Kate del Castillo a qué has venido

 

Dante N. Pino Archondo

Escuché un intercambio de opiniones entre dos periodistas, los señores John Arandia y Mario Espinoza, ambos conocidos por la ciudadanía, discrepando sobre las consecuencias que tendrá la presencia de la artista Kate del Castillo que es protagonista de la serie “La reina del Sur”, que vino al país para realizar algunas tomas de esta saga.

Arandía dijo que esa presencia unida a lo que significa el tema que trata la serie, no es algo que convenga a la imagen del país, porque sería una manera de fomentar la idea que tienen en el exterior de que los bolivianos somos narcotraficantes. Arandia decía esto expresando su incomodidad y disgusto por permitir que se hagan películas mostrando a Bolivia como un país narcotraficante.



Hay, no cabe duda cierta candidez en el sentimiento del periodista. Los elementos que configuran la estructura del gobierno y desde este los tentáculos que extiende en los otros Poderes del Estado y las instituciones públicas todos están infectados por el narcotráfico.

 Primero, durante catorce años el presidente Evo Morales fue paralelamente presidente de las seis federaciones del trópico de Cochabamba que es la organización que concentra a los productores de la hoja de coca. En la Constitución Política del Estado Plurinacional se consigna a la hoja de coca como símbolo nacional. Se expulsó a la DEA el año 2008 acusándola de conspiración. La extensión del cultivo de la coca se incrementó de 12 mil ha a 20 mil.

Ahora la pregunta inevitable: La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (UNODC) estimó el año 2012 que la producción de la hoja de coca podía alcanzar a las 48.100 ha ¿Usted cree que son necesarias 48 mil ha de coca para atender la demanda de acullico (masticación de la hoja por indígenas) que originalmente fueron establecidas en 1985 en 12 mil ha? La respuesta es, no. La costumbre de masticar la hoja de coca es decreciente en la sociedad, consiguientemente su incremento no tiene ese objetivo,

Por tanto, ¿a dónde va el excedente que se produce? No queda duda que al mercado ilegal que sustenta al narcotráfico. Las cifras en valor de esta situación, tanto de la hoja de coca como de sus derivados, giran alrededor de los mil millones de dólares. Esto es lo que hace de los cocaleros una fuerza, política, sindical y militar temida. Que tiene territorio propio donde el Estado no tiene autoridad. Que controla la Asamblea Legislativa – su presidente, así como diputados y senadores son cocaleros en buena parte – que controla por extensión al poder judicial y al electoral y que decide que medidas de corte económico y social pueden ser promulgadas.

Entonces: ¿Bolivia debería ser vista de otra manera, que no sea como un Narco Estado? Y en este contexto, ¿debería extrañar que una serie dedicada al tema del narcotráfico se proponga filmar en territorio real, donde la droga tiene reino propio?

Concuerdo con John Arandia que esto resulta penoso e indeseable, pero no es suspirando y lamentando como nos libraremos de tener el gentilicio nacional destrozado. Es necesario que los bolivianos tomen conciencia de su realidad. Que, si persisten en votar y hacer gobierno a la fuerza de la coca, no se quejen por la forma en que se vea a Bolivia desde el exterior.