¿Qué país quisiera Ud. para sus hijos?

 

 



Cada uno de nosotros tiene una idea del tipo de país que quisiera heredar a sus hijos, en función de sus propias convicciones. Pensando “en grande”, qué tal:

Una Bolivia donde la armonía sea fruto del mutuo respeto, la solidaridad, la no discriminación, la inclusión social, y que las diferencias se solucionen dialogando.

Que la naturaleza esté al servicio del hombre -y no al revés- pero que su aprovechamiento sea racional a fin de maximizar los beneficios desde el punto productivo, ambiental y social, sin comprometer su aprovechamiento futuro.

Que el desarrollo sea sostenido y sostenible, gracias a políticas públicas de incentivo a la inversión privada, la producción de bienes y servicios, la creación de más empresas y el fomento de la productividad y la competitividad.

Que la formalización de la economía sea lo que fortalezca las recaudaciones del Estado, antes que el aumentar la presión tributaria.

Que los trabajadores y empresarios privados se sienten en una misma mesa junto con el Gobierno -como recomienda la Organización Internacional del Trabajo- para acordar políticas públicas que lleven a crecer a tasas del 7% u 8%, como en el pasado, y que ese incremento se refleje en una severa disminución de la pobreza y una mejor calidad de vida en todos los Departamentos.

Que la población boliviana haya entendido que comprar barato sale caro y, por tanto, prefiera comprar productos nacionales, y no los de contrabando, ya que esto significará más empleos dignos en el sector legal de la economía.

Que el país destaque por la cantidad y variedad de productos de exportación al mundo, gracias a una política de promoción que aliente la venta de bienes con valor agregado, haciendo que el país crezca por encima de las posibilidades que ofrece el mercado interno, con un enorme impacto, al ser el rostro social de las exportaciones los empleos formales con mejores sueldos, que generan.

Que la actividad económica en el país se expanda de tal forma, que “falten manos” en el mercado laboral, haciendo que no solamente quienes cada año se incorporan como parte de la Población Económicamente Activa puedan emplearse sin dificultad, sino que, aquellos que cada año salgan de las Universidades o Institutos Técnicos puedan ejercer su profesión siendo bien remunerados.

Que aumenten las posibilidades de producción de bienes y servicios en el país, tanto en función de una clase media incrementada, como de millones de bolivianos que vivían en el exterior y retornen con opciones de realización personal, gracias a lo cual muchas familias que estaban separadas por la necesidad de emigrar para generar ingresos, finalmente se puedan reencontrar.

Que el país garantice la seguridad jurídica con sus leyes e instituciones; que la justicia funcione bien y que Bolivia destaque a nivel mundial con la firma de Acuerdos internacionales para captar inversiones, convirtiéndose en un polo de atracción de capitales, tecnología y know how para el desarrollo de una economía de servicios, pero también, de una economía del conocimiento.

Que los micro, pequeños, medianos y grandes emprendedores, todos ellos se miren como “empresarios”, y convivan complementándose con la producción artesanal, indígena, comunitaria, campesina y originaria, y que todos, absolutamente todos, progresivamente tengan mejores condiciones de vida en términos de acceso a servicios de calidad en salud, educación y capacitación, pero que también gocen del descanso y esparcimiento.

Que, como ocurre en las sociedades desarrolladas, reine una justicia que lleve a la pacífica convivencia, la seguridad ciudadana y la paz social, por el pleno respeto de la Ley y el buen funcionamiento del sistema democrático.

Que las autonomías departamentales y municipales, contando con mayores ingresos presten mejores servicios, sumando esfuerzos y capacidades con el gobierno central ofreciendo un mejor futuro a todos los ciudadanos.

Si estos deseos le parecen bien ¿por qué no se los pedimos a Dios y nos esforzamos para que se hagan realidad?

 

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional