García Linera admite exceso de confianza en 2019 y sugiere al MAS ejecutar un control territorial

 

Fuente: El Deber
Jesus Alanoca

 

Álvaro García Linera realizó un nuevo repaso a los hechos registrados en 2019, cuando el Movimiento Al Socialismo (MAS) perdió el poder con la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, en medio de las protestas ciudadanas por los resultados de las elecciones generales.

El exvicepresidente sostiene que en ese entonces se sobornó a oficiales y mandos medios de la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas (FFAA), y ahora sugiere que las organizaciones sociales ejecuten un control territorial y una movilización constante para no perder lo que se recuperó.

“Dentro del grupo que ha conspirado se cuenta un conjunto de generales, un conjunto de empresarios, que ha puesto el dinero para sobornar oficiales y mandos de tropa, y también, claro, (Luis) Almagro, el Departamento de Estado (de Estados Unidos), algún funcionario de la Iglesia Católica y algún expresidente (dos expresidentes, de hecho). Digamos que hay un núcleo que ha articulado el acto sorpresivo y de fuerza”, afirmó en una entrevista con ‘Jacobin América Latina’.

La exautoridad admite que el Gobierno pecó de “exceso de confianza” frente a las movilizaciones ciudadanas y considera que ahora las organizaciones sociales ahora deben ejecutar un control territorial y movilizarse para defender lo que se recuperó.

“Aquí ellos nos ganaron de mano, se movilizaron y respondimos políticamente: contención, debilitamiento. Pero, antes que se debilite más, dieron un salto y recurrieron a las Fuerzas Armadas y a la Policía, con lo que añadieron una fuerza policial militar al golpe. Eso fue lo que nosotros no habíamos calculado: que iban a sobornar a las Fuerzas Armadas (que, de hecho, fueron sobornadas). Puede ser que haya existido un exceso de confianza en que iban a mantenerse como en el 2008. Pero lo cierto es que esto no sucedió”, explica.

También plantea la modificación de las estructuras curriculares de la Policía y las FFAA, “para establecer un tipo de formación y de espíritu de cuerpo menos corrosible por este tipo de sobornos y más cercano a lo popular, aunque admite que “nunca vas a poder colocar una muralla frente a un soborno de cuatro o cinco millones de dólares de un empresario”.

“No se trata solamente de un aprendizaje del intelectual, del Gobierno o del candidato. Creo que se trata, ante todo, de un aprendizaje social: desconfiar, movilizarse para defender lo que se tiene… Eso es lo que vimos en agosto, principalmente. Cuando el MAS convocó a las organizaciones sociales, a la gente, por su cuenta, mostró lo que había aprendido. Y lo que había aprendido es que, frente a la represión por parte del Gobierno, de militares y policías, su fuerza radicaba en el control territorial, como sucedió en el año 2000”, agrega.

Finalmente, otra de las lecciones que rescata García Linera es que el MAS no desarrolló mecanismos de interlocución frente a las estructuras corporativas alternativas de las clases medias tradicionales, “las que están siendo asediadas, igualadas por otras clases medias, populares, indígenas, emergentes, que se unifican bajo otras estructuras (grupos de futbol, grupos de barrio, redes, universidades y colegios), que son distintas a las estructuras clásicas de la acción colectiva, como pueden ser los sindicatos, los gremios y otras”.