Industria cementera se recupera, pero no logra cifras prepandemia

A julio de 2022, la venta de cemento alcanzó los 2,1 millones de toneladas métricas, un 5% menos a similar periodo de 2019. El consumo interno es de apenas el 50% de la capacidad instalada de producción.

Juan Carlos Salinas Cortez

Fuente: El Deber



El desempeño de la industria cementera del país muestra luces y sombras. Pues de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hasta julio de 2022, se registró un volumen de ventas acumuladas de 2,1 millones de toneladas métricas.

La cifra parece alentadora ya que refleja un crecimiento del 7,16% con respecto a similar periodo de 2021, pero si se compara con la de 2019, de la prepandemia, la venta fue de 2.196 millones de toneladas métricas, y se puede observar que aún se está por debajo en un 5%, hacen notar desde el Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón.

“Dicho de otra forma, hay una recuperación, pero seguimos sin poder hablar de crecimiento cuando comparamos las cifras de este año con las del 2019, antes de la pandemia”, remarcó Marcelo Alfaro, gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón.

El ejecutivo sostuvo que para hablar de crecimiento de la industria cementera se tendría que tener un porcentaje por encima del 9% con respecto a 2021 y según su análisis el primer semestre muestra que difícilmente se logre este registro y si se comparan cifras mes a mes vemos que sólo en marzo y abril las ventas del 2022 superaron a los registros de 2019, el resto de los meses los valores fueron menores.

El consumo de cemento -según Alfaro- tiene un comportamiento marcadamente estacional debido a las lluvias, es así que los menores consumos se dan a principios de año, pero con estos siete meses de análisis, en condiciones normales, la tendencia estadística muestra que ya se tendría entre un 54% y 56% del consumo total esperado para esta gestión.

“Por tanto, siendo optimistas se cerrará el 2022 con un valor cercano a los 3,85 millones de toneladas métricas de cemento comercializado, esto marca un crecimiento entre el 4% y 5% en relación al año anterior, pero todavía queda por debajo de 2019, que es nuestro año base de comparación”, puntualizó Alfaro.

A su vez, desde la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz) indicaron que de acuerdo con los análisis de las empresas cementeras, los últimos años, la industria del cemento en Bolivia ha experimentado cambios importantes en su desarrollo que se reflejan en el mercado nacional del cemento, evidenciándose un incremento de la oferta y presión a la baja de los precios.

En los últimos años la industria del cemento registra un crecimiento promedio anual del 10%, tasa relativamente afectada por la desaceleración del sector de la construcción que originó la pandemia. También se observa, una disminución de precios del cemento en los últimos tres años, sobre todo en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, anotaron desde Cadecocruz.

Miguel Ángel Amonzabel, en su estudio Factores que determinan las funciones de ventas y precios de cemento en Bolivia 2019-2025, explicó que el negocio cementero se lo puede dividir en dos periodos. El primero de 2000 a 2013 donde hay un constante incremento del precio de la bolsa de cemento, lo que genera buenas ventas y una importante rentabilidad para la cementeras.

El segundo periodo va de 2014 hasta la actualidad. En esa etapa Amonzabel detalla que hay una sobreoferta del insumo, lo que obliga a las empresas a competir bajando los precios, algo que generó una disminución en sus utilidades. Esto se hizo crítico durante la pandemia, llevando a algunos a registrar importantes pérdidas, remarcó el economista.

Sobre la sostenibilidad del negocio, Amonzabel indicó que las cementeras que tengan una ubicación estratégica, como un mercado grande y cercano tendrán mejores perspectivas, mientras que aquellas que se ubiquen en lugares alejados de los principales centros de abastecimiento tendrán problemas.

“Un aspecto que se debe hacer notar es el efecto que están causando las empresas cementeras del Estado, aquellas que producen cemento subvencionado. Con ellas hay una mayor sobreoferta, lo que pone en apuros a la industria privada que si bien muestra una recuperación, su crecimiento está lejos de la cifras alcanzadas antes de la pandemia”, dijo Amonzabel.

Desempeño cementero

Luego de mantener una reunión, los accionistas de la Fábrica Nacional de Cemento SA (Fancesa), aprobaron los estados financieros de la empresa que registró una pérdida económica de Bs 16 millones una situación que pone en apuros a las tres copropietarias públicas (Alcaldía, Gobernación y Universidad) pues no percibirán dividendos.

Sin embargo, el jefe de Gabinete de la Gobernación, Félix Almendras, destacó el desempeño de Fancesa sin sus subsidiarias, pues tuvo volúmenes de venta por encima de los Bs 56 millones.

Miguel Barba, gerente general de Itacamba Cementos, precisó que la demanda del mercado de cemento interno a julio de 2022 se ha incrementado en un 7,15% con respecto a 2021, pero es menor en 7,33% a similar periodo de 2019.

“La caída del sector el año pasado fue mayor, por lo que aún estamos con una demanda de cemento menor a la del 2019. Confiamos que el 2023 la demanda crecerá y recuperaremos el ritmo prepandemia”, sostuvo Barba.

En cuanto a las exportaciones, Barba sostuvo que se mantienen según la demanda que existe de sus clientes en Paraguay. 

“Itacamba junto a Cemento Camba ha sido constituida para la satisfacción prioritaria del mercado interno, y estamos cumpliendo de manera eficiente y sostenible nuestra misión”, enfatizó.

Barba sostuvo que, en un país como el nuestro, aún hay mucho por hacer. Carreteras, puentes, hidroeléctricas, proyectos inmobiliarios, hospitales, escuelas, entre otros valores.

“Hoy existe en el país una capacidad instalada de producción de cemento, muy robusta y disponible para todo el desarrollo que el país requiere. Se necesita que los proyectos se aprueben y ejecuten y que el país defina priorizar el uso de su cemento versus la importancia de asfalto u otros productos”, reflexionó.

Juan Mario Ríos, gerente general de Soboce, señaló que para esta gestión proyectan un crecimiento moderado con respecto al 2021, a tiempo de hacer notar que la reactivación del sector aún es lenta.

“Se estima que el crecimiento de la demanda de cemento nacional 21/22 estará cercana al 4%, que es una tasa de crecimiento menor a la esperada y esto implica que la demanda de cemento aún no llegará a los niveles alcanzados en 2019, año previo a la pandemia”, subrayó.

Ríos precisó que los efectos que dejó la pandemia en la economía nacional y la reducción en la ejecución de la inversión pública para infraestructura son los principales limitantes para la recuperación del sector. “En tal sentido, las autoridades y los gremios del sector deberían trabajar una estrategia conjunta de recuperación de la construcción en nuestro país, ya que se trata de una de las principales fuentes de empleo y movilizador de la economía”, sostuvo Ríos.

Que destacó que a junio de 2022 el INE tiene registrado que la participación de Soboce en el mercado interno se ubica en un 44%, siendo la principal cementera del país.