2025: la necesidad de un proyecto nacional para el bicentenario

A pesar de su derrota en las recientes elecciones departamentales y municipales, está claro que el Movimiento Al Socialismo es el único partido y proyecto de poder con carácter nacional, ya que los otros “partidos” son meras siglas partidarias, pues carecen de estructuras, pero sobre todo de un conjunto de ideas y programas que engloben los principios y valores que proclaman.

Para vencer al MAS en las elecciones nacionales no basta el “voto útil” o el “voto con fe”, sino la creación de una alternativa que imponga un nuevo sentido común en el debate público. Un proyecto político que articule y proclame el cumplimiento de una serie de demandas y necesidades de la población boliviana que no han sido satisfechas por el Estado boliviano, independientemente del gobierno.



Considero que esta alternativa tiene que articular las siguientes demandas:

  • fin del autoritarismo y reforzar el sistema republicano;
  • Mayor libertad económica y seguridad jurídica;
  • modernización del Estado;
  • descentralización económica y administrativa;
  • políticas efectivas en cuidado del medio ambiente;
  • lucha contra la corrupción;
  • consolidación de los derechos de la mujer, indígenas y otros grupos discriminados.

Señalo estas pues son reclamos de la población que el Estado boliviano, independientemente del gobierno de turno, no ha cubierto oportunamente a lo largo de estos años.

Para la construcción de una Bolivia próspera, moderna e inclusiva urge terminar también con la falsa dicotomía de oriente y occidente, pues es necesario comprender que las ideas descentralizadoras no se oponen a una región en específico, sino que se opone a un sistema centralizado, donde sea que este se encuentre. Cabe agregar que la descentralización es beneficiosa para todos los municipios y departamentos del país, sin excepción.

Para lograr el objetivo urge también superar la división y conflictividad entre diversos sectores de la población, y esto solo será posible entendiendo que el verdadero enemigo a vencer no son los miembros de una agrupación política, sino las ideas y prácticas nocivas que han sido implantadas en la sociedad y la administración pública, que datan de mucho antes del 22 de enero de 2006, cuando el MAS llegó al ejecutivo nacional por primera vez. Además de la corrupción, el centralismo y el estatismo, que son muy dañinos, recordemos que la polarización, la radicalidad (de izquierdas y derechas) y el confrontamiento también nos mantiene en el atraso y la pobreza.

Es momento de repensar Bolivia, y para ello es necesaria la emergencia de liderazgos y proyectos que promuevan, articulen y pongan en práctica estos planteamientos y nueva lógica política. Porque mediante la articulación de un cambio en la sociedad y el surgimiento de un proyecto nacional de esta índole, que promuevan el diálogo, la paz, y el respeto hacia el otro es que nos encaminaremos al progreso, bienestar y libertad. Solo así podremos, en el bicentenario de la república, dar un paso adelante como país, en beneficio de todos los bolivianos.

José Hugo Antelo – presidente de la Casa de la Juventud, estudiante de Derecho