido Antonio Banderas, llama la atención. Banderas sirve de espejo interpretando a Salvador, un maduro director que vivió gran éxito en los años 80 que ve una oportunidad de volver a primera plana cuando la Filmoteca restaura su mayor éxito.

Comenzará ahí un viaje interior en el que el presente se entrecruza con el pasado, con la infancia del director y con los pecados y aciertos que ha cometido en su carrera. Jugando con la ficción, la realidad y el deseo en una cinta altamente personal en el que, de algún modo, continúa los temas de ‘La ley del deseo‘ y ‘La mala educación’.

Junto a un soberbio Antonio Banderas, que se responsabiliza de encauzar la personalidad del manchego, el reparto está formado por Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia, Raúl Arévalo, Julieta Serrano, Nora Navas y Neus Alborch.

Una difícil y ficcionada apertura de corazón

Pedro Almodóvar logra hacer algo muy difícil. No estamos ante una obra hecha para y por la vanagloria de un egomaníaco. Sin quitarse los grandes méritos de su carrera, hay en todo momento un maratoniano ejercicio de desnudez honesta. De buscarse a uno mismo y cómo se ha llegado a donde se ha llegado llamando cada cosa por su nombre y envolviéndolo todo con una envoltura de deliciosa ficción.

El resultado es una asombrosa película que es íntima, personal y reflexiva que desde el primer minuto, con la enumeración de la enfermedad de Salvador, hasta ese último plano, es un fascinante diálogo. Consigo mismo y con nosotros.

‘Dolor y gloria’ fue recibida con los brazos abiertos con una aclamación unánime de público y crítica. Para muchos, de hecho, la mejor película española de 2019 (una de las mejores para nosotros, desde luego) y ganador merecido del Goya en 2020. Lástima que el Óscar no pudo ser.

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