Ante la falta de caña, el ingenio de San Buenaventura alienta su cultivo en Beni

La industria fue creada para fomentar la producción agrícola en La Paz. El Cedla advierte que la empresa estatal fomenta la producción mediante subsidios a favor de ganaderos benianos que están cultivando la gramínea

Fuente: El Deber



Por problemas en la producción en La Paz, el Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba), situada en el norte de ese departamento, incentiva el cultivo de caña en Beni, en especial en el municipio de Reyes. Incluso la estatal se encarga del proceso productivo y del transporte de la gramínea, según reporte de la Red Erbol.

Este dato fue revelado en el programa “Amazonia en la mira” del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), realizado por la red Amazónica y difundido por Erbol.

En ese espacio radial, algunos productores indicaron que el municipio de Reyes tiene características “únicas” que lo diferencian de San Buenaventura, región donde se instaló la empresa estatal.

Por ejemplo, en esa región llueve menos, está a 1.700 metros sobre el nivel del mar, mientras que San Buenaventura está a 2.200 metros sobre el nivel del mar.

“Nuestro año agrícola es más largo, tenemos cinco meses de año agrícola. En San Buenaventura tienen dos meses y medio de año agrícola; sembrando aquí podríamos ampliar meses la zafra allá”, señaló el productor.

Otro dato que llama la atención es que en San Buenaventura la producción es muy cara.

“Allá cuesta 4.800 dólares, aproximadamente, la siembra de una hectárea de caña, por el desmonte, mientras que aquí está entre 1.000 y 1.200 dólares. Con lo que se hace una hectárea allá, aquí se pueden hacer cinco”, señala un productor que se dedica a esta actividad desde hace dos años.

Uno de los empresarios entrevistados cuenta que se volvió cañero porque vio que era un negocio productivo luego de visitar los cañaverales de San Buenaventura.

Este empresario reveló que tuvo “una gran suerte” porque Easba trajo “tres orugas grandes, cuatro tractores, sembradoras, todo el equipo y unos 40 hombres” para cultivar caña en 200 hectáreas que estaban destinadas para la ganadería.

Incluso reveló que los dueños de la caña no incurren en “ningún costo”, y que el ingenio les paga 14 dólares la tonelada “en nuestra casa”.

Otro de los beneficios que otorga la empresa estatal es que “paga por la caña entregada y no de acuerdo con la sacarosa, (por lo que) vale la pena sembrar en Reyes”.

El tema refleja una gran contradicción -apunta el reportaje-, dado que uno de los argumentos es que el gobierno del MAS, para justificar la puesta en marcha de este ingenio en La Paz, dijo que la misma tendría como oferentes de materia prima a los campesinos asentados en la zona de influencia de ese proyecto y a otros campesinos que migrarían atraídos por el mismo.

De hecho, un reportaje realizado por EL DEBER en 2019, reveló que a nueve años del proyecto en San Buenaventura solo se sembraron 3.500 hectáreas de caña. Ese reportaje incluso recogió el testimonio de varios productores que manifestaron su descontento por la falta de apoyo a la producción en ese municipio, ubicado en el norte de La Paz.

Incluso manifestaron que para tener una zafra competitiva en esa región se necesitaban entre 11.000 y 14.000 hectáreas de la gramínea. Algunos de los productores indicaron que migraron de otras regiones atraídos por el proyecto estatal, que busca incorporar al departamento en el sector agroindustrial.

El reporte de Erbol cita a Daniel Robison, un investigador que en un trabajo denominado la Agroindustria y Amazonía boliviana: el caso de la Empresa Azucarera San Buenaventura, publicado por el Cedla, demuestra que este planteamiento nunca tuvo lugar, porque la mayor parte de la caña que se procesa en San Buenaventura es producida en tierras del propio ingenio.

Además, asegura que los pocos campesinos e indígenas que destinan tierras para el cultivo de la caña no son propiamente productores, pues el “modelo productivo Easba” es el mismo que esta empresa viene aplicando en Reyes. 

Este investigador sostiene que la producción de caña como la producción industrial de azúcar en San Buenaventura no son rentables. Por ello, en su trabajo sostiene que ambas podrán tener continuidad solo con enormes subsidios.

Sería mucha ironía que el ingenio, que fue ‘un regalo para el departamento de La Paz’, continúe operando con gran pérdida, como siempre, pero subvencionando a ganaderos del Beni”, aseguró Robison.