Bertomeu y abusos, casi imposible lavar trapos sucios en casa. El país está sumergido en un grave escándalo que sacude a la Iglesia Católica. Las develaciones del cura pederasta fallecido Alfonso Pedrajas. Dicho ambiente coincide con la visita próxima de Jordi Bertomeu, el alfil de papa Francisco en la lucha contra el flagelo.

Nada más al saberse de su llegada al país, la Conferencia Episcopal Bolivia (CEB) aclaró ayer que aquella cita comenzó a ser gestionada “hace tres años”.

Y el Gobierno, a través de la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, consideró que la llegada de Bertomeu es positiva. Que debe servir para la toma de acciones en relación al problema.

“Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada”, admitió Pedrajas en sus memorias escritas en un texto de 383 páginas titulado Historia. Que llegó a la Redacción del periódico español El País.

Abusos

El documento había sido ignorado por la Diócesis de Madrid y archivado por el Ministerio Público español, según reveló el sobrino del sacerdote, Fernando Pedrajas. Luego de esos intentos decidió compartirlo con el rotativo. Diario de un cura pederasta fue el reportaje. En el que se supo cómo el jesuita revela que abusó de decenas de niños en centros educativos de la Compañía de Jesús. Eso en Ecuador, Perú y Bolivia entre 1960 y 2008, cuando Pedrajas dejó de escribir sus memorias.

El caso derivó en una bullada investigación en el Ministerio Público de Bolivia, que recibió ocho denuncias contra al menos seis sacerdotes jesuitas. En medio del escándalo se anunció la llegada del enviado del papa Francisco.

Nacido en Tortosa, España, en 1968, monseñor Bertomeu es oficial del dicasterio para la Doctrina de la Fe. Cuya institución se llamaba antiguamente el Santo Oficio o Inquisición de Roma.

Su trayectoria próxima es el papel que propició en la investigación de casos de abusos clericales en 2018 en Chile. A raíz del caso de encubrimiento atribuido al obispo de Osorno, Juan Barros, sobre las vejaciones del sacerdote Fernando Karadima. Entonces, por encargo del papa Francisco, inició su misión junto con el arzobispo de Malta, Charles Scicluna.

El caso derivó en la renuncia posterior de 34 obispos de Chile.

Misión

A propósito de su arribo al país, luego de un periplo por Paraguay, la Conferencia auguró una reunión con Bertomeu. En “profunda cercanía hacia todos aquellos que han sido víctimas de la lacra de los abusos de la Iglesia”.

“Confiamos que esta iniciativa pueda continuar en un futuro próximo para una gestión más justa y eficaz de estos casos”, dijo.

En octubre de 2021, Bertomeu ofreció una entrevista a la revista Vanity Fair (que lo consideró una especie de agente 007). En la que expresó la preocupación del papa Francisco sobre los abusos clericales. Su experiencia sobre la lucha contra el flagelo y sus criterios sobre la materia.

Comentó que durante casi 2.000 años la Iglesia Católica era “una entidad de poder que controlaba la comunicación”. Dijo que, con la comunicación digital, eso se ha acabado. “Ahora es casi imposible continuar pensando que los trapos sucios se lavan en casa, gestionando las crisis desde el secretismo”, afirmó.

Denuncias

En su criterio, ahora se denuncia casos de abusos clericales más que antes. Eso es porque “la sociedad actual es cada vez más abierta e igualitaria, más consciente de sus derechos”. “Y con medios de comunicación cada vez más incisivos”, afirmó.

“No es que los medios de comunicación tengan fijación con la Iglesia”, dijo Bertomeu. Lo que pasa es que “la Iglesia se presenta ante la sociedad con la vocación de ser un modelo de vida. Por eso se le exige mucho más”.

A diferencia de esos conceptos, el arzobispo de Santa Cruz, René Leigue, el domingo cuestionó el papel de los medios. Dijo que “les interesa lo negativo, lo malo; eso es lo triste”, en relación a la divulgación de más casos de abusos sexuales en el país.

Sin embargo, monseñor Bertomeu recordó el mandato del papa Francisco para su misión. “Que hay que luchar contra una ‘cultura del abuso y el encubrimiento’ no solo en la Iglesia, sino en el conjunto de la sociedad”.

Reflexionó en sentido de que la pederastia clerical “es un fenómeno sobre el cual no hay grandes estudios hechos con una base estadística fiable”.

Bertomeu dijo que hasta 2021 había 466.000 sacerdotes en el mundo. “Nosotros hemos tratado poco más de 6.000 casos”, afirmó.