Nuevas denuncias de negligencia e incumplimiento de la ley ponen a la CNS contra la pared

El diputado anunció que la Fiscalía Departamental ya conformó una comisión de fiscales para investigar estos y otros casos.

Una madre sostiene a su hija, durante la conferencia de prensa en la Briaga Parlamentaria.
Una madre sostiene a su hija, durante la conferencia de prensa en la Briaga Parlamentaria. Alejandro Orellana

Dos nuevas denuncias de negligencia médica ponen en la mira a la Caja Nacional de Salud. En una conferencia de prensa, el diputado nacional, Héctor Arce, denunció los hechos y anunció que la Fiscalía Departamental ya conformó una comisión de fiscales para investigar estos y otros casos.

El primero ocurrió hace tres años cuando Estela del Pilar Veizaga, auxiliar en enfermería de la Caja Nacional de Salud desde hace ocho años, estaba embarazada y le hicieron un diagnóstico equivocado provocando 17 secuelas en su hija.

Su martirio comenzó con una ecografía en la que vieron que su bebé estaba ubicada en la trompa, le programaron una cirugía para sacarla, pero en ese momento se dieron cuenta de que estaba en el útero. La medican y terminan dañando gravemente la salud física y mental de la niña.



“Quiero pedir justicia por mi hija, ha quedado ciega, no puede comer, no puede sentarse, no puede pararse, necesita terapias que cuestan 3.500 bolivianos por mes. Por favor les pido que me puedan colaborar, ella tiene epilepsia, convulsiones, tiene parálisis cerebral, microcefalia, tiene todo”, reclamó entre lágrimas Veizaga.

Arce observó que la madre caminó por tres años, que casi pierde su trabajo y que en la auditoría que se hizo no encontraron ninguna responsabilidad, por lo que anunció que hará el pedido de una nueva auditoría.

El segundo caso corresponde a José López. Durante los momentos pico de la pandemia acudió hasta la Caja Nacional de Salud para pedir el ingreso de su esposa quien estaba en estado crítico. Por el colapso y falta de espacio, le pidieron que busque otro centro de salud.  Llega al hospital Viedma donde paga 46 mil bolivianos por la atención y 15 mil bolivianos en medicamentos, pero la Caja no quiere reconocer ni devolver este gasto porque afirman que “no siguió el protocolo”.

“La Caja siempre decía que no tiene espacio y tuvimos que ir hasta el hospital Viedma. La plata  nos hemos prestado y no sé de dónde devolverla. Ella ha quedado con secuelas, come muy poco, no puede caminar y le están obligando a volver a clases porque es profesora”, contó afligido el esposo.

Arce lamentó el proceder “insensible” de la Caja Nacional de Salud y la falta de seguimiento de la Autoridad de Supervisión de la Seguridad Social de Corto Plazo (Asuss). “Vamos a hacer todo el seguimiento a este y otros casos, si tengo que entrar en huelga o marchar, voy a hacerlo, pero no podemos seguir con esta acción inhumana. Lo que hacen las instituciones es conflictuar la vida o volverla una pesadilla y no debería ser así”, concluyó.

Otros casos

En Cochabamba, tres trabajadores de la prensa también sufrieron presuntamente negligencia médica y fallecieron durante la emergencia sanitaria de la tercera ola del Covid-19.

Johana Tapia Orozco, periodista de la Red ATB, fue víctima del colapso hospitalario y no recibido atención oportuna, denunciaron sus familiares y colegas. Demoraron los resultados de la prueba hasta tres días, mientras ella se ponía cada día peor. Se conoció de la falta de un intensivista al momento de su fallecimiento en la Caja Petrolera.

Asimismo, en el caso de Fernando Santander y José López, ambos trabajadores de Los Tiempos, no les hicieron la prueba contra el Covid-19 en su momento a pesar de tener todos los síntomas. Pasaron cuatro días en sus domicilios hasta que llegaron a un estado crítico irreversible, además la falta de espacio en la caja CORDES fue un factor importante.

El medicamento tocilizumab, imposible de conseguir en Cochabamba, fue recetado para compra externa tanto por la Caja Petrolera y la caja CORDES para los pacientes de ATB y Los Tiempos, respectivamente, pese a que ese insumo, que además durante la tercera ola escaseaba, debería ser responsabilidad de ambos seguros.