Radicatoria criolla

No cabe duda que la crisis económica devenida por la pandemia hace que la viveza criolla ingrese en cancha con más fuerza y determinación.
El objetivo principal del político conseguir mayores recursos económicos, porque la cacha se encuentra vacía y porque el Gobierno masista está recortándolo todo. Como los bolsillos del pueblo trabajador están muy depauperados, entonces hay que buscar formas imaginativas de seguir recaudando, no interesa como, lo importante es que haya fondos disponibles para hacer algo de gestión.
Recientemente conocimos la iniciativa de cambiar la radicatoria de todo motorizado que preste servicios en Santa Cruz de la Sierra o que transite sus calles y avenidas, una idea que en principio no parece mala, pero que vulnera varios derechos ciudadanos y autonómicos. El alcalde pretende que cualquier motorizado tribute en la capital de departamento en desmedro de los otros municipios aledaños. ¿Qué pasa si el dueño del motorizado no vive en la Ciudad de los Anillos, pero tiene un bus en algún sindicato de transportes de pasajeros desde Cotoca o El Torno?. Prestan un servicio que pasan por otros municipios utilizando calles y carreteras de la red nacional, pero están obligados, sí o sí, a tributar en las arcas de tío Johnny.
Otro ejemplo, qué pasa con el ciudadano que reside en Porongo o Warnes, pero trabaja en Santa Cruz, no vive en la gran urbe, porque le sale muy caro, porque no le gusta el bullicio o tal vez se hastió de la inseguridad. Hace un esfuerzo diario en transportarse desde su comuna dormitorio hasta su trabajo, pero igual tiene que tributar para tío Johnny. Con estos ejemplos develamos que la propuesta del alcalde cruceño lesiona la voluntad del ciudadano de residir donde le plazca o donde vea conveniente, si no pagara impuestos donde reside entonces sí se lo podría sancionar, pero tampoco se está respetando el derecho ciudadano de transitar libremente como manda la Constitución Política del Estado. Con esa lógica, otros alcaldes podrían impedir el tránsito de los motorizados que no tributan para ellos.
Otro grave delito que se está cometiendo es de condonar impuestos con los ya tradicionales “perdonazos”. En una administración seria, no puede ser que un político perdone impuestos, estos fondos son sagrados, porque es como si le estuvieras robando plata a tus propios hijos. Ejemplo, tengo que recaudar Bs. 100, pero perdono 60, con el objetivo de recaudar para esta gestión, sin importar las siguientes. Alguien dirá que está muy bien por la crisis económica, quien piensa así, también le está haciendo trampa a sus propios hijos. En países serios, no pagar impuestos es penado con cárcel, aquí los políticos hacen lo que les conviene a ellos, no a la población, porque solo observan los años que les queda en funciones.