En el Chapare, escolares van a clases con pocas medidas y no usan desinfectantes

Las clases son presenciales y semipresenciales en la región donde no se cumplen a cabalidad las normas de bioseguridad. Varios estudiantes cambian por agua el alcohol que está en su lista de útiles.

María Mena M.  / Cochabamba

“Los estudiantes no creen en la Covid. Se les tiene que obligar  a usar barbijo y algunos portan agua en recipientes pequeños en vez de alcohol en gel, para fingir”, asegura Pamela N., profesora del nivel primario de la unidad educativa Ibuelo del municipio de Shinahota, en el trópico de Cochabamba. En ésta, como en decenas de escuelas del país, se pasan clases semipresenciales desde hace una semana.



La maestra descubrió el cambio durante un  receso, cuando vio que  los menores se “chisgueteaban” el líquido en las caras sin sufrir irritación en los ojos o en la piel. La profesora está segura de  que la idea de sustituir el alcohol por agua no surgió de los niños sino de sus padres u otro familiar,  pues  en las regiones del trópico muchos aún “no temen ni creen” en el coronavirus.

Pese a que Bolivia vive el tercer mes de la segunda ola  de la pandemia, en el Chapare (los municipios de Villa Tunari, Shinahota, Chimoré, Entre Ríos y Puerto Villarroel), los Consejos Educativos y autoridades municipales acordaron el inicio de clases bajo la modalidad presencial y semipresencial con la condición de aplicar y dar cumplimiento  a las medidas de bioseguridad.

Sin embargo, debido a diversas limitaciones y el escepticismo sobre la existencia del coronavirus, que persiste, algunos padres y escolares no cumplen con las recomendaciones de prevención dentro y fuera del aula.

El Gobierno, a través del Ministerio de Educación, instruyó tres modalidades para el inicio de labores educativas desde el 1  de febrero: presencial, semipresencial y a distancia, según el riesgo de contagio.

De acuerdo con el reporte de los Servicios Departamentales de Educación, el 43% de los establecimientos educativos del país retornaron a clases en las aulas. El otro porcentaje optó por la modalidad a distancia a través de plataformas virtuales, apoyo escolar y medios de comunicación.

Las limitaciones

“La Alcaldía (de Shinahota) nos dio dos medidores de temperatura, cuatro latas de alcohol Caimán, dos bolsas de detergente de 15 kilos, dos botellas de cinco litros de jabón en líquido, tres fumigadores, cuatro escobas y cuatro  gomeros. No hay lavandina, no hay pediluvios ni botiquín  de primeros auxilios”,  lamenta  la profesora Pamela ante los insuficientes insumos de bioseguridad que tiene su unidad educativa. Teme contraer el virus mientras da clases.

El temor es  generalizado entre los profesores, cuenta la maestra, pero no pueden oponerse a las clases presenciales debido a que los padres son “intransigentes” y los dirigentes “ordenan y amenazan” con “despidos” a quienes no cumplan con las disposiciones de las federaciones.

Primer día de clases

Los primeros días de clases en las escuelas del trópico fueron irregulares debido a que algunos profesores  terminaban de inscribir a los escolares rezagados. Los educadores instalaron un pupitre junto a  la puerta del aula y a más de un metro de distancia, otro escritorio para el padre o madre de familia que debía entregar la documentación.

En la escuela Marcelo Quiroga Santa Cruz, en el municipio de Chimoré, en las imágenes difundidas por canal 13 de esa región, se observa a la mayoría de los estudiantes con barbijos, protector facial y alcohol en gel o desinfectante como parte de su uniforme . Sin embargo, algunos estudiantes y padres no respetan las medidas de bioseguridad.

En la puerta principal de la escuela había una persona que se encargaba de brindar alcohol en gel para que los escolares y que los padres desinfecten sus manos. Pero no se encontraron pediluvios,  túneles de desinfección  ni termómetros.

El director de esa escuela, José Luis Siles, declara que la unidad educativa aún se adecúa a los cambios y que realizan campañas de concientización sobre las medidas de bioseguridad y la letalidad del virus.

Benito Rioja Olivera, director de la unidad educativa Padre Gerónimo Usera,  admite que iniciaron las clases con limitaciones, sobre todo en cuanto a insumos de bioseguridad,

“Las clases no habrán empezado con el 100% de las medidas de bioseguridad, pero tenemos algo para sustentar y enfrentar esta realidad”, dijo Rioja.

Estudiantes    en la escuela  Ch’apisirka.
Foto:María Mena /Página Siete

Clases semipresenciales

“Para un grupo las clases serán lunes, miércoles y viernes. El otro grupo pasará martes y jueves. La siguiente semana empezará el grupo que le tocó martes. Será intercalado para que todos puedan pasar la misma cantidad de horas. Esa es la modalidad semipresencial”, explicó Siles.

Añadió que a diario se toma la temperatura a los profesores, se les realiza un control de su salud y se les instruyó que mantengan distancia con los menores y padres para prevenir algún contagio. “No queremos que sean un foco de infección y así evitar susceptibilidad en los padres de familia. Nos estamos cuidando. Así va a ser todo el año”, dice.

En el interior de las aulas el número de escolares es inferior a los 25 y hay distanciamiento entre un pupitre y otro. Los maestros instruyeron a los papás que envíen a sus hijos con una lonchera porque los quioscos de la escuela fueron cerrados para evitar la concentración de los menores. Sin embargo, afuera abundan  puestos de golosinas.

Padres se organizan

El presidente del Consejo Educativo de la escuela Marcelo Quiroga Santa Cruz, Jhonny Rappu Cortez, indica que los padres se organizan y se encargan de verificar el cumplimiento de las normas de bioseguridad. Además, dice que con recursos propios adquirirán termómetros digitales e insumos para prevenir la propagación del virus.

“El municipio aportó con algunos insumos, pero nosotros vamos a reforzar porque es de vital importancia precautelar la salud de nuestros hijos”, afirma.

Escolares de primaria , con barbijos, en la escuela  Marcelo Quiroga de Chimoré.
Foto:Canal 13 Chimoré

Si se detectara un caso sospechoso positivo de coronavirus en la escuela, explica Rappu, se suspenderían las clases en el curso o todo el establecimiento dependiendo  de un análisis  previo. Se realizaría un rastrillaje, según normas sanitarias.

La responsable de la Red Distrital III de Educación, Socia Reyes, informa que en el municipio de Villa Tunari se conformaron

Centros de Operación de Emergencia Estudiantil que están a cargo de la aplicación de los protocolos de bioseguridad.

“Su función es dar charlas y orientación sobre salud. Pueden tomar decisiones si se detectara un caso positivo o sospechoso, su aislamiento y tratamiento. Tiene que dar un reporte para saber el comportamiento del virus o si hay rebrote”, detalló.
Los maestros pagan por  cartillas que usan
Comunidades carecen de internet, Tv y radio

Muchas comunidades del país no tienen acceso a internet, a televisión ni a radios como medios alternativos para aplicar la modalidad de educación a distancia. En esas escuelas, la única opción es la enseñanza presencial, pese al riesgo de la Covid-19.

Ni menores ni adultos  usan barbijo en  escuelas del trópico.
Foto:Canal 13 Chimoré

“En las comunidades alejadas no funciona la educación virtual porque no hay señal de internet.  No hay televisión ni radio”, afirma Leyla Cartagena, profesora de una escuela en la comunidad Ch’apisirka del municipio cochabambino de Tiquipaya.

Explica que el año pasado, luego de la suspensión  de las labores educativas a causa del coronavirus, los profesores de su núcleo escolar  decidieron aplicar la educación a distancia mediante  cartillas educativas, pero esta modalidad no funcionó. Por ello, acordaron retornar a las aulas este año.

“Las cartillas fueron creadas según el grado de escolaridad de los estudiantes. El costo lo pagamos los profesores. Imprimíamos el material y lo distribuíamos de forma gratuita, pero igual así no funcionó”, lamenta Cartagena.

Ahora en cada curso hay entre 22 y 35 alumnos que serán divididos en dos grupos para reducir la posibilidad de  contagio. Entre las medidas de bioseguridad que aplican están  distanciamiento social, el uso obligatorio de barbijos y el lavado constante de  manos. Los profesores, antes de ingresar a la comunidad, se realizaron la prueba PCR. Aquellos que dieron negativo dan clases; los positivos deben mantenerse  aislados .

“Yo tengo conocimiento en las hierbas medicinales. Voy a aplicar vaporizaciones en mi aula”, dice la maestra. Cuenta que el año pasado, en la Distrital Cordillera, la mayoría de los profesores enfermaron  con Covid. Uno de ellos perdió la vida. Reconoce de los riesgos de las clases presenciales, pero es la única opción en esas comunidades.