Lejos de mortificarse por haber tenido este tropiezo, la cantante asegura que gracias a eso ha aprendido una lección muy importante.
Quedan pocos días para que podamos disfrutar por fin de Plastic Hearts, el nuevo disco de Miley Cyrus. ¿Y qué significa eso? Que estos días la cantante está metida de lleno en la promoción del mismo concediendo multitud de entrevistas para hablar del que será, sin duda, otro de esos grandes álbumes que nos deja sin poder bailar en una discoteca este 2020.
Pero hasta que podamos hacerlo siempre nos quedará el consuelo de poder escuchar las jugosas declaraciones que la cantante está dando. Algunas de ellas tan interesantes como la que concedió ayer a Apple Music, donde Cyrus reveló que después de un año sin beber alcohol porque así lo había decidido, tuvo una recaída reciente. Un tropiezo que, eso sí, lejos de sentir como un fracaso, ha hecho que vuelva a intentarlo desde una nueva perspectiva mental.
“Tengo que ser honesta y admitir que, como le ha pasado a mucha gente durante esta pandemia, he tenido momentos de mucho bajón. Por eso no puedo sentarme aquí a mentir. No he estado completamente sobria como me habría gustado”, reconoció Miley.
“Pero ahora que he vuelto a la sobriedad y que llevo dos semanas sin probar el alcohol, siento que realmente he aceptado por fin lo que me ocurrió. Ahora sé que no tengo que enfadarme por haber recaído, sino preguntarme por qué ha ocurrido”, admitió la artista, que aseguró no tener “ningún problema con la bebida” sino con las decisiones que toma cuando “bebe más de la cuenta”.
“Para mí, los 27 fue un año en el que tuve que decidir protegerme”, confesó Cyrus, que precisamente ayer cumplió 28 años. «Lo que realmente me hizo querer estar sobria fue que hemos perdido a muchos iconos a esa edad. Es un momento crucial en la vida, así que comienzas un nuevo capítulo, o se acabó. Y sé que algunos de esos artistas que fallecieron lo hicieron porque no pudieron manejar su propio poder y su propia fuerza. Les superó esa energía, la misma con la que nací yo”, concluyó dando a entender que, por suerte, ella sí es capaz de controlarla.