Tras salvar a sus hijas, el sargento Jhasmany luchó 7 horas por su vida

El sargento segundo de la Policía Boliviana, Jhasmany Arguedas, estaba divorciado y solo podía ver a sus niñas los fines de semana y el domingo fue su última reunión. Sus camaradas dicen que era una luz en la oscuridad.

 Yolanda Mamani C.  / La Paz

Desde las 18:30 del domingo 5 hasta las 4:00 del lunes 6 de septiembre, el sargento segundo Jhasmany Wilson Arguedas Laruta  luchó más de siete horas por vivir, después de proteger con su cuerpo la vida a sus dos niñas en el violento choque del minibús en la Curva de Holguín.



El policía Arguedas no sobrevivió, dejó en la orfandad a tres niños: dos de 12 y 10 años y un bebé de cuatro meses, un dolor inconsolable en su familia y un gran vacío entre sus camaradas del Centro de Formación Técnico Superior (Cefotes), que es una unidad académica de la Universidad Policial Mcal. Antonio José de Sucre, de la Policía Boliviana, a la que él pertenecía.

Su vida

Arguedas  posa frente a los emblemas de su institución
Foto: Gentileza de su familia

Jhasmani estaba divorciado y de ese matrimonio tenía dos niñas, Valeria y Dámary -de 10 y 12 años-, a quienes recogía los fines de semana de la casa de la exesposa para pasar ese día con ellas. Él vivía en la ciudad de El Alto y las niñas en Alto Obrajes, de la ciudad de La Paz, hasta donde iba a recogerlas todos  los fines de semana.

El domingo, Día del Peatón, no fue la excepción. Una de las camaradas contó a este matutino que el sábado, un día antes del accidente, Jhasmany  contaba las horas para recoger a sus  dos niñas porque tenían que ir a pasear junto con sus mascotas, dos perritos que también estaban con ellos en el accidente y que desde ese trágico día desaparecieron y no saben de la suerte de los canes.

Ya en horas de la tarde del domingo  y ante la insistencia de la madre de las niñas para que las devuelva, Arguedas tomó del centro de la ciudad, junto a las niñas y los canes, un minibús hasta Alto Obrajes, destino al que nunca llegaron porque al promediar las 18:30 los frenos de la movilidad que los transportaba fallaron en la Curva de Holguín, donde se produjo el choque violento.

Tragedia

Su cuñado, Milton Quisbert, contó a este medio  que segundos antes del choque Arguedas protegió con su cuerpo a sus dos hijas y él recibió el fuerte impacto.

“Después del choque, mi cuñado estaba con vida, lo llevaron el Hospital Obrero, donde no le atendieron de inmediato porque dicen que no tenían los insumos necesarios (refiere a una sala de terapia intensiva) y después lo llevaron al Hospital de Clínicas, donde lo estaban atendiendo pero no ha aguantado y ha fallecido a las cuatro de la mañana”, relató Milton Quisbert, cuñado del sargento Arguedas.

Una de las camaradas de Jhasmany contó a Página Siete  que cuando se enteraron que había sufrido un accidente se movilizaron para poder ayudarlo de alguna manera.

“Como no sabían que era policía lo trasladaron al Hospital de Clínicas y no así al seguro (de la Policía). Nos contaron que llegó muy lastimado por el fuerte golpe que sufrió en la cabeza, peleó por su vida hasta las cuatro de la mañana, trataron de reanimarlo por media hora, pero no se pudo hacer nada”, relató una de sus camaradas.

En relación a las niñas, una de ellas se encuentra hospitalizada por el accidente, pero fuera de peligro. La otra menor se encuentra en su domicilio, pero sus camaradas cuentan que las niñas aún no saben de la partida de su padre.

Camarada

Sus camaradas recuerdan al sargento como una persona extraordinaria, alegre, empático, le gustaba participar en todo tipo de actividades, desde las académicas en Cefotes hasta las deportivas y culturales, porque era parte del ballet folklórico de la institución. Y uno de sus platos favoritos era la pasta.

“El camarada Jhasmany Arguedas era como una lucecita en medio de la oscuridad, vivía solo y cuando teníamos alguna actividad decía ‘yo voy a hacer fideo’, siempre se ofrecía a cocinar fideo. Lo recuerdo más que todo como un hermano mayor, como una persona acogedora, siempre al pendiente de todos nosotros, era único  y muy alegre”, cuenta su camarada.

Despedida

La tarde de ayer, todos sus camaradas de Cefotes  llegaron al velorio hasta la Funeraria San Martín, en la zona de Miraflores, escoltaron el ataúd de Jhasmany en la misa de cuerpo presente y después llevaron en hombros el ataúd en una procesión dolorosa.

La madre del sargento no podía contener un llanto interminable, fue la más afectada con la pérdida de su hijo, caminó junto a los suyos detrás del féretro de Jhasmany mientras la banda de la Policía entonaba la marcha fúnebre y a los costados, dos columnas de sus camaradas despedían al sargento segundo agitando en sus manos pañuelos blancos.

Ayer, no sólo sus camaradas, padres,  hermanos y amigos despidieron al sargento segundo  Arguedas Laruta, también estaba su hijo, un bebé de apenas cuatro meses y nueve días de nacido con quien también perdurará la presencia de Jhasmany.

 

El  accidente
  • Choque  El hecho de tránsito se registró a las 18:20 del domingo 5. Según el reporte de Tránsito, el minibús tuvo fallas mecánicas en el freno, por lo que se estrelló contra un muro en la Curva de Holguín.
  • Víctimas   En el accidente fallecieron dos personas, una mujer y un varón. El sargento Jhasmany Arguedas estaba herido y fue llevado al Hospital Obrero y después al Hospital de Clínicas.
  • Despedida  Ayer, familiares, camaradas y amigos enterraron  los restos del policía en el Cementerio Jardín.

“Mi cuñado estaba con vida, lo llevaron al  Obrero y después al Hospital de Clínicas, donde murió a las cuatro de la mañana”.

Milton Quisbert, familiar.

“El camarada Jhasmany era como una luz en la oscuridad, era como un hermano mayor, siempre pendiente de todos y alegre”.

Camarada de Jhasmany