El Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Santa Cruz determinó reforzar sus controles fronterizos con Brasil ante la alerta de una nueva cepa del COVID-19 y reveló que entre 400 a 600 personas entran diariamente a Bolivia procedentes de Europa en «vuelos disfrazados de humanitarios», pese a un decreto que suspende el ingreso de vuelos de países de esa región para evitar la presencia de la cepa del Reino Unido.

«Estamos trabajando en las fronteras reforzando el control de ingreso, exigiendo el PCR y que si captamos a alguna persona sintomática en el aeropuerto Viru Viru procedente de Brasil u otro país, o en la frontera de San Matías o Puerto Quijarro, estos tienen que ser evacuados a algún centro de salud para su inmediata atención y toma de muestra», afirmó el gerente de la Unidad de Epidemiología del Sedes Santa Cruz, Carlos Hurtado.

Para facilitar un mejor control en las fronteras terrestres que limitan con Brasil, se planifica desplegar brigadas que ayuden a los equipos de salud de los municipios que están cerca de las áreas limítrofes.

«Estos centros fronterizos tienen la capacidad de atención y toma de la prueba PCR o la de antígeno. De otra manera nos estamos movilizando también con el equipo técnico del Sedes a estas fronteras los próximos días para poder darle certidumbre a la población».

A pesar de la vigencia de la prohibición de vuelos procedentes de Europa para evitar el ingreso de la cepa de Reino Unido, hay personas que burlan los controles y llegan a Bolivia.

«Algunos vuelos disfrazados de humanitarios hacen que lleguen diariamente de 400 a 600 personas desde Europa, que podrían tener la enfermedad, venir con un PCR negativo pero en período de incubación enfermar en Santa Cruz y contagiar a su entorno. Por eso tenemos que empezar a aplicar medidas más drásticas antes de que tengamos que contar más enfermos por esta nueva cepa, más hospitales saturados y más fallecidos», advirtió.

Mediante decreto 4473, el Gobierno amplió hasta el 31 de mayo la suspensión de ingreso a Bolivia de vuelos procedentes de Europa, como parte de las medidas de bioseguridad para contener la propagación del COVID-19 y el ingreso de una nueva cepa.

En diciembre fue aprobada la restricción de ingreso de vuelos procedentes de Europa para “evitar el ingreso de la nueva cepa de la COVID-19 al territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, a fin de preservar la vida, la salud y la integridad de todos sus estantes y habitantes”

Aunque aún no existe información oficial que confirme la circulación de la cepa brasilera u otra variante en el país, municipios de Beni reportan un incremento de casos y sospechan de un posible ingreso de esta mutación del vecino país, dada la amplia frontera. Personal del Ministerio de Salud viajó a Beni a realizar reuniones de coordinación con el Sedes.