Las mujeres son las que están al frente del hogar en la lucha contra el coronavirus

La preocupación es lo que más afectó a las personas y la bioseguridad y la desinfección fue la mayor sobrecarga que se sintió en los hogares durante la cuarentena rígida. En muchos hogares el contagio se dio en más de un integrante

Fuente: El DEBER

La madre o jefa de familia fue la que más asumió el manejo de las actividades del hogar desde el inicio de la pandemia, con un 44,6%, frente al 19,7% de los padres o jefes de familia. Las mujeres son las que más están velando por los suyos.



Así lo refleja la encuesta realizada por Dataccion SRL para el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, (Ceres). Este estudio es apoyado por el Proyecto Diálogo y Apoyo Colaborativo de la Cooperación para el Desarrollo de la Embajada de Suiza en Bolivia, implementado por Solidar Suiza.

De acuerdo con esta encuesta, a la que EL DEBER accedió en forma exclusiva, los abuelos y los hijos también asumieron esta responsabilidad, aunque en menor porcentaje.

Vivian Schwarz Blum, directora de Ciudadanía, Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública, señala que además de los efectos que el coronavirus está teniendo sobre la educación, la salud o la economía en el mundo y en Bolivia, hay otros efectos de la pandemia que tienden a ser más invisibles e ignorados porque están en casa y se diluyen en la cotidianidad, como parte del trabajo doméstico, familiar y de cuidado.

“Se fusionan con el resto del trabajo familiar asumido como extensión natural del trabajo de cuidar a la familia que es abrumadoramente asumido por las mujeres de la familia”, señaló.

Schwarz destaca que la encuesta permite dar una breve mirada al mundo privado del cuidado y ver cómo también está afectando la dinámica interna de los hogares, la redistribución de cargas y responsabilidades del trabajo de cuidar a las familias o, más frecuentemente, la sobrecarga de responsabilidades de cuidado para las mujeres en la familia.

Los datos en Bolivia, en la región andina y en toda América Latina muestran que los efectos invisibles del covid-19 afectan más profunda y frecuentemente a las mujeres. La directora de Ciudadanía, Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública, señala que la responsabilidad del cuidado de la familia y del hogar, desde el inicio de la pandemia, es una responsabilidad no de los padres, ni de las personas mayores, ni siquiera de todas las mujeres en la casa, si no de la jefa de familia o la madre.

“Más del 50% de las mujeres lo afirma y 40% de los hombres entrevistados lo confirman”, resaltó.

De acuerdo con Schwarz, aunque tanto mujeres como hombres en la familia han asumido partes de estas responsabilidades, las mujeres asumen un poco más, tal como muestran los resultados de la encuesta.

Durante la cuarentena, todos los miembros de los hogares, mujeres y hombres, han sufrido, sobre todo, los efectos de la preocupación, que es la emoción que más frecuentemente citan haber tenido durante todo este tiempo. Esto ha afectado más intensamente a las personas mayores que a los jóvenes en el hogar y con efectos variados en duración y profundidad, según el resto de las condiciones de vida del hogar.

Sus problemas

La gente también habla de sus actividades dentro de la familia y las preocupaciones y problemas de la casa.

Desde el inicio de la pandemia, según las personas entrevistadas, la desinfección y la bioseguridad (21,4%) es lo que mayor sobrecarga del trabajo trajo al hogar. A esto se suma que la limpieza de la casa (17,6%).

Las actividades educativas, con las clases virtuales, también provocaron sobrecarga, por lo que un 14,8% sintió ese peso durante la pandemia. A esto se suman otras actividades como la preparación de la comida (9,7%) y cuidado de los niños (9,4%).

Cuando se les preguntó a las personas dónde han sentido que han tenido más problemas, los datos revelan que tanto para mujeres y hombres consultados en diferentes regiones del país, los principales problemas se presentaron en la calle. Pero, para las mujeres especialmente, su segundo ámbito de problemas estuvieron en la casa, mientas que para los hombres también sobresalió en el trabajo.

Un 48,6 % de los entrevistados indicó que les afectó la preocupación durante la pandemia, seguido por el aburrimiento (19,3%) y dificultad para dormir (4,8%).

En relación a hombres y mujeres los porcentajes están muy parecidos, por lo que la preocupación se acentuó un poco más en las mujeres (51%) comprado con los hombres (46,5%)

En cuanto al aburrimiento, los hombres manifestaron más este problema (21%) frente a las mujeres (17,3%).

El 74 % siente que después de la cuarentena se pasó el problema, pero un 24 % siente que continúa, incluso, un 2 % considera que se incrementó.

Muy preocupados

La gente también respondió sobre sus preocupaciones frente a la pandemia del coronavirus. Más del 52 % asegura que sigue preocupado por la afectación del coronavirus, tomando en cuenta que el 30,8% señala que está muy preocupado y un 22,4% algo preocupado.

“Son también las mujeres las que están más preocupadas por la situación general del covid en Bolivia, 57% de ellas están muy o algo preocupadas, pues saben por experiencia que el fin de la cuarentena no significa el fin de la sobrecarga adicional de responsabilidades y trabajo de cuidado para las mujeres”, destacó Schwarz.

En este momento la mayoría de las escuelas siguen cerradas, sin clases presenciales, por lo que el apoyo escolar recae mayoritariamente sobre las mujeres. Además, los servicios de salud no han solucionado sus problemas, siguen teniendo poco personal y equipamiento, así que el cuidado de los parientes enfermos de covid también son aparte del trabajo de cuidado que se tiene que enfrentar las familias.

La profesional señala que las mujeres necesitan volver a trabajar y generar ingresos tanto como los hombres, pero lo están haciendo mucho más lento porque en parte las sobrecargas generadas por el covid no han desparecido ni con la segunda ni con la tercera ola.

Algunas de las tareas que caen sobre las espaldas de las mujeres son la desinfección de todo en el hogar, el cuidado con el lavado de manos de la familia, la preparación de comidas seguras en la casa y conseguir medicinas para prevenir la enfermedad.

La profesional señala que ni siquiera se les ha preguntado cómo se sienten, porque durante el confinamiento y en este momento todavía tienen que lidiar con los hijos, incluso tiene que suplir los espacios que ellos tenían con los compañeros, primos, parientes en los juegos y en el proceso de socialización.

“Y si en este momento en algunos países están pensando en políticas de educación y salud que respondan y mitiguen los desafíos planteados por el covid o políticas de empleo para la recuperación económica, ni en Bolivia ni en países vecinos estamos pensando en políticas que mitiguen los efectos de la pandemia que afectan principalmente o mayoritariamente a las mujeres”, cuestiona.

Considera que una legislación que genere servicios y apoyos de cuidado podría generar empleos para muchos y liberar a muchas de la desigual sobrecarga de responsabilidades y trabajo de cuidado que ha instalado la pandemia.

El coronavirus ha cambiado la rutina en las familias, porque ahora más que antes el lavado de mano y la desinfección al llegar a la casa se ha convertido en un hábito que muchos lo hacer para protegerse del contagio y para evitar llevar el virus a su hogar, porque en muchas familias más de uno enfermó.