En un pueblo a orillas del Titicaca nadie sale por las noches, pero no por temor al Covid-19 sino al Kari Kari

Al finalizar la tarde las calles de Chua, municipio de La Paz, comienzan a vaciarse por temor al mítico Kari Kari. Una mujer contó que en una oportunidad «le extrajo grasa de su cuerpo».



Fuente: Unitel

En todas ciudades del país y en los pueblos, la mayor parte de la población se opone a las restricciones de horario para frenar al Covid-19; sin embargo, en Chua, una localidad a orillas del Titicaca no es necesario ninguna norma para que la gente no camine por las noches, en esta comunidad la gente no sale por miedo al Kari Kari.

Hace dormir, sinceramente no te acuerdas de nada”, contó a Unitel Sabia Cuarite, pobladora de Chua, quien señala que fue víctima del Kari Kari.

La mujer contó que cuando despertó sintió un fuerte dolor en la cintura y tras revisar esa parte del cuerpo todo estaba amoratado.

Apuntándose a una parte del rostro, Salomé Charca, señaló que en se encuentro con el Kari Kari la dejó semiadormecida pero se salvó a tiempo.

Un temblor se me ha subido como si te estuviera asustando alguien y más allasito el perro estaba parado”, contó.

José Mamani, responsable de Cultura de la Alcaldía de Chua señaló que el Kari Kari es un personaje mítico y siniestro que deambula por las calles con el objetivo de extraerle la grasa a las personas.

“Este cebo cuesta mucho dinero, arriba de los 10 mil dólares indican y es por eso que cuando una persona viaja al altiplano, al Lago Titicaca no debe dormir en la movilidad”, señaló Mamani.

En agosto del año pasado debido a la elevada cantidad de decesos registrados por el Covid-19, un grupo de personas atribuya esas muertes a una mujer a la que acusaba de ser el Kari Kari. En principio fue llevada a la plaza principal del pueblo le recriminaron; sin embargo, el caso no pasó a mayores por el temor que sentían.

No han podido comprobar y la han entregado a la Policía para que la remitamos a la autoridad competente”,  explicó Casiano Calisaya, policía de Chua.

Algunas personas que están obligadas a salir por las noches, cargan consigo ajos para evitar enfrentarse al Kari Kari, otras personas aunque otras personas apuestan por otros métodos.

“Para afrontar las axilas hediondas, los sobacos hay que oler y ya no te va a sacar nada”, aseguró Salomé Charca.