Nuevas “cepas” leninistas

Emilio Martínez Cardona

Aquí y allá, por las diversas naciones de nuestra América Latina y allende el océano, se libran día a día singulares batallas por libertad y democracia, muchas de ellas ante la amenaza de nuevas “cepas” del viejo leninismo, remozado bajo distintas máscaras.



En España, la formación neocomunista Podemos parece estar pasando por un momento crítico, con las revelaciones de variados escándalos de corrupción que salpican a su líder y ex vicepresidente de gobierno, Pablo Iglesias, que incluso baraja la posibilidad de instalarse en Caracas como asesor del dictador Nicolás Maduro (a salvo, además, de investigaciones judiciales por enriquecimiento ilícito).

Uno de esos escándalos, el de la consultora Neurona, ha concitado la atención del Parlamento Europeo, interesado por conocer el financiamiento del régimen de Evo Morales a los podemitas. Tema que puede haber dejado un tanto distraídos a los neocomunistas ibéricos, en la reciente votación donde la Eurocámara se pronunció contra los abusos a la ex presidenta boliviana Jeanine Añez.

Volviendo a este lado del Atlántico, Perú se juega nada menos que la supervivencia del sistema democrático, con la candidatura de Pedro Castillo auspiciada por un partido de autodefinición marxista-leninista. Su oponente, Keiko Fujimori, va acortando distancias en las encuestas, mientras se producen decantaciones a su favor como la de Mario Vargas Llosa, en un importante gesto de responsabilidad histórica. Esperemos que Hernando de Soto haga lo propio en los próximos días.

Preocupa en El Salvador el “bukelazo” al Poder Judicial, con destituciones exprés de magistrados y ocupación de tribunales por uniformados, en busca de una hegemonía institucional absoluta del oficialismo. Y aunque Bukele haya cultivado una imagen centrista en su campaña electoral, no es difícil encontrar en el archivo declaraciones suyas en favor de Hugo Chávez y del Che Guevara, lo que mostraría una línea profunda de carácter totalitario.

En Bolivia, Evo Morales sigue presidiendo desde El Chapare una suerte de gobierno de facto, paralelo al nominal de Luis Arce. Y en momentos en que desde su propio partido se alzaban voces para cuestionarlo por el fracasado “dedazo” en las elecciones departamentales y municipales, el devaluado exJefazo terminó siendo arropado por un grupo de empresarios mercantilistas (antiliberales), que fueron a rendirle pleitesía a la republiqueta cocalera en el Trópico de Cochabamba.

Mientras tanto, Venezuela sigue expulsando económica o políticamente a sus ciudadanos, pasando los 5 millones y medio de refugiados, en un proceso que, de continuar a este ritmo, sobrepasaría hasta fin de año al éxodo sirio. La “cepa” chavista del leninismo ha demostrado ser tan devastadora como una guerra civil.