Siete días de impedimento y muchísimos de color

Eso dijo el forense: “Siete días”. Oye, tal vez por dentro necesités más tiempo para curarte las heridas más profundas; no será fácil, a esas hay que ayudarlas a cicatrizar.

Lo mejor de todo es que los remedios están dentro de vos. Lo primero y más urgente es conseguir recuerdos nuevos y más buenos. Una cancha de fútbol, una pista de skate, una piscina donde te salga una aleta dorsal de tanto nadar. Prepararte, transformarte, correr, saltar, ya no para escapar, sino para alcanzar nuevos sueños, una nueva vida, una nueva realidad.

En el arte también hay refugio. La música, la pintura, las letras, las tablas, cualquier espacio donde podás crear un nuevo hogar sin gradas por donde rodar. La escultura, el audiovisual, la declamación, la posibilidad de expresarte sin miedo, respirar sin ansiedad, dormir sin gritos de terror, ¡no más persecución brutal!



La ciencia, la tecnología, la investigación. Maravillosos espacios donde canjear la tragedia personal por servicio a los demás. ¿Te imaginás que podás desarrollar una app para que millones de niños en tu misma situación puedan avisar lo mal que están y pedir auxilio sin complicarse aún más? O tal vez te den ganas de ser el primer astronauta de Santa Cruz. ¿Por qué no?

Los negocios, emprender, generar ideas geniales. Sobran los casos de hombres y mujeres exitosos que surgieron de la nada, a veces de la más terrible adversidad. Solo hay que buscar aquellas historias inspiradoras y lanzarse al mar.

Reconstruir, diseñar un nuevo final feliz es posible; pero es necesario un pasito más. Más tarde, con infinita paciencia, deberás intentar el perdón, sin gastar tus energías en innecesarias justificaciones o explicaciones. Las cosas ocurrieron así, ya está. Tendrás en tus manos la posibilidad de no repetir la historia cuando, como hombre mayor, te toque la responsabilidad de cuidar a otros como vos.

No sé si algún día te llegue esta carta. Ojalá alguien, en la inmensidad de estas redes, te la pueda entregar. Solo quería decirte que lo peor ya pasó y que tenés un destino de color. Lo mejor aún está por llegar.

ALFRED (cuenta cuentos)