Gualberti: “La pandemia evidenció y amplificó el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya tantos padecían”

El Arzobispo de Santa Cruz también señaló que la emergencia puso al descubierto nuestras falsas seguridades, las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente laceran a la comunidad.

Gualberti dijo que las fragmentaciones y polarizaciones silenciosamente laceran
Gualberti dijo que las fragmentaciones y polarizaciones silenciosamente laceran

 

El monseñor Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, durante la homilía de este domingo recordó que esta jornada se celebra el ‘Domingo mundial de las Misiones’, en un tiempo de despertar misionero impulsado en América Latina por la misión continental y permanente de la Conferencia General de Aparecida y en particular, por el Quinto congreso americano misionero que tuvo como sede Santa Cruz de la Sierra.

Gualberti dijo que el lema escogido por el papa Francisco para esta jornada refleja el motivo profundo la vocación misionera: “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”.



El encuentro personal con el Señor, la escucha de sus palabras y el haber descubierto que él es el verdadero sentido de nuestra existencia, en la experiencia extraordinaria que nos llena de alegría, marca para siempre nuestra vida y nos impide guardarla solo para nosotros, por el contrario, nos apremia en compartirla con los demás”, dijo el Arzobispo de Santa Cruz.

El compromiso evangelizador y misionero, según Gualberti, es la respuesta al amor que Dios tiene a las personas.

Apoyado en lo dicho por el papa Francisco, el Arzobispo de Santa Cruz señaló que la pandemia evidenció y amplificó el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya tantos padecían y puso al descubierto nuestras falsas seguridades, las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente laceran a la comunidad.

En esta situación, de acuerdo con Gualberti, Jesús llama a anunciar que resucitó, que él es el señor de la historia y que está aquí, no abandona y comparte el dolor de las personas. Esto se ha comprobado con tantos signos de misericordia y amor que han reanimado también la esperanza.

Mirá la homilía completa:

Fuente: El Deber