Leopoldo López: “Bolivia está transitando por el mismo camino que recorrimos en Venezuela”

El político venezolano advirtió que los regímenes autocráticos buscan el control de la justicia, eliminan la libertad de expresión y el uso abusivo de la fuerza pública

Leopoldo Jose Vegas Rondon

AFP

Fuente: El Deber



Leopoldo Eduardo López Mendoza fue la cara visible de la oposición venezolana a los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. Su proyección en la política se produjo desde el municipio Chacao, ubicado en el área metropolitana de Caracas. En 2008 fue inhabilitado políticamente por el Gobierno de Chávez y en 2014 fue encarcelado por el régimen de Maduro.

Usted fue la cara visible de la resistencia al gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, ahora radica en España.  ¿Desde cuándo vive en Europa?

Desde hace algún tiempo vivo entre España y Estados Unidos. Estuve siete años privado de libertad en Venezuela, desde que comenzó el proceso de autocracia, la pérdida de la democracia en nuestro país luchando por la libertad de todos los venezolanos. Fui alcalde durante ocho años (del municipio Chacao, en el área metropolitana de Caracas) y luego me dediqué a construir, conjuntamente con otras personas, un movimiento social, de resistencia civil, y eso nos llevó a muchos a la prisión, a otros, lamentablemente, a la muerte y otros al exilio.

Hoy, desde fuera de Venezuela sigo luchando por el país, pero también entendiendo el contexto en el que estamos. Sabemos que no es un contexto único para Venezuela, en el que lamentablemente debemos decir que Bolivia también es parte de los países con gobiernos autocráticos, de los países que hemos perdido la libertad y que debemos buscar las maneras de cómo organizar a los ciudadanos para recuperar el estado de derecho de las personas y la posibilidad de vivir en países con oportunidades. Hoy, lamentablemente, en Venezuela no existe igualdad de condiciones ni derechos para todos los ciudadanos y ese esfuerzo por conquistar la libertad no solo requiere del esfuerzo de las personas que radican en el país, sino también de quienes estamos fuera.

La falta de aplicación correcta de la justicia es uno de los problemas que enfrenta Bolivia, así como sucede en Venezuela, ¿a qué se debe?

Puedo mencionar otros dos países dentro de nuestro continente: Cuba y Nicaragua. Claramente son países que junto a Venezuela están en una situación de autocracias abiertas, de dictadura. Desde mi punto de vista, Bolivia ya pasó la raya porque existen presos políticos, personas que tienen años privadas de libertad por razones políticas, por pensar diferente a los gobernantes. Los regímenes autocráticos, primero buscan estrangular el sistema democrático controlando la justicia, eliminando la libertad de expresión y controlando la fuerza pública.

En Venezuela no contamos con libertad de expresión, la justicia está totalmente secuestrada y la fuerza pública (FFAA y Policía) está subordinada no al estado de derecho, no al imperio de la ley, sino a los intereses políticos y manipulados por parte de quienes están en el poder.

La expresidenta Jeanine Áñez está detenida desde hace poco menos de dos años acusada de propiciar un golpe de Estado; también hace más de un mes fue apresado el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. ¿Qué cree que se busca con esto?
Es importante que en Bolivia se sepa que el camino que está transitando en este momento es exactamente el mismo que recorrió Venezuela. En este momento nos encontramos con un país completamente destruido, en una Venezuela donde un cuarto de su población (siete millones de 33 millones de habitantes) ha tenido que salir huyendo a otros países en busca de oportunidades porque en el nuestro se vive una tragedia humanitaria, en donde no hay instituciones ni existe estado de derecho.

Lamentablemente, observo con mucha tristeza cómo Bolivia está recorriendo un camino similar. Un síntoma muy claro son los presos políticos. Puede haber diferencias políticas o ideológicas con la expresidenta Jeanine Áñez o con el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho; sin embargo, la decisión del Gobierno de Bolivia de encarcelarlos, de privarlos del derecho a la defensa y a la posibilidad de legítima defensa es algo que, desde mi punto de vista, ya ubica a Bolivia no como una democracia, sino como una autocracia. Cada testimonio de tortura, de maltrato y, por su puesto, de manipulación de esos casos que, tengo entendido, hay muchos más presos políticos en Bolivia. Creo que los demócratas del continente, estemos donde estemos, tenemos la obligación de denunciar lo que está ocurriendo en Bolivia. Hay que poner foco en la pérdida del estado de derecho, de la posibilidad de que los bolivianos vivan democracia. La forma arbitraria como fue procesada la expresidenta Jeanine Áñez y también la forma arbitraria y abusiva como fue privado de libertad el gobernador Camacho y enviado a una cárcel a más de 4.000 metros de altura, claramente es una demostración de la autocracia que se manifiesta en Bolivia.

Cuando hay un preso político, pueden haber otros miles de presos políticos. Eso lo vivimos en Venezuela y es muy importante que exista la solicitud al respeto de la ley, al debido proceso que es algo que no han tenido los presos políticos en Bolivia.

El gobernador Camacho denunció el hallazgo de una cámara en su celda y la violación a sus derechos. ¿Por qué son usados estos métodos?
Estuve privado de libertad durante siete años. De esos, cuatro permanecí preso en la cárcel militar de Ramo Verde, en Caracas, y allí fui sometido a muchas de las arbitrariedades que hoy se están relatando que ocurren en Bolivia. Yo también descubrí en mi celda micrófonos, cámaras y no solo las descubrimos y las denunciamos, sino que se publicaban conversaciones que yo sostenía con mis abogados, con mi esposa y eso es, por supuesto, parte de una tortura psicológica. Imagínate vivir en una celda pequeña y que estés consciente de que hay una cámara, de que está un micrófono y todo lo que digas o hagas no solo estará grabado, sino que será utilizado para la difamación, para el atropello, para el ataque a la persona y su integridad. Es parte de la tortura psicológica. Es algo cobarde por parte de los que están haciendo eso porque se están metiendo con la intimidad de la persona, peor cuando estamos hablando de personas que no han sido procesadas debidamente. El caso de Camacho es emblemático. El gobernador fue apresado porque hay una rebelión en Santa Cruz que se está extendiendo por el resto del país y buscan neutralizarla porque quieren aplacar a un pueblo que reclama cambio y que está en contra de las arbitrariedades del régimen. Por su puesto que esto forma parte de un libreto, no solo de Venezuela; es parte de un libreto que lo hemos visto desarrollado en otras partes de América Latina, en Nicaragua, en Venezuela, y que tiene un origen en Cuba. Puedo decir con propiedad que mis carceleros, mis custodios eran entrenados por funcionarios cubanos. Durante la última parte que yo pasé en la cárcel, todos mis custodios cambiaron completamente. Yo los conocía a ellos y cuando les pregunté sobre su cambio de actitud, reconocieron y confesaron que habían sido entrenados por funcionarios cubanos. Creo que esto puede estar sucediendo en Bolivia porque es parte el libreto para socavar la libertad, destruir la dignidad y el espíritu de lucha de los que quieren libertad y democracia.

¿Con la tortura psicológica se logra destruir el espíritu de lucha?
En mi caso, por supuesto, eso nunca ocurrió. Siempre estuve muy firme y convencido de lo que estábamos haciendo.

Fui llevado a la cárcel militar de Ramo Verde en febrero de 2014; me presenté voluntariamente después de que fuera emitida una orden de captura. Jamás me arrepentí de la decisión que asumí. Estoy convencido de que Camacho tampoco se va a quebrar. He conversado con él, conozco su trayectoria y su calidad de liderazgo. Sin embargo, tuve la oportunidad de compartir con muchos otros presos políticos y, como sucede con la naturaleza humana, hay los que se quiebran, los que se doblegan, los que reaccionan de manera diferente. Estoy convencido de que Camacho se mantendrá firme y fuerte. Lo más importante para un preso político es no caer en el olvido. Por eso, humildemente hago un llamado a las bolivianas a los bolivianos para que mantengan muy presente el caso del gobernador Camacho porque el preso no es él, porque el régimen busca destruir la posibilidad de cambio expresada por el pueblo, es la voz que está en Santa Cruz a la que quieren acallar, a la que buscan pisar y humillar. En la medida que la gente se mantenga firme y en la calle, los que están presos se mantendrán firmes sin importar el tamaño de la celda, no importa las torturas ni la manipulación que se pretenda hacer.

¿Cómo se puede evitar llegar a una situación como la que sucede en Venezuela?
No es sencillo porque, lamentablemente, estos regímenes toman una decisión de transitar hacia el camino a la autocracia. Los venezolanos tenemos 22 años saliendo a las calles, protestando, asistiendo a las elecciones algunas veces perdiendo y en otras ganando; hemos emprendido el camino de las negociaciones, hemos intentado diferentes métodos. En estos momentos, mientras estamos conversando, hay movilizaciones masivas de trabajadores y funcionarios públicos en las calles solicitando un salario digno, pero en el fondo lo que se exige es un cambio político.

Es muy importante que los bolivianos se miren en ese espejo de Venezuela. Durante muchos años los venezolanos decíamos que en nuestro país nunca iba a suceder lo que ocurrió en Cuba, decíamos que éramos distintos, que Venezuela era un país consolidado, con instituciones fuertes, con una Fuerzas Armadas respetuosas del estado de derecho, con una clase media y un sector universitario formado en la defensa de los ciudadanos. Argumentábamos que teníamos una visión de la democracia de más de 4o años, pero lamentablemente nos equivocamos. Actualmente, Venezuela es un país destruido, empobrecido. En este momento el 90% de la población venezolana vive en situación de pobreza, de los cuales el 60% de esa masa está en la pobreza extrema. Creo que eso debe servir de referencia para los bolivianos. No piensen hermanas y hermanos de Bolivia que lo que hoy padecemos en Venezuela es algo ajeno a su realidad. Es algo que está tocando sus puertas. Si los ciudadanos, en particular de los sectores políticos, universitario, empresarial, gremial, sindical y otros sectores organizados de la sociedad tienen la primerísima responsabilidad en ser un muro de contención en contra de la autocracia. En lo personal, defiendo el estado de derecho de los ciudadanos en salir a protestar. Es un derecho humano alzar la voz, salir a protestar por la libertad, por los derechos y es algo que requiere de organización, pero también se requiere de arrojo y de entrega por parte del liderazgo y de los ciudadanos. Espero que Bolivia no transite de manera tan profuda el camino de la autocracia como lo padecimos los venezolanos. Deben existir mecanismos claros que involucren a la gente para consolidar la unidad.

Fuente: El Deber