La región de Chile que ya alcanzó la inmunidad de rebaño

Las autoridades celebraron haber completado la vacunación con dos dosis del 80% de la población, marcando un faro para el resto del país. Aunque ya se observan efectos positivos, recomiendan cautela y la continuidad de los cuidados

Vacunación de personal sanitario en Magallanes, Chile (Foto: Europa Press)

Vacunación de personal sanitario en Magallanes, Chile (Foto: Europa Press)



Se desocuparon camas en cuidados intensivos, cayó la positividad y la población dejó un ciclo de largos encierros. En Magallanes, la región más austral de Chile, viven el alivio de haber vacunado contra el COVID-19 a más de 80% de su población objetivo y ser el “faro” de Chile rumbo a la inmunidad de rebaño.

Autoridades locales y sanitarias celebran esta semana, en pleno invierno, haber llegado a esa meta en la región de Magallanes, donde 141.030 personas de una población de más de 170.000 completaron el esquema de dos dosis de vacunación. Después de meses complejos, el respiro se toma con cautela.

“No es para cantar victoria, tenemos que seguir insistiendo en las herramientas de precaución”, afirma a la agencia AFP Isabel Iduya, subdirectora médica del Hospital Clínico Magallanes en Punta Arenas, a 3.000 km al sur de Santiago. “Pero sin duda estamos es una situación que nos permite ser optimistas y darle su crédito a la vacuna”.

Personas con tapabocas caminan por el centro de Santiago (EFE/Alberto Valdés)

Personas con tapabocas caminan por el centro de Santiago (EFE/Alberto Valdés)

Si bien en Chile reconoce que el inmunizante más empleado en su exitoso plan de vacunación, el del laboratorio chino Sinovac, es de los menos eficaces en impedir contagios, sí ha venido reduciendo en las últimas semanas los índices de casos graves y la muerte.

No obstante, el sistema sanitario a nivel nacional sigue bajo alta presión con más del 95% de camas críticas ocupadas. Y en este escenario, Magallanes, el último punto continental de Chile, es un faro de esperanza.

“El 81,46% ha recibido dos dosis, y se ven efectos positivos”, recalcó el ministerio de Salud respecto a esta región patagónica enfrente de la Antártida, que fue de las primeras en sentir el golpe de la pandemia en marzo de 2020 por su gran atractivo para turistas de todo el mundo, además de ser un puerto con importante tránsito internacional.

“Hay que seguir ampliando la vacunación para todos. Ahora hemos tenido una excelente respuesta de los jóvenes ante el llamado a vacunarse, y seguir usando mascarillas, porque todavía nos quedan los dos meses más fuertes del invierno”, advierte la doctora de Iduya, justo cuando se confirmó en Chile el primer caso de COVID-19 con la variante Delta.

La ruleta rusa del virus

Personas esperan en un centro de vacunación móvil para recibir una dosis de la vacuna Sinovac en Santiago (Foto: REUTERS/Iván Alvarado)

Personas esperan en un centro de vacunación móvil para recibir una dosis de la vacuna Sinovac en Santiago (Foto: REUTERS/Iván Alvarado)

La doctora Lidia Amarales, responsable del Departamento de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes, precisó que “a medida que el porcentaje de vacunación ha ido aumentando, ha habido una disminución inversamente proporcional del número de casos activos”.

“Hoy tenemos 176 casos con el 3% de positividad, lo que es una cifra muy optimista”, afirmó a medios locales.

Ninguna de las comunas (municipios) de esta región está hoy en cuarentena estricta y esta semana los nuevos casos fueron los más bajos desde el inicio de la pandemia.

A nivel nacional la positividad promedia 7,53% esta semana.

El Congreso autorizó el jueves extender el estado de excepción por catástrofe hasta septiembre, cuando Chile cumplirá un año y medio con toques de queda nocturnos, limitaciones de desplazamientos y viajes, alteración en actividades laborales, escolares y sociales, y militares en las calles por una pandemia que suma más de 1,5 millones de infectados y más de 32.000 muertos.

En Magallanes confían en que la vacunación de adolescentes menores de 18 años, que ya empezó, y la pronta autorización para inocular niños mejoren el panorama.

Una mujer camina frente a una oficina de un banco cerrada al público debido a una cuarentena en Santiago (Foto: EFE/Alberto Valdés)

Una mujer camina frente a una oficina de un banco cerrada al público debido a una cuarentena en Santiago (Foto: EFE/Alberto Valdés)

Hace un año trasladaban pacientes en aviones medicalizados a otras regiones porque no daban las camas. Desde abril esto fue imposible porque todo Chile ha sufrido la pandemia en simultáneo.

Esta región continental remota cuyo abastecimiento tiene las complejidades de una isla, pudo durante el año triplicar su capacidad de camas y tener laboratorios para procesar PCR (hisopado), algo que no tenían antes.

Con temperaturas máximas de 6 grados centígrados, lluvia y un viento que sacude a transeúntes, en Punta Arenas ven con sorpresa y desconfianza las aglomeraciones sociales del verano en Europa. “Esperemos que no caigamos otra vez en una nueva ola que nos arrastre a todos”, comentaba en una radio Adriana Gaete, una funcionaria bancaria.

La doctora Iduya fue una de las primeras pacientes graves en abril de 2020, cuando se contagió en su trabajo en la unidad de cuidados intensivos, donde terminó hospitalizada de gravedad.

A mí me tomó siete meses volver a trabajar y jamás me imaginé que podía enfermar de esta manera. Todo el equipo en el hospital sabía que nos íbamos a contagiar en algún momento, pero mi caso demostró que este virus es realmente una ruleta rusa y le puede tocar a cualquiera”, afirmó.

(Claudio Monge y Paula Bustamante, Santiago, para AFP)

Fuente: infobae.com