Entre la división del MAS y la desarticulada oposición

Lastimosamente nuestro país se encuentra actualmente atravesando una diversidad de crisis que generan una incertidumbre en la ciudadanía muy peligrosa de credibilidad en temas como: sanidad, económico, educativo, representatividad, social y político. En este orden, tal como las noticias lo reflejan diariamente.

En lo que respecta a sanidad, vemos que el plan de vacunación contra el Covid-19 como sus consecuencias hospitalarias, es demasiada precaria. Si bien el índice de contagios disminuyó y las terapias intensivas no están atiborradas, el Gobierno demostró una ineficacia en su planificación de vacunación y en la entrega de segundas dosis a tiempo, que seguramente traerán consecuencias a corto plazo. No debemos olvidar que la cantidad de muertos a consecuencias de esta enfermedad, será siempre un secreto de Estado para el Gobierno del MAS.



En lo que se refiere a lo económico, está por demás señalar que el despilfarro de los recursos económicos durante 14 años del periodo presidencial de Evo Morales, este Gobierno quiere traspasar sus consecuencias a un periodo presidencial de 11 meses de un Gobierno corrupto de Añez, siendo ese su único objetivo para cubrir el déficit financiero que les acarrean las empresas públicas en su mayoría, el excesivo presupuesto de gasto corriente y la total ausencia de algún programa de reactivación económica de parte del presidente. Pareciera ser, que la vocación real del presidente Arce, fue la de “CONTADOR” y para nada la de economista.

Y cuando hablamos del tema educativo, podemos señalar, que en Bolivia sus autoridades, priorizan el tema, para satisfacer únicamente fuentes de empleos (de una manera corrupta) a sus simpatizantes comunistas, sin darle una solución coherente a través de un programa para enfrentar la educación en época de pandemia.

Ahora bien, los últimos tres temas referentes a: representatividad, social y político, podemos señalar que en nuestro país la hecatombe se hizo presente.

El MAS dividido en variadas facciones y la oposición desarticulada completamente, hacen que el panorama de gobernabilidad y de solución de crisis, se convierta en un ESTADO crítico de soluciones probables en el corto tiempo para el bienestar de los ciudadanos bolivianos.

Esperar que los políticos no se guíen por sus propios intereses en los asuntos públicos equivale a “pedirle coca al empresariado cruceño e industrias y empresas a los narcos del Chapare”. Si bien la política actual ni la de los últimos 18 años en el país, no se caracteriza por el ejercicio de las más altas virtudes humanas, es importante reconocer que no todos los temas en el ámbito público pueden reducirse a un puro cálculo de costos y beneficios personales.

Por más extraño que pudiera parecer a quienes solo se guían por intereses personales en el ámbito político, lo que más nos conviene a todos, incluidos ellos, es fortalecer la división de poderes, la independencia de los órganos de control, la capacidad técnica de los servidores públicos y garantizar el buen uso de los recursos públicos.

Si solo pudiéramos cambiar la mentalidad de nuestros políticos en general, me refiero a todos en general, para que:

En lugar de buscar cómo controlar el Poder Judicial, se concentren en promover reformas que garanticen su independencia económica y de criterio.

En lugar de buscar cómo controlar al Ministerio Público, la Contraloría, la Procuraduría, el TSE, al Defensor del Pueblo, al Banco Central, a la Policía, a las Fuerzas Armadas, entre otras tantas instituciones, deberían ocuparse en garantizar la capacidad técnica e independencia funcional de los mismos.

En lugar de buscar cómo controlar a la burocracia para que sirva a sus intereses o usar al Gobierno como agencia de empleo, deberían concentrarse en reformar el servicio civil para garantizar que la gente idónea llegue a los cargos públicos, además de que reciban remuneraciones acordes a las funciones que desempeñan.

En lugar de erosionar la capacidad técnica de las dependencias de Gobierno, deberían buscar la forma de fortalecer la capacidad técnica de quienes tienen bajo su responsabilidad producir resultados valiosos y oportunos para la población.

En lugar de seguir construyendo un “Estado paralelo”, basado en un complicado andamiaje de contactos, favores, allegados y control político, deberían fortalecer a la voz e independencia de la sociedad civil.

En lugar de usar el presupuesto público con fines puramente partidarios o en favor de intereses personales, deberían reformar la legislación que rige las compras y contrataciones del Estado y la formulación y ejecución del gasto público.

En lugar de tener una representación vergonzosa a la cabeza de nuestra cancillería, se debería dar cabida a quienes son formados en diplomacia y no en ridiculeces.

Tal y como lo demuestra la historia reciente, tarde o temprano los pueblos se cansan del abuso del poder por parte de sus gobernantes y de la política como negocio entre particulares (ya sea en el poder central y los poderes sub nacionales). Cuando ese momento llega, son los mismos políticos que han reducido la vida pública a un asunto de intereses personales y quienes pagan el más alto de los costos, siempre es el pueblo.

Mientras tanto, Evo Morales, sus secuaces más cercanos y el poder del narcotráfico, están buscando nuevamente hacerse del poder. Choquehuanca se convierte en su enemigo más cercano con intenciones de poder propio y Arce Catacora, es el más vulnerable en las intenciones de estos dos aimaras, pero pareciera, que al presidente se le está despertando el indio.

Del otro lado de la moneda, se tiene una oposición desarticulada y desorientada, que la podemos catalogar en una azulina clara (ex masistas) que la conforman: Eva Copa; Miguel Cámara; Ana Lucía Reis, Damián Condori, y Cristhian Regis Richter. Que tienen la posibilidad de acercamiento, de diálogo y de generar un frente estratégico, para convertirse en una opción nueva para unir el occidente y oriente en una suerte de complementariedad de opuestos.

También se tiene a: Luis Fernando Camacho; Johnny Fernández; Manfred Reyes Villa; Iván Arias; Johnny Llally Huata; Johnny Torres; Alejandro Unzueta y Oscar Montes de Tarija. Jugando al típico juego tradicional político del perro, que es rascar para adentro, pensando que ellos son la alternativa de poder en el país para el 2025.

Santos Quispe, el gobernador de La Paz, es simplemente un aparecido sin ningún tipo de adjetivo posible.

O sea, el panorama nacional es CAÓTICO y PREOCUPANTE por no tener un Gobierno que se preocupe de lo importante para la población y no solo de los intereses particulares de unos cuantos mafiosos y corruptos; DEPLORABLE y PELIGROSO porque el país se hunde cada vez MÁS en el abuso del poder judicial a diestra y siniestra de un partido político; CARENTE y DEPRIMENTE por la ausencia de principios y valores de los políticos actuales.

Lo único claro en el panorama político nacional, es que existen responsables de esta crisis, que no deberían tener opciones de reproducir el poder y la gobernación de este país: Evo Morales, Linera, Quintana, Romero, Arce Zaconeta y todos aquellos que estuvieron 14 años atrás de la mamadera del Estado de parte del MAS. Y de los déMAS: Añez, Mesa, Murillo, Nuñez, Costas y compañía…Que angelitos nunca fueron.

El futuro de un país, en buena medida, es una cuestión de insistencia de lucha contra los corruptos.