Lo que el GIEI no dijo

Emilio Martínez Cardona

“Ellos no necesitaban hechos ni información: tenían una ‘teoría’ y  todos los datos que no encajaban eran negados o ignorados”. Hannah Arendt



Los “Ellos” aludidos con la frase de Arendt son los constructores de narrativas históricas ficcionales, ajenas al dato y a la verdad objetiva, que seguirá existiendo pese a las concepciones relativistas y a las estrategias de reescritura del pasado.

Como indica la pensadora alemana en otros de sus pasajes, las corrientes de inspiración totalitaria buscan con este lavado de cerebro “una peculiar clase de cinismo: el absoluto rechazo a creer en la veracidad de cualquier cosa, por muy bien fundada que esté esa verdad. (…) El resultado de una constante y total sustitución de la verdad de hecho por las mentiras no es que las mentiras sean aceptadas en adelante como verdad, ni que la verdad se difame como mentira, sino más bien que el sentido por el que nos orientamos en el mundo real -y la categoría de la verdad versus la falsedad está entre los medios mentales para alcanzar este fin- queda destruido”.

Frente a esta metodología, que busca inducir al “rebaño” a aceptar los discursos del poder como la realidad -por más que éstos cambien con frecuencia-, corresponde aportar un contradiscurso crítico, para alimentar reflexiones inmunizantes contra el pensamiento único.

A ese objetivo tiende la publicación de mi libro más reciente, Lo que el GIEI no dijo, breve en cuanto he intentado responder con cierta premura a las mitificaciones emitidas desde el Estado y a las insuficiencias en la investigación realizada por organismos internacionales.

De ahí que la primera parte esté dedicada a recapitular la crisis del relato oficial que habla sobre un “golpe” en el 2019, mientras que en la segunda y tercera se abordan las omisiones (y algunos aciertos) del Informe del Grupo de Expertos “Independientes” enviado por la CIDH, así como varios hallazgos en documentos policiales que reafirman la tesis del accionar de un grupo de lucha armada en los sucesos de Montero, con participación y/o vínculos de ex integrantes de las FARC y del EGTK.

Particularmente valiosos son los aportes hechos por expertos internacionales y nacionales en derechos humanos y análisis político (Fernando Vargas Quemba, Susana Seleme Antelo, Hugo Marcelo Balderrama, Javier El-Hage), incluyendo detalles sobre las tácticas exportadas por la mencionada narcoguerrilla colombiana.

Para finalizar, se adjuntan algunas sugerencias para una posible nueva hoja de ruta de las plataformas ciudadanas en la lucha por una justicia independiente.

Espero poner con estas cuantas páginas un puñado de granos de arena para que la historia no sea reducida a lo que el poder estatal considere de su conveniencia.