Poética del ocio

Emilio Martínez Cardona

Por esta semana, le doy vacaciones a los temas políticos que nos agobian y comparto un divertimento publicado en la revista literaria Paréntesis, del PEN Santa Cruz.



1. El movimiento es dolor. La quietud, un acto de fe.

2. Una rosa, el arcoíris, el agua serena de un estanque, los momentos capitales de la belleza, ¿no son acaso obras maestras de la quietud?

3. El ocio es la realidad primera y última.

4. El movimiento (ya lo demostró Parménides) es una ilusión. Pero una dolorosa ilusión.

5. Obra a través de tu ocio.

6. Flojera: nostalgia de la eternidad.

7. Sólo al flojo le es dado el arte de mover montañas.

8. Aspira a la quietud alada de los ángeles.

9. Bienaventurados los flojos, porque serán salvos del infierno del movimiento.

10. El mundo es transformado mediante la contemplación pura.

11. Sólo desde el Punto Quieto puedes entregarte al ejercicio de la voluntad absoluta (aquella que no necesita de movimientos para ser realizada; aquella que dice: hágase, y al instante es).

12. La pieza central del Universo, el eje en torno al cual giran el tiempo y las galaxias, Dios, es el Inmóvil, el eternamente quieto.

13. Flojo: aprendiz de Dios.

14. La quietud es gravedad. A mayor sosegamiento, mayor poder de atracción.

15. Todo movimiento necesita de un centro quieto.

16. El trabajo es acción humana. El descanso es acción divina.

17. El mediocre obra; el genio descansa.

18. Perdóname, Padre, por no haber descansado lo suficiente.