La escalofriante confesión de la mujer de 80 años que asesinó a su exesposo y lo enterró en su casa

Irma Ortiz reveló ante la Fiscalía cómo dio muerte a su esposo de 78 años y luego ordenó cavar un pozo para sepultarlo en su vivienda, ubicada en zona sur de la ciudad Santa Cruz.

Fuente: Unitel

La historia detrás de la muerte de Florencio Cadima Ponce, el hombre que desapareció en  junio de 2019, dio un giro inesperado: la autora material e intelectual del crimen al parecer es la pareja del hombre de 78 años y sus cómplices en el hecho de sangre serían la hija, los nietos y el yerno.



La frialdad de las palabras con las que Irma Ortiz Loyola cuenta la forma en que acabaron con la vida de Florencio, distan mucho de la imagen que una mujer de 80 años proyecta a los ojos de cualquier persona.

Florencio fue encontrado enterrado en el patio de una casa ubicada en la urbanización Toborochi, zona sur de la ciudad Santa Cruz la noche del miércoles.

Ahora los investigadores han puesto los ojos en la versión de Irma, que describe los últimos momentos en la vida de Florencio e involucra a sus tres nietos y a su hija Irma, a los primeros los pone como los sepultureros del abuelo y a la hija como la única que lloró la muerte de su padre.

Estos son fragmentos de la declaración de Irma Ortiz Loyola, de 80 años y natural de Beni

(El siguiente relato puede afectar la sensibilidad de algunas personas, recomendamos precaución)

Irma cuenta que Florencio era su exmarido y que al momento del asesinato llevaban 20 años de no convivir, relató que la vida a su lado no era tranquila «por fin duermo tranquila, porque él era militar, era muy abusivo conmigo y con mis hijas», señala.

«Vivíamos en la misma casa, pero no todo el tiempo, esas veces que él murió vivíamos en la misma casa pero en diferentes cuartos, porque yo no quería saber de él», agrega.

Cuando el fiscal pregunta cuándo fue la última vez que lo vio con vida confiesa:

«La última vez que lo vi fue cuando le pegué con la barreta, es un fierro redondo y mide más de 1 metro, es más alto que mi bastón. Le pegué en la parte de atrás de la cabeza y no cayó, quedó medio borracho, se sujetaba en la puerta del baño yo me estaba acercando para rematarlo y mi hija, Irma Cadima Ortiz, me atajó . Ella me dijo, mami modérese qué le pasa seguía vivo y creo que le pegó a mi hija», relata.

​Luego cuenta que Florencio se desmayó y estuvo vivo por varios minutos. En la declaración implica a su hija y a sus nietos, a los que señala de haberla ayudado a dar fin con la vida de su exesposo.

«Mi hija Irma me dijo que vaya a ver a los chicos, yo le respondí que no quería me senté y pensé que Florencio podía ir a denunciar a la Policía, me dije que si me denunciaba yo iba a decirle a la Policía que él era muy violento y que paraba pegando a mis nietos, a su hija y a mí».

Luego agrega que volvió al cuarto y al verlo con vida tomó un arma blanca y terminó por quitarle la vida.

Tras asesinarlo ordenó que se cavara un pozo y fuera enterrado ahí. «Irma se entró a su cuarto a llorar, yo me fui a sentar nuevamente a la puerta principal, vino mi nieto y me dijo que ya estaba en el pozo, lo envolvimos en una sábana blanca con vista al cielo y lo enterramos, luego limpiamos toda la casa, especialmente su cuarto», añadió.