«La instrumentalización de Patty es la mayor muestra del racismo del MAS»

Fue trabajadora del hogar, sacó adelante a sus dos niñas mientras estudiaba e incursionó en el activismo político en ayllus hace décadas. “El Gobierno busca venganza, no reconciliación”, dice.

 

Fuente: paginasiete.bo



Liliana Carrillo V. / La Paz

“Bolivia necesita  reconciliación urgente pero el Gobiernos lleva a la confrontación, busca venganza para lavar la imagen de Evo Morales”, sostiene la diputada Toribia Lero Quispe, de Comunidad Ciudadana. Desde la presidencia de la Comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara Baja, asegura que naciones originarias “están amenazadas por leyes incendiarias y el olvido”.

Lero llegó a la Asamblea  después de décadas de activismo por los derechos indígenas. Nacida en  el centro minero de Huanuni, siempre estuvo vinculada a su comunidad -Kellawani del ayllu Tapacarí en la provincia Poopó de Oruro- y   muy joven comenzó el que define como  “un compromiso de vida”.

“Mi papá murió joven por mal de mina, antes de la relocalización, y mi mamá volvió a la comunidad con sus nueve hijos. Ahí  reforzamos nuestros valores originarios del pueblo suri”, cuenta Toribia que creció viendo a su madre ejercer roles de liderazgo. “Ella hasta era litigante y ganaba aún sin saber leer ni escribir”, relata orgullosa.

De su abuela heredó el conocimiento ancestral y el respeto a la Pacha; de su madre, el orgullo de “no bajar la cabeza  nunca ni por ser mujer ni por ser indígena”. Fue trabajadora del hogar, sacó adelante a sus dos niñas mientras estudiaba la carrera de Auditoría en la Universidad San Francisco Xavier de Sucre.

Cuando se tituló, en   la década de los años 90, comenzó a trabajar como auditora en el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) pero el trabajo de escritorio no era para ella. “Esos años comenzó un proceso de movimientos indígenas en tierras bajas y en tierras altas. Aquí buscábamos la reconstitución de los ayllus, de los derechos de nuestros pueblos. Yo no quería estar en la oficina, me llamaba la comunidad y así he empezado a ir a los ayllus, para impulsar el Chacha warmi y todos los derechos de   los pueblos”.

Cuando Evo Morales lanzó su primera candidatura presidencial, en 2005, tuvo el apoyo del Conamaq y de otras organizaciones.

“Hemos apoyado harto a Evo. Me acuerdo que yo iba cargada de mi wawita, junto con los mallkus  y las mama t’allas a darle el apoyo. Hemos hecho campaña la primera vez, hemos dado trabajo, tiempo, esperanzas. Harto hemos apoyado pero nunca con la finalidad de  pedir plata o cargos. La idea era hacer una alianza natural para que los pueblos continúen con su lucha y en algún momento haya un nuevo país con armonía, con  desarrollo sostenible, sin corrupción,  con mejor salud, educación en el que se borren las brechas de racismo y discriminación”, explica Lero.

El desencanto llegó con las acciones de un gobierno “que predicaba una cosa y hacía otra contra los indígenas”.  “El MAS se emborrachó de poder, traicionó a los indígenas.    El mayor ejemplo de práctica del racismo es la manera en  que  usan e instrumentalizan a Lidia Patty, eso es racismo” dice la diputada.

¿Por qué del inicial apoyo a  Evo Morales  pasó a la resistencia?

Nos hemos decepcionado desde el inicio de su gestión,  cuando ya estando en la Presidencia Evo ignora la demanda de los pueblos indígenas contra la mina La Joya y  favorece la empresa extractivista.  Rápido hemos visto que Evo no nos quería, ni al Conamaq ni a  la Cidob (Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano). Por eso nos ha dividido y  ha creado sus organizaciones masistas: las Bartolinas, los interculturales.

Para la segunda elección, los pueblos indígenas teníamos que tener 36 representaciones y sólo nos dio siete. Después ha empezado él a acreditar a nuestros representantes que antes elegíamos los pueblos indígenas ante instancias internacionales. El gobierno de Evo Morales  ha quitado la voz a nuestros pueblos.

La represión a la marcha indígena de  2011 en Chaparina ha sido el parteaguas que nos ha mostrado la verdadera cara del Presidente que se decía indígena y ha reprimido a los indígenas. Después vino  la intervención a la Cidob de manera brutal, con policías han metido a  Melva Hurtado en vez de Adolfo Chávez. Después se han entrado al  Conamaq. Ahí hemos tenido que seguir la pelea por nuestros derechos desde la resistencia.

 ¿Cómo fue esa resistencia indígena al Presidente que se denominaba indígena?

Han sido tiempos difíciles pero había que seguir en la lucha, buscar alternativas. Por eso nos reorganizamos como la Alianza de Mujeres Indígenas Andino Amazónicas y denunciamos ante instancias internacionales cómo el Gobierno había acaparado nuestra representación a su servicio. Además, las agresiones a los derechos de los pueblos indígenas, los avasallamientos, los ataques a la Madre Tierra que falsamente decían defender.

Esos cuestionamientos no podíamos hacerlos aquí  porque la gente estaba engañada. El Gobierno ha aprovechado la época del bonanza por el alto volumen y el buen precio del gas para decir que todo era gracias a la nacionalización y ha dicho  que tenían que agradecerle.    Con ese discurso han ido al campo.

Y el otro anzuelo era el Fondo Indígena. Los que querían tener un  proyecto debían tener el aval de los ejecutivos de Cidod y Comamaq masistas que había puesto Evo. Hoy nadie quiere hablar del Fondo Indígena, dicen que ha sido una trampa. Han corrompido a los dirigentes de la nacional y de las regionales  con los fondos, los han chantajeado. Era un proceso de domesticación: obedecer u obedecer.

Los hermanos esos años no nos creían,  nos amenazaron en los pueblos donde antes nos recibían,  no querían  escuchar de derechos indígenas. Yo lloraba, harto lloraba al ver cómo nos amenazaban los propios parientes, nuestra comunidad. El 2014, 2015, 2016 parecía todo negro.

¿Fue entonces cuando decidió dar el salto a la política? ¿Por qué fue con Comunidad Ciudadana?

Durante esos años difíciles hemos buscado alternativas sin dejar la resistencia con la denuncia internacional. He recibido una beca para hacer una maestría en Derechos Indígenas en Canadá y estaba en eso, investigando, leyendo. Además,  era representante de la CAOI (Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas),  que es  una entidad internacional de los pueblos indígenas donde me habían elegido por el Conamaq orgánico, al  que seguía vinculada. A la par acercándome de nuevo a la comunidad; ellos ya me escuchaban de poco cuando me llamaron de CC. Me ofrecieron la candidatura a la diputación por Cochabamba y yo he pensado harto.  También he leído y visto que la defensa de los pueblos indígenas, de la Madre Tierra estaba  en los principios y finalmente  he aceptado y he ido ya a las elecciones de 2019.

Habiendo sido candidata de CC, ¿cómo vivió los conflictos postelectorales de 2019?

Fue terrible. Estaba en Cochabamba, vivo en una zona considerada masista  y estaba fichada, amenazada. Pero lo más triste fue  ver cómo la gente ha sido manejada con muchas mentiras. Era una cuestión bien psicológica también; llamaban y decían que  están atacando los motoqueros y averiguando no era tal, era la misma gente que después de que ha huido Evo Morales destruían porque decían “si no quieren a Evo,  no van a quedar las obras”.

 Amenazaron con quemar mi casa. Mi esposo, armando trincheras; mis hijas, enfermas de miedo. El  GIEI tampoco ha investigado eso, todo el terror que hemos vivido esos días. Era un enfrentamiento entre los propios bolivianos  y a  eso ha  llevado el propio  Evo Morales.  Él ha llamado a  cercar las ciudades. Él es el  mayor responsable de todo;  él ha alentado, él ha promovido los enfrentamientos. Y eso debe estar en su conciencia.

La diputada Lero  en su oficina en la Asamblea.
Foto: Carlos Sánchez /Página Siete

Han pasado casi dos años de esos hechos y aún no hay pacificación.  ¿Ve posible una reconciliación entre bolivianos?

Así como están las cosas no veo una reconciliación cercana. En vano ha venido el  GIEI. No veo que el Gobierno esté llevando a una pacificación,  más bien creo que hay un plan de venganza que sigue alimentando la división entre hermanos que somos.

Están buscando todos los mecanismos para someter al pueblo boliviano porque también los que no pensamos como el MAS somos parte del  pueblo boliviano. Hemos sido hostigados, perseguidos, amedrentados hasta en nuestras mismas comunidades, en nuestros pueblos en los que siempre habíamos trabajado de manera aliada para defender derechos; es esa gente que ha votado por nosotros. Si nos acallan, acallan también al pueblo.

La violencia que se ha vivido en 2019 se sigue viendo ahora de otras maneras. El Gobierno está llevando al enfrentamiento, por eso recién Evo Morales  ha presentado su Estado Mayor, de frente. ¿Qué pues es el Estado Mayor,  para qué lo necesitamos? Nos está diciendo: “aquí está mi grupo de choque”.

Me apena en verdad que haya gente utilizada, amenazada por temas  de trabajo: si no votas por  el MAS no hay trabajo, les dicen. Toda la gente que trabaja en el aparato estatal está bien presionada y es que dónde va a ir a trabajar si no hay fábricas,  no hay industria, no hay  turismo … no hay nada.

Pero, ¿cuál cree que sería el interés final de promover la confrontación con la que perdemos todos los bolivianos?

Se continúa alentando  la violencia y ¿quién gana ahí? Gana la élite política porque ellos se creen dueños de todas las riquezas; son los que encubren los despilfarros, la corrupción, la confrontación. El Gobierno quiere imponer sus falsas narrativas por venganza. Ha desconocido informes de organismos internacionales, hasta a eso se atreven… entonces qué más no harán.

Este Gobierno busca someter, acallar y continuar con su política de despilfarro y de extractivismo. Están quemando  los bosques, están envenenando los ríos, están profundizando el modelo extractivista.

¿Apoyará desde su curul el juicio a la expresidenta Añez?

Quién no quiere que haya justicia por Sacaba y Senkata. Son hermanos que han muerto y deben esclarecerse esos hechos,  para que nunca más ocurran y seguramente corresponden juicios de responsabilidades. Todo boliviano quiere justicia; pero lo que vemos del Gobierno es no quiere  que haya justicia. No les interesa Sacaba y Senkata, lo que les interesa es lavar la cara de Evo Morales con la narrativa falsa de golpe.

No conocemos aún el anteproyecto para el juicio a Añez,  hay que ver en qué condiciones está; pero  desde Comunidad Ciudadana y desde los pueblos hemos pedido siempre que se haga justicia por Sacaba y Senkata pero también por las víctimas de Vila Vila, Challapata, Montero, Playa Verde, Yapacaní, Betanzos, Cochabamba, La Paz… Eso no puede quedar en la impunidad. Si se tiene que armar  juicios,  que se armen por todos estos hechos. No es que Añez vino y los mató sino que los hechos tienen sus antecedentes y son terribles,  lo ha dicho  el  mismo GIEI.

También el oficialismo ha aprobado el juicio a Mesa por el caso Quiborax.

Todos sabemos cómo ha sido lo de Quiborax, ese arbitraje se perdió en el gobierno de Evo Morales y ahora se quiere culpar a  Carlos Mesa. Son casos armados que tienen la complicidad de una justicia al servicio del MAS.

 No va a haber justicia si sigue a  la cabeza de un fiscal general que es masista. ¿Cómo confiar en un personaje nefasto como es Juan Lanchipa? Él no hará justicia por Sacaba y Senkata, él tiene el mandato de ejecutar la venganza de Evo Morales.

Ante esta situación, ¿qué hace la oposición desde   la Asamblea Legislativa?

Con la anulación de los dos tercios nos han coartado; pero seguimos en la gestión, seguimos trabajando pese a las agresiones;  a mí me atacan por ser mujer e indígena. También hay racismo en el MAS. El mayor ejemplo de práctica del racismo es la manera en  la que   usan e instrumentalizan a Lidia Patty. Ella no está haciendo sola todo lo que está haciendo. Eso es racismo.

Usted preside la Comisión de Pueblos Indígenas, ¿en qué enfoca su gestión? 

Los pueblos indígenas siguen desatendidos, olvidados por el Gobierno y amenazados por leyes incendiarias que atentan contra su territorio y sus derechos. Hemos hecho muchos pedidos de informes a los ministros de Educación, Salud, Obras Públicas, Cultura, Medio Ambiente. Preocupa especialmente la situación de los 36 pueblos indígenas en pandemia. No hay un informe oficial de parte del Ministerio de Salud. He   estado yendo a los Sedes y lo mismo, nos dicen que no tienen sistematizada la  información;  por ejemplo, cuántas personas del pueblo cavineño se han vacunado, cuántas del pueblo yuqui o yuracaré, en qué situación se encuentra  la vacunación. No hay una información sistematizada, no hay datos oficiales que nos muestren la situación de abandono en la que se encuentran los pueblos indígenas.

¿Cómo se siente en CC, cómo es su relación con Carlos Mesa?

Nos llevamos todos bien, no he tenido controversias. Tengo apoyo de hacer mi agenda de trabajo, de tomar mis decisiones; pero siempre tratando de corresponder a los hermanos y hermanas de los pueblos indígenas que confían en nosotros.  Estamos abocados  a hacer gestión y tenemos el apoyo no sólo de parte de Carlos Mesa sino de toda la bancada. No  nos vamos a rendir.

Hoja de Vida 

  • Trayectoria  Toribia Lero Quispe es  impulsora de la reconstitución del ayllu. Impulsora  del Consejo de Mama T’allas y de la Alianza de Mujeres Indígenas de Bolivia, fue subcoordinadora de la  CAOI.

  • Formación  Licenciada en  auditoría,  cuenta con una maestría en Derechos Indígenas.  Es diputada por CC.